domingo, 16 de enero de 2022

Federico Barbarroja

 Federico Barbarroja

Federico I de Hohenstaufen (1122-1190) (Friedrich I, también llamado Barbarroja, Barbarossa, o, Rotbart; desde 1147 a los 25 años fue duque de Suabia con el nombre de Federico III, desde 1152 fue Rey de los Romanos y a partir de 1155 sería el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

El reinado de Federico Barbarroja representó el apogeo del Sacro Imperio Romano Germánico. Él fue responsable de afianzar el poder imperial dentro de Alemania y en el norte de Italia, cuyas ciudades-estado se habían hecho independientes de facto. También fue quien introdujo un cuerpo legislativo unificado, acudiendo de nuevo al derecho romano y así su fama y el significado moderno de Barbarroja está unido al nacionalismo alemán del siglo XIX.

Barbarroja fue un referente para los nacionalistas alemanes que pretendían reunificar el país bajo un poder fuerte, como el del emperador. De hecho, la familia real prusiana pretendía legitimarse como soberanos de una Alemania unida por su relación con Barbarroja. Mientras Federico I era Rotbart o Barbarrossa, Guillermo I era Weißbart o Barbablanca.

Barbarroja era hijo del Hohenstaufen Federico II, el Tuerto, duque de Suabia, y de la güelfa Judith de Baviera, hija del duque Enrique el Negro de Baviera y de Wulfhilda de Sajonia, por lo que Federico era heredero de las dos familias nobles enemigas que dominaban el Sacro Imperio en la época. Su padre falleció en 1147, y él se convirtió en su sucesor como duque de Suabia como Federico III,  mientras su tío Conrado III se mantendría su poder como rey con  sus derechos sobre los Güelfos. Tras la súbita muerte de Conrado III en febrero de 1152, Barbarroja fue elegido rey de Alemania y coronado el 9 de marzo en Aquisgrán.Se pensó que a través del parentesco de Barbarroja con Güelfos y Hohenstaufen, apaciguaría ambas casas en conflicto.

Inicialmente, Federico se concentró en la pacificación del Imperio y fijó la fecha de su viaje a Roma para el otoño de 1154. El resultado fue el Tratado de Constanza donde Barbarroja prometía someter a Roma, entregar la ciudad al papa, y asegurar para el papa la soberanía sobre la Iglesia. En junio de 1155, Adriano IV coronó a Barbarroja emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en la basílica de San Pedro. Pero Barbarroja no cumplió con el tratado de Constanza ni devolvió el poder sobre la ciudad al papa y como consecuencia del incumplimiento del tratado de Constanza, el papado y el emperador se enemistaron.


En 1156 el papa Adriano IV firmó el tratado de Benevento con los normandos y ellos se convirtieron en protectores del papa, poniendo en entredicho la posición del emperador. En 1147, Federico se había casado con Adelaida de Vohburg, hija de Diepold III de Vohburg y Cham y heredera del Egerland. El matrimonio, sin hijos, fue anulado en 1153 lo que no impidió que el emperador entregara Egerland a su primo Federico de Rotemburgo. En junio de 1156 Federico I se casó de segundas nupcias con la menor Beatriz de Borgoña, hija del conde Reinaldo III de Borgoña y heredera al condado libre de Borgoña. Federico y Beatriz serían reyes de Borgoña.

Federico envió a tratar con el papa Adriano a Otón de Wittelsbach. Pero Adriano IV murió en septiembre de 1159. Alejandro III reclamaba el trono papal por el partido italiano y Víctor IV por el partido imperial. Alejandro obtuvo el apoyo de la mayoría de los cardenales, mientras que Víctor fue aclamado por el pueblo de Roma. En 1159 Federico invitó a Enrique II de Inglaterra y Luis VII de Francia a una solución común de la cuestión papal. Enrique II de Inglaterra tras el asesinato de Thomas Becket dependía del apoyo de Alejandro III, apoyado a su vez por la mayoría de los obispos ingleses. En febrero de 1160, el concilio se reunió en la catedral de Pavía. Los partidarios de Alejandro no fueron admitidos, por lo que Víctor fue confirmado papa.

