Científicos de la
NASA anunciaron el hallazgo de señales en una roca marciana que podrían indicar
presencia de vida en el planeta vecino hace miles de millones de años. Estos
posibles signos de vida microscópica fosilizada se han encontrado en una roca,
llamada Cataratas de Cheyava (Chevaya Falls), en el cráter Jezero, donde se han encontrado ya gran variedad de compuestos
orgánicos en un antiguo lago del que fluía un río.
“La roca exhibe firmas químicas y estructuras
que posiblemente podrían haber sido formadas por la vida hace miles de millones
de años, cuando el área explorada ahora por el Perseverance contenía agua corriente”, explica la NASA
en una nota en la que habla de “roca intrigante”. Aclaran
que: “El equipo científico está
considerando otras explicaciones para las
características observadas, y se requerirán pasos de investigación futuros para
determinar si la vida antigua es una explicación válida”. “No podemos
decir que esto sea una señal
de vida”, defiende la científica adjunta del proyecto Perseverance de
la NASA, Katie Stack Morgan, “pero esta
es la muestra más convincente que hemos encontrado hasta ahora”.
El análisis efectuado por los instrumentos a bordo del róver Perseverance indica que las “manchas de leopardo” de la roca poseen cualidades que se ajustan a la definición de un posible indicador de vida antigua, resume la agencia espacial sobre este pedrusco de un metro de largo por algo más de medio metro de ancho. Todos los trabajos realizados por el vehículo robotizado señalan que esta roca contiene compuestos orgánicos que están considerados como los componentes básicos de la vida, aunque la NASA también advierte de que estas moléculas pueden formarse mediante procesos no biológicos.
En una fotografía, se observa el róver 'Perseverance' junto a la roca Cataratas de Chevaya, perforada en el centro de la imagen. David Flannery, astrobiólogo y miembro del equipo científico de Perseverance en la Universidad Tecnológica de Queensland, en Australia, asegura que :“Estas manchas son una gran sorpresa”. “En la Tierra, este tipo de características de las rocas se asocia a menudo con el registro fosilizado de microbios que viven en el subsuelo”. “Cataratas de Cheyava es la roca más desconcertante, compleja y potencialmente importante investigada hasta ahora por [el robot] Perseverance”.
Ken Farley,
científico del proyecto Perseverance de Caltech, encargado de este
geólogo-robot de seis ruedas que escruta las piedras marcianas desde 2021, asegura que:“Por un lado, tenemos nuestra primera detección convincente de material
orgánico: manchas de colores característicos que son indicativas de reacciones
químicas que la vida microbiana podría utilizar como fuente de energía; y
pruebas claras de que el agua, que es necesaria para la vida, alguna vez pasó
por la roca”. Farley, también advierte de las
incógnitas que impiden concluir con seguridad que eso son pruebas de vida
marciana.“Por otro lado, no hemos podido
determinar con exactitud cómo se formó la roca y hasta qué punto las rocas
cercanas pueden haber calentado la roca y contribuido a la formación de estas
características”, advierte.
Farley quien presentó estos resultados
en la X Conferencia Internacional sobre Marte, en Pasadena, California (EE UU),
considero que este hallazgo fuerza de nuevo el debate sobre la necesidad de
traer a la Tierra esas muestras desde el planeta rojo para estudiarlas en
profundidad; este es un plan que la NASA se ha tenido que replantear por
completo por su elevado coste. “Hemos
bombardeado esa roca con láseres y rayos X y la hemos fotografiado literalmente
día y noche desde casi todos los ángulos imaginables”, señala Farley.
En ese sentido. “Científicamente, Perseverance no puede dar más de
sí. Para comprender plenamente lo que realmente ocurrió en el valle fluvial
marciano del cráter Jezero hace miles de millones de años nos gustaría traer a
la Tierra la muestra de Cataratas de Cheyava, para poder estudiarla con los
potentes instrumentos disponibles en nuestros laboratorios”.
La astrobióloga Ester Lázaro, quien defiende que: “es fundamental
que esas muestras lleguen a la Tierra para poder estudiarlas con mejores
instrumentos” también se pregunta: “¿Hasta
qué punto podemos estar seguros de que es eso lo que estamos viendo?”…“Es
cierto que hay signos que lo hacen interesante”, como el paso del agua por
la zona, los compuestos orgánicos y la existencia de reacciones químicas
compatibles con microorganismos produciendo energía,
detalla la investigadora científica en el Centro de Astrobiología (CSIC-INTA). “Pero los compuestos orgánicos no siempre
están formados por la vida”, advierte.
Alberto González
Fairén, también del Centro de Astrobiología señala que: “Estos tres elementos
combinados en una misma roca no se habían identificado juntos en Marte hasta
ahora, y hacen que sea una roca muy atractiva para su análisis astrobiológico,
con el objetivo de determinar con certeza el origen de todos estos procesos”…“Este
es un paso más en el proceso de intentar dilucidar si alguna vez hubo vida en
Marte, un paso que a priori parece que podría ser relevante”, añade, aunque
insiste en tomarse el anuncio “con mucha prudencia” hasta contar un análisis
más profundo.
“Es necesario determinar el origen y formación de la roca, cómo ha sido
su interacción con otras rocas y elementos del entorno, cuál es el origen de
las venas de sulfato de calcio y de los microcristales de olivino que contienen
las venas, cómo se formaron los nódulos de hematita, y cuál es el origen del
hierro y el fosfato en el interior de los nódulos. Queda mucho trabajo por
hacer, y así se ha presentado el hallazgo. Nadie dijo nunca que encontrar
evidencias sólidas de vida extraterrestre fuera sencillo”, resume González Fairén.
A Ester Lázaro, este anuncio le
recuerda un momento, en 1996, cuando se anunció el hallazgo de restos de vida
en un meteorito marciano, que incluso fue presentado por Bill
Clinton en la Casa Blanca. “Aquella vez
teníamos los mismos signos que han encontrado ahora, pero como se comprobó en
aquel caso, hay otros procesos que pueden darte ese resultado en la roca”, afirma
la científica.
No es la primera vez que se detectan señales de posible vida en Marte.
En 2014, el robot Curiosity descubrió una misteriosa
fuente de metano, un gas cuya presencia en la
Tierra se debe a los seres vivos. Más tarde, en 2022, este mismo robot encontró
muestras de roca enriquecidas en isótopos ligeros de carbono, una “señal geoquímica que en la Tierra sería
interpretada de inmediato como una evidencia casi indiscutible de la presencia
de vida microbiana en el pasado remoto”, según escribió en su momento González Fairén y un año
después, el Perseverance, enviado precisamente
con la misión de encontrar restos de vida, daba con signos de compuestos orgánicos.
“Pero
en la superficie es imposible que haya vida en Marte, con estos robots no vamos
a encontrar más que signos de vida pasada. Necesitamos perforar por debajo,
donde sí podremos encontrar alguna forma de vida activa”, indica para concluir, Ester Lázaro.
Maracaibo, martes 5 de noviembre del año 2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario