miércoles, 30 de enero de 2019

Curiosa aventura



Curiosa aventura
Manejando una camioneta desde ciudad Guayana hacia Puerto Píritu, una tarde hace ya varios años, me sucedieron varias cosas de esas que mejor no contarlas porque quizás no me las van a creer… Hoy, ya finalizando el mes de enero de este año 2019 que parece será crucial para el regreso (al fin!) de la democracia a nuestro país, otra situación que también podría calificarse de, quizás no me lo puedan creer, me he animado a contar  esta historia haciendo modificaciones puntuales para proteger a los protagonistas de la misma.

La camioneta era una Chevrolet Blazer, y nunca había dado que hacer, de manera que ya enfilando la larga autopista tras cruzar el puente sobre el Orinoco y más allá de El Tigre, súbitamente la luz del aceite se encendió. Viajaba mi mujer y dos hijos y con Maite, una amiga, en el asiento trasero pues traía de copiloto a un compañero voluminoso que lucía el pelo largo amarrado para transformarlo en coleta, llamémoslo