En mayo de 1166 murió Guillermo I de Sicilia por lo que Alejandro III no podía contar con su ayuda. Federico aprovechó la situación para comenzar su cuarta campaña italiana. Barbarroja sitió y finalmente tomó Ancona para dirigirse hacia Apulia y avanzó igualmente hacia Roma, que conquistó en julio de 1167. Pascual coronó a la emperatriz en la basílica de San Pedroy Alejandro III tuvo que huir hacia Benevento disfrazado de peregrino.

Estando la situación así, se extendió una grave enfermedad entre las tropas (posiblemente malaria), de la que fueron víctimas Federico de Rotemburgo, duque de Suabia e hijo del rey Conrado, y Güelfo VII. Federico pudo volver a Alemania con tan solo restos de su ejército. En esta situación, Barbarroja reforzó sus negociaciones con Alejandro. No obstante, tras la muerte de Pascual III en otoño de 1168 se eligió a otro antipapa, Calixto III. Mientras Barbarroja se preparaba para un acuerdo con Alejandro: en la pascua de 1169, su segundo hijo, Enrique, fue nombrado sucesor a la corona del Imperio.

En otoño de 1175 Federico reclamó tropas frescas desde Alemania y en la batalla de Legnano, en mayo de 1176, el emperador sufrió una humillante derrota y tuvo que firmar la paz y aceptar la autonomía de facto de las ciudades. Barbarroja mandó en otoño de 1176 una legación a Alejandro III, para negociar la paz en Anagni. El emperador aceptó retirarse de los territorios reclamados por el papa y devolver otros en Toscana. Alejandro III aceptó mantener las ordenaciones realizadas por obispos cismáticos y en Venecia, en 1177, el emperador y el papa al fin se encontraron personalmente para firmar la llamada Paz de Venecia.

El emperador tuvo que renunciar a muchas exigencias. El hijo de Barbarroja, Enrique VI, se casó en Milán con Constanza, tía de Guillermo II de Sicilia. Barbarroja había exigido anteriormente varias veces al papa Lucio III la coronación de Enrique como emperador estando él todavía vivo. En 1188, Clemente III coronaba a Enrique VI emperador.

Federico había desafiado en una carta del 26 de mayo de 1188 a Saladino de Egipto a una justa entre los dos en la llanura egipcia de Zoan y había propuesto el 1 de noviembre de 1189 como fecha. En 1189 Federico partió, junto con Felipe II de Francia y Ricardo I de Inglaterra, a la Tercera Cruzada. La regencia del reino fue ocupada por su hijo, Enrique VI. ​ De esta manera, Federico partió con sus ejércitos rumbo a Tierra Santa por vía terrestre. Tras dos batallas exitosas contra los musulmanes, en una de ellas, la Batalla de Iconium en junio de 1190, que sería su última batalla, Federico I se ahogó en el río Saleph en Anatolia antes de poder encontrarse con Saladino, ya que tenía su armadura puesta y quizás esta le hizo peso.  

Hay varios relatos diferentes sobre este suceso; en lapesteloca fue mencionado por Baudolino (https://bit.ly/3EJjscG). Las circunstancias exactas de su muerte no están claras: una parte cuenta que, acalorado tras cabalgar, quiso refrescarse con un baño; otros relatan que fue tirado de la silla por el caballo cuando estaba atravesando el río y que el peso de su armadura lo hundió, o que intentó cruzar por el río para evitar así cruzar por un puente lleno de gente… Se especula también que, siendo un hombre de casi setenta años y teniendo en cuenta el calor que hacía, sufrió un infarto en el agua helada de un río que viene de las montañas. Hasta aquí la historia resumida de este personaje de una indudable relevancia histórica.

Maracaibo, domingo 16 de enero del año 2022

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