El uróboro
El uróboro es un nombre que proviene del griego y significa, “serpiente que se come la cola”. Su símbolo, muestra a un animal serpentiforme que engulle su propia cola y que forma un círculo con su cuerpo. El uróboro simboliza el ciclo eterno de las cosas, también el esfuerzo eterno, la lucha eterna o bien el esfuerzo inútil, ya que el ciclo vuelve a comenzar a pesar de las acciones para impedirlo.
El uróboro como concepto, ha sido empleado en diversas culturas, al menos durante los últimos tres mil años. Engloba conceptos similares y otros no relacionados que han sido asimilados recientemente por el cine y la televisión, como el de un dragón representado con su cola en la boca, devorándose a sí mismo. La naturaleza cíclica de las cosas, el eterno retorno y otros conceptos percibidos como ciclos que comienzan de nuevo en cuanto concluyen, es como el mito de Sísifo. En un sentido más general simboliza el tiempo y la continuidad de la vida. Se usa también como representación del renacer de las cosas que nunca desaparecen, que solo cambian eternamente.
El uso más antiguo del uróboro está en la emblemática serpiente del Antiguo Egipto y de la Antigua Grecia. El símbolo tradicional consiste en un dragón o una serpiente que se muerde la cola y crea un círculo sin fin se puede hallar en los jeroglíficos hallados en la cámara del sarcófago de la pirámide de Unis, en el 2300 a. C.
Más modernamente lo hallamos como un líder (en la manga Nanatsu no Taizai Los Siete Pecados Capitales, escrito e ilustrado por Nakaba Suzuki), donde es Meliodas “el dragón de la ira”, quien fue acusado de destruir la ciudad de Danafor (un reino, localizado dentro de Britannia, rival del Reino de Liones antes de ser supuestamente destruido por Meliodas cuando éste sufrió un arrebato de ira que le hizo perder el control de todo su poder...
Por todas estas cosas y algo más, es que el uróboro se encuentra relacionado al dragón, como la bestia mitológica que se vuelve más fuerte cuando se enfurece. Carl Gustav Jung sostiene que “Este proceso de la “regeneración” es al mismo tiempo un símbolo de la inmortalidad, puesto que el Ouróboros se mata a sí mismo y se trae a la vida, se fertiliza y se da a luz”.
El uróboro representa la personificación de fenómenos naturales como el sol, o las olas del mar, que suben hasta cierta altura y caen luego bruscamente, para volver a empezar. Esto se relaciona con el mito solar de Helio, el dios del sol que sale cada mañana y después se hunde bajo el horizonte. Sísifo fue obligado a empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes de que alcanzase la cima de la colina, la piedra rodaba de nuevo hacia abajo, y Sísifo tenía que volver a empezar desde el principio.
En la alquimia, el uróboro expresa la unidad de todas las cosas, las materiales y las espirituales, que nunca desaparecen, sino que cambian de forma en un ciclo eterno de destrucción y nueva creación, al igual que representa la infinitud. En la alquimia, el uróboro simboliza también la naturaleza circular de la obra del alquimista que une los opuestos: lo consciente y lo inconsciente. También es un símbolo de purificación, que representa los ciclos eternos de vida y muerte. A partir de la alquimia, la masonería y muchas otras escuelas filosóficas y simbólicas han utilizado y estudiado el uróboro.
El texto más antiguo donde en la alquimia aparece, es en la Chrysopoeia “fabricación del oro”, un tratado alquímico del siglo II, escrito en Alejandría por Cleopatra la Alquimista. Muestra la inscripción griega εν το παν, hen to pan, “todo es uno”, y aparece mitad blanco, mitad negro, con lo que muestra la dualidad presente en todo. En algunas representaciones el animal se muestra con una mitad clara y otra oscura, lo que hace recordar la dicotomía de otros símbolos similares como el yin y yang.
El uróboro en la mitología nórdica, Jörmundgander o Jörmungandr, también llamada la "Serpiente de Midgard" es una gigantesca serpiente que ronda Midgard hasta el día del Ragnarök. Es un monstruo masculino. Tiene al dios Loki como padre y a la gigante Angrboda como madre, y cuando los Æsir se enteraron de este ser maligno engendrado por tan terribles padres, y vieron con su don de la adivinación las cosas terribles que haría, decidieron encargarse del monstruo. Thor lo lanzó al mar que rodea Midgard, donde quedará atrapado hasta el Ragnarök, el día de la destrucción total. Jormundgander creció tanto que mordiéndose la cola podría abrazar toda la Tierra. Se le conoce también por ello en los idiomas escandinavos como "jordens band", esto es, "cinta del mundo".
Espero que tras esta divagancia histórico imaginaria, en medio de la habitual crisis, puedan pasar un día de paz y sosiego.
Maracaibo, martes 27 de julio del año 2021
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