viernes, 7 de agosto de 2020

Francis Drake (2)

 

Francis Drake (2)

Francis Drake alcalde de Plymouth, y miembro del Parlamento inglés, habría de regresar al mar, En 1585, se desataron las hostilidades entre Inglaterra y España, lo que dio comienzo a
la
guerra anglo-española. La reina Isabel I encargó a Drake el mando de un escuadrón para atacar los territorios españoles en las Indias. El 14 de septiembre de 1585. Zarpó de Plymouth al mando de una flota de 21 naves y 2000 hombres, para que amagara las costas de España y cayera en definitiva sobre Lisboa. Al alcanzar la costa oeste de Galicia, saquearía las islas de Bayona y bloqueó la villa de Vigo. A su vez, robó cuanto ganado vacuno pudo y disparó contra la ciudad algunos cañonazos. Ante este ataque los vigueses obligaron a los ingleses subir a bordo las lanchas que habían echado al mar y debieron abandonaron su botín. La escuadra de Drake zarpó hacia las islas Canarias.

Rumbo de las Indias, desvalijó varias carabelas en La Palma y El Hierro de las Canarias y las islas de Cabo Verde, donde incendió Santiago. Tras cruzar el Atlántico llegó a Dominica, y desde ahí fue a la isla de San Cristóbal. El 1 de enero de 1586 llegó a la isla de La Española, donde desembarcaron 1200 hombres que tomaron la ciudad de Santo Domingo, y exigió un rescate a las autoridades españolas por su devolución. Un mes más tarde, después de haber incendiado parte de la ciudad y haber recibido un pago de 25 000 ducados, los atacantes se hicieron nuevamente a la mar. La misma operación fue llevada a cabo contra Cartagena de Indias, ciudad que asaltaron la noche del 19 de febrero y que mantuvieron en su poder durante seis semanas. La devolvió a cambio de 107 000 ducados.

El 1 de marzo, diezmados por la fiebre amarilla, zarparon de Cartagena con la intención de regresar a Inglaterra. El 27 de abril tocaron tierra en el cabo de San Antonio (oeste de Cuba), y de allí siguieron hacia la costa de Florida; el 28 de mayo remontaron el río San Agustín hasta llegar a la fortaleza española de San Agustín, que también incendiaron. En la isla de Roanoke (hoy Carolina del Norte) recogió a más de un centenar de colonos ingleses que ante las dificultades de poblar la zona decidieron regresar a Inglaterra tras haberse establecido allí el año anterior. La flota de Drake llegó a Portsmouth el 28 de julio de 1586.

En 1587 dirigió una campaña contra la flota que Felipe II estaba preparando para invadir Inglaterra. Drake atacó y saqueó Cádiz, destruyendo más de 30 barcos destinados a la Armada Invencible; volvió hacia Lisboa, donde amenazó a la flota del marqués de Santa Cruz sin llegar a atacarla, y virando hacia las islas Azores capturó la carraca San Felipe, que procedente de las Indias venía cargada de riquezas. El éxito rotundo de la expedición de Drake retrasó un año más los planes españoles de invasión de Inglaterra. En agosto de 1588 la Armada Invencible, una gran flota capitaneada por el duque de Medina Sidonia, atacó Plymouth. Francis Drake, que ocupaba el cargo de vicealmirante de la flota inglesa bajo las órdenes del almirante Charles Howard, se destacó particularmente en la batalla, capturando entre otras la nave de Pedro de Valdés, comandante de la flota de Andalucía.

Al año siguiente Inglaterra intentó aprovecharse del descalabro de la Armada Invencible y organizó lo que se ha conocido como la «Invencible Inglesa» o la «Contraarmada». Los objetivos ingleses eran atacar y saquear las costas españolas y provocar una insurrección en Portugal contra el rey Felipe II de España. Posteriormente esperaban de hacerse con alguna de las islas Azores para disponer de una base permanente en el Atlántico desde donde podrían asaltar las flotas de Indias españolas. Drake atacó La Coruña, y saquearía una parte de la ciudad, siendo finalmente rechazado. Fue importante la figura de María Pita en la heroica defensa que sufrieron los ingleses, con 1300 muertos y la pérdida de cuatro naves. Fracasó también la revuelta de los portugueses contra Felipe II y lo pudieron ocupar alguna de las islas Azores, viéndose obligados finalmente a batirse en retirada sin haber logrado ni uno solo de sus objetivos con pérdida de 12 000 hombres y 20 barcos.

Para no volver con las manos vacías durante su vuelta, una escala en la rías bajas gallegas, arrasaría durante cuatro días la indefensa villa de Vigo, a la que su tripulación, sin gobierno y deseosa de venganza, dejaría reducida a cenizas. Milicias provenientes de Portugal, y los moradores pusieron a las naves de nuevo en retirada. Se abriría una investigación en Inglaterra para esclarecer las causas del desastre, y Drake, duramente criticado por sus compañeros de armas, fue relegado al puesto de comandante de las defensas costeras de Plymouth, negándosele el mando de cualquier expedición naval durante los siguientes seis años.

En 1595, ante el mal cariz que la guerra estaba tomando para los intereses ingleses, Drake le propuso a la reina Isabel una audaz operación contra la América española, con el objetivo principal de establecer una base inglesa en Panamá y desde allí poner en jaque los dominios españoles del Caribe. Trató de capturar un galeón en San Juan de Puerto Rico, pero los artilleros del castillo del Morro alcanzaron el puente de su barco, matando a dos oficiales ingleses, aunque Drake sobrevivió. Poco después, atacó de nuevo San Juan, volviendo a ser derrotado por cinco fragatas españolas al mando de don Pedro Téllez de Guzmán.

Ese mismo año se enfrentó al gobernador y capitán general de la Provincia del Nuevo Reino de Granada, que en su momento era el licenciado Francisco Manso de Contreras, y tras sufrir una derrota en Panamá frente a 120 soldados españoles mandados por los capitanes Enríquez y Agüero, a mediados de enero de 1596, a los 56 años, enfermó de disentería. El 28 del mismo mes murió frente a las costas de Portobelo, Panamá, después de haber hecho testamento en favor de su sobrino Francis;​ el mando de la expedición quedó a cargo de Thomas Baskerville y Francis Drake fue sepultado en el mar dentro de un ataúd lastrado.

A Drake, los españoles de la época le conocían como Francisco Draque y Lope de Vega rindió honores de gran enemigo dándole su apellido al poema épico La Dragontea. Drake tuvo una vida digna de ser plasmada en la literatura y Lope no fue el único que dedicó líneas al marino inglés, otros autores como Juan de Castellanos (Elegía de varones ilustres) o Juan de Miramontes (Armas antárticas) contribuyeron a perpetuar su recuerdo en el papel. Juan de Miramontes Zuazola refiere su gesta en Armas Antárticas, escrita en 1609, pero oculta hasta 1921. Francisco Drake es el antagonista en la novela La novia del hereje (1854) por Vicente Fidel López. Gabriel García Márquez menciona el ataque de Drake a Riohacha como inicio de la historia entre las familias Buendía e Iguarán al principio de Cien años de soledad. También lo menciona en el cuento La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmad. Manuel Mujica Lainez menciona su nombre en el cuento La enamorada del Pequeño Dragón (Misteriosa Buenos Aires), trata de una joven que se enamora del sobrino de Drake. José Milla y Vidaurre hace de Drake uno de los personajes más nombrados en la obra El visitador. David Silvestre lo menciona en su tragedia española La Rosa Inglesa, publicada en 2007. El Tesoro de los piratas de Guayacán, obra de ficción histórica escrita por el inglés Ricardo Latcham, también menciona al pirata, Francis Drake.

Maracaibo, viernes 7 de agosto de 2020

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