domingo, 19 de julio de 2020

¿Astrónomo de árboles?


¿Astrónomo de árboles?

Andrew Ellicott Douglass (1867-1962) fue un experto en la datación de los árboles por los anillos de crecimiento de su tronco, un trabajo científico cuyas aplicaciones van más allá de la botánica y pueden utilizarse como registros del paleoclima y como calendarios que permitieron fechar yacimientos arqueológicos de Estados Unidos. Heredó su nombre (y la pasión por la astronomía de su bisabuelo, quien había registrado por primera vez una lluvia de estrellas fugaces en Norteamérica. Con sus estudios en astronomía, geología y física, Douglass ingresó en el Observatorio de Harvard como ayudante, un empleo que le llevó de expedición a Perú y de gira por Europa. En 1894, Percival Lowell un acaudalado astrónomo aficionado le contrató con el fin de seleccionar un emplazamiento en Arizona donde situar un telescopio para observar Marte. Douglass se trasladó a ese estado y en Flagstaff se erigió el Observatorio Lowell, que ha perdurado hasta hoy.

Douglass era el segundo de Lowell pero la obsesión de este por demostrar la existencia de una civilización marciana lo hecía ver canales artificiales en Marte, algo que ni Douglass ni el resto de la comunidad científica apoyaban y se generó un conflicto entre ambos que terminó con el despido de Douglass en 1901 y su posterior traslado a la Universidad de Arizona, en Tucson, hasta que en 1906 el astrónomo comenzó a interesarse por la datación de los anillos de crecimiento de los árboles.

La naturaleza anual de los anillos aparece por primera vez en los escritos de Leonardo da Vinci, quien reconoció que su grosor dependía de las condiciones de humedad. En los siglos XVIII y XIX, otros científicos avanzaron en el estudio de los anillos y su relación con el clima, comenzando a cruzar fechas para efectuar dataciones. Por su parte, Douglass consolidaría su carrera como astrónomo en Tucson, fundando en 1916 el Observatorio Steward en un terreno de la Universidad donde anteriormente se ubicaba una granja de avestruces.

El acercamiento de a los anillos de los árboles tenía un propósito meramente instrumental. Douglass, el astrónomo quería demostrar la influencia de los ciclos solares en el clima terrestre e interesado en la actividad solar, creía que el ciclo de manchas solares de 11 años podía encontrarse en la historia del clima reflejado en los anillos de los árboles y por cuenta propia crearía una nueva ciencia, la dendrocronología. En 1937 fundaría el Laboratorio de Investigación en Anillos de Árboles de la Universidad de Arizona, el primero de su especialidad.
Douglass se convirtió en la principal autoridad en el estudio de los anillos, gracias sobre todo a los cortes de las milenarias secuoyas gigantes. Sus primeras publicaciones llegaron al conocimiento de los arqueólogos del Museo de Historia Natural de EUA. quienes solicitaron su ayuda para datar las ruinas de los antiguos asentamientos anasazis (https://bit.ly/2FZ3qjS) en el suroeste del país a través de las vigas de madera empleadas por los nativos en sus construcciones.

El astrónomo comenzó a trabajar en esta línea en 1916, pero durante años solo fue factible relacionar unas con otras las vigas cronologías, sin posibilidad de fijarlas en el calendario, Por fin, el 22 de junio de 1929, el análisis de una viga denominada HH-39, recogida en Showlow (Arizona), permitió por fin solapar las cronologías y fechar las ruinas anasazis. En diciembre de 1929, Douglass escribía en National Geographic escribiría sobre la viga HH-39 que ella estaría destinada a ocupar un lugar en la arqueología americana “comparable a la piedra Rosetta de Egipto”. Hoy en día, efectivamente la dendrocronología se emplea en todo el mundo tanto para labores de datación, como para reconstruir el clima del pasado y entender el actual.

Douglass falleció a los 94 años sin cumplir su sueño de demostrar la huella de los ciclos solares en los anillos de los árboles. Nunca fue capaz de probarlo, ni lo ha hecho nadie, pero algunos estudios sugieren, aunque es una conjetura, que existe  un posible ciclo de 22 años en los anillos, el doble del ciclo de las manchas solares. Su significado, puede que sea real, y aunque es confuso espera se dilucidado en el futuro...
Maracaibo, domingo 19 de julio, 2020

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