viernes, 14 de noviembre de 2025

La Salomé de Oscar Wilde


El drama cuenta la historia de Salomé, hijastra de Herodes Antipas, quien, tras el espectacular baile de la danza de los siete velos, le pidió a su padrastro la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja de plata. La mujer fatal, estaba enamorada del santo y ante el rechazo del santo, ella pidió la decapitación por puro despecho.

En la obra se armó un auténtico escándalo tras el beso de una Salome ensangrentada a la cabeza cortada de Juan. El escándalo en Paris no llego a darse en la Inglaterra victoriana hasta cuando la obra se estrenó públicamente en 1931.

Cuando Wilde comenzó a escribir Salomé, finales de 1891, ya era conocido como autor y crítico, pero aún no se había consolidado como dramaturgo. Había terminado El abanico de Lady Windermere , pero aún no se había estrenado, y sus otros éxitos en el West End, Una mujer sin importanciaUn marido ideal y La importancia de llamarse Ernesto, en realidad, estaban por llegar.  Wilde había considerado el tema de Salomé desde sus años de estudiante en Oxford, cuando Walter Pater le presentó el relato Herodias de Flaubert en 1877. El biógrafo Peter Raby comentaría que el interés de Wilde se vio estimulado por las descripciones de las pinturas de Salomé de Gustave Moreau en À rebours de Joris-Karl Huysmans, así como por Atta Troll de Heinrich Heine , la "Salomé" de Jules Laforgue en Moralités Légendaires y Herodiade de Stéphane Mallarmé.

Wilde escribió la obra durante su estancia en París y al año siguiente explicó a un entrevistador por qué la había escrito en francés: Tengo un instrumento que sé dominar: el idioma inglés. Había otro instrumento al que había escuchado toda mi vida, y quise probarlo para ver si podía crear algo bello con él. La obra la escribí en París hace unos seis meses, donde se la leí a unos jóvenes poetas que la admiraron enormemente. Claro que hay recursos expresivos que un francés de letras no habría empleado, pero le dan cierto relieve o matiz a la obra. 

Son famosos los 17 dibujos que Aubrey Beardsley realizó para la obra de su colega Oscar Wilde. Ambos eran un par de dandys ingeniosos que disfrutaban escandalizando y provocando a su paso el asombro y la admiración, o el desprecio y seguramente que también la envidia de sus contemporáneos.

Beardsley era un joven ilustrador irreverente que estaba de moda n Londres y Wilde no perdió la ocasión para contratarlo e ilustrar la publicación de su obra de teatro. El joven literato irlandés escribiría sobre su amigo: Para Aubrey, el único artista que además de mí, sabe lo que es la danza de los siete velos, y puede ver esa danza invisible.

Antes del estreno, las escandalosas ilustraciones le dieron al texto bastante fama y ambos, Wilde y Beardsley quedaron más que satisfechos, encantados. El estilo de Beardsley con grandes áreas en negro, o en blanco y con pequeñas filigranas en tinta, estaban influidas por las “estampas japonesas”.

Beardsley fue un excéntrico tanto en lo público como en lo privado. Solía decir: "No tengo más que un objetivo: lo grotesco. Si no soy grotesco, no soy nada." Wilde decía que Beardsley tenía "un rostro como un hacha plateada y cabello verde hierba"​ Beardsley era meticuloso en su vestir: trajes de color gris paloma, sombreros, corbatas y guantes amarillos. Se presentaba ante su editor con chaqué y zapatos de salón. Aunque se asociaba a Beardsley con la camarilla homosexual que incluía a Oscar Wilde y a otros miembros del esteticismo, los detalles de su sexualidad siguen en duda. W. B. Yeats, que lo conocía bien, afirma en sus Autobiografía, que él no era homosexual.

En muchos aspectos se estaba quebrando la sociedad mojigata de la época victoriana para ingresar en el ambiguo y caótico, aunque fascinante siglo XX y quedarían las ilustraciones que plasmaban lo escabroso del argumento a pesar de lo moderno de la temática.

La Salome de Wilde con la no menos escandalosa Salome, la opera de Richard Strauss, iba a crear una combinación terrible Wilde/Strauss/Beardsley que se iba a convertir en una leyenda.

Richard Georg Strauss (1864-1949) era alemán y fue un compositor y director de orquesta quien en 1905, produjo su ópera Salomé basada en el drama de Oscar Wilde y la reacción  del público fue tan apasionada y extrema cuando se estrenó en la Ópera del Metropolitan de Estados Unidos que tuvieron que cancelarse las presentaciones posteriores. Sin embargo, la ópera fue exitosa en otras partes, llegando incluso a darle los suficientes ingresos a Strauss para financiarse su casa de Garmisch-Partenkirchen

Aubrey Vincent Beardsley (1872-1898) ​ artista pintor e ilustrador británico, fue un notable crítico de la sociedad victorianasatírico e implacable, ya que su obra despertó admiración y escándalo. Después del escándalo, con la Salome de Wilde, el único editor que le quedaba a Beardsley era Leonard Smithers, especializado publicar cosas que los demás tienen miedo de tocar como Lisistrata, la sátira antimilitarista de Aristófanes, más escandalosa a finales del XIX que cuando fue representada por primera vez en el 411 a. C.

Beardsley dio rienda suelta a su creatividad ilustrando esta apología de la paz con una huelga sexual de las mujeres atenienses para acabar con la Guerra del Peloponeso. Una verdadera orgía de erotismo y mucho humor de la Antigua Grecia, dibujada por Beardsley en blanco y negro.

Quien fuera uno de los mejores ilustradores de la historia, moriría de tuberculosis con sólo 25 años poco después de realizar estos dibujos.

Para lapesteloca, en Maracaibo, el día viernes 14 de noviembre del año 2025

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