jueves, 4 de octubre de 2018

Los gatos y Abigail




Los gatos y Abigail
Dedicado a: Ayarit, y a Fernando 

Abigail Tucker es corresponsal de la revista Smithsonian, en la que ha escrito sobre diversos temas, desde antropología vampírica a la vida marina luminiscente, pasando por la arqueología de la cerveza antigua. Su trabajo se ha publicado en la serie de libros Best American Science and Nature Writing y ha sido reconocido por la National Academy of Sciences. Abigail Tucker es autora del libro "The Lion in the Living Room: How House Cats Tamed Us and Too Over the World", a partir del cual se publicó un ensayo que quiero presentar aquí, parcialmente…

“Cada 8 de agosto se celebra el Día Internacional del Gato. Los gatos son animales singulares amados por muchos y temidos por otros. Un estudio reciente del ADN felino mostró cómo los gatos dejaron sus tierras nativas en el Oriente, escabulléndose con los navegantes humanos (incluyendo a los vikingos) y luego siguieron invadiendo una gran cantidad de hábitats por el mundo. Su éxito virtual se origina en su biología real. Los gatos son solitarios, hipercarnívoros hechos para: comer carne. Cada fibra del ser felino ha evolucionado para cazar y emplean un acercamiento característico para vigilar y emboscar. Primero, se quedan muy quietos, esperan hasta que una presa pasa inocentemente por ahí y luego saltan desde la maleza para capturarla. Acechar y abalanzarse es perfecto para un voltearse de seis segundos o un breve tuit... Piensa en tus videos favoritos de gatos en YouTube: un gato salta a una caja, o le da un coscorrón a un bebé sin aviso, o sale disparado de debajo de la cama. Lo que estás viendo es una emboscada”.

“Los hábitos sociales de los gatos (o, más bien, la falta de ellos) también los hacen mejores para la vida en línea. Los perros son animales muy sociables, cuyo comportamiento refleja nuestras propias emociones, por lo que si no hay personas cerca de ellos físicamente pueden verse como seres inacabados. Los gatos, en cambio, son independientes. Como necesitan cantidades asombrosas de carne, son solitarios por necesidad, y patrullan solos largos tramos de territorio. Se desempeñan mejor cuando están totalmente aislados, y sentimos casi la misma satisfacción cuando admiramos a un gato en una pantalla de computadora que cuando vemos a uno echado en nuestra alfombra”.

“Como cazadores que vigilan y esperan, los gatos tienen grandes ojos redondos justo en el centro de su cabeza, lo que les da una excelente profundidad de percepción cuando se agachan para matar. Tienen pequeñas narices respingonas, puesto que espían desde sus escondites en lugar de olfatear a sus presas por kilómetros, como los perros. Tienen caras redondas y “mejillas” regordetas, resultado de una mandíbula corta y poderosa, diseñada para dar mordidas asesinas. Estas características faciales, crean una síntesis aterradora de la fatalidad felina, también conforman lo que los humanos consideramos como algo lindo. Nos recuerdan a nuestros propios rostros, en especial a los de nuestros bebés, ya que los humanos también tienen grandes ojos al centro de la cabeza, que usamos en gran parte para leer las expresiones faciales de los demás. A través de esta semejanza entre especies, asombrosa pero accidental, las caras de los gatos nos invitan a comunicarnos”.

“En la naturaleza, los gatos no se comunican mucho. La mayoría interactúa con otros miembros de su misma especie solo cuando luchan o se aparean. A diferencia de los perros que viven en manadas y cuentan con un gran repertorio expresivo, los gatos tienen caras que son lienzos vacíos. Como sugiere John Bradshaw, el conductista de animales, sus rostros son sorprendentemente humanos pero también perpetuamente impávidos. Hasta hace medio siglo, más o menos, la mayoría de los gatos que eran mascotas vivían afuera de la casa y (precisamente porque son solitarios, enigmáticos y en gran medida nocturnos para iniciar sus actividades) raras veces los veíamos por periodos largos. Solo recientemente, con el advenimiento del “gato de interiores” hemos tenido acceso a verlos todo el tiempo y ahora tenemos la capacidad de conocerlos mejor e inmortalizar cada uno de sus movimientos”. 

Hasta aquí las opiniones de Abigail Tucker quien en sus investigaciones sobre la domesticación e historia felina, también no ha dejado de recordar la triste y verdadera historia de los gatos que señalo a continuación. «En 1223, el papa Gregorio IX escribió Vox in rama, una bula papal que describe orgías de brujas confraternizando con Lucifer disfrazado de gato negro. Aunque el documento también implicaba a ranas y patos, un prejuicio antifelino barrió Europa y un incontable número de gatos fueron posteriormente cazados y ejecutados bajo sospecha de brujería» La creencia religiosa de que estos felinos eran entidades malignas, habitualmente relacionados con la brujería u otra obra del demonio llevó a la sociedad a ahuyentarlos de los grandes núcleos urbanos, a tal grado que resultaba común la quema de gatos (especialmente los de color negro). Esto provocó un aumento natural de ratas negras, el vector principal de la bacteria causante de la peste negra:   Los gatos comenzaron a aparecer frente a los ojos del europeo medieval como intrusos, seres no deseados que representaban herejía y desobediencia (la misma que dentro de la fe cristiana, pretende el diablo para alejarse de las enseñanzas de Dios).  Ya hablaremos otra vez sobre los gatos, en otra oportunidad…

Maracaibo 4 de octubre 2018

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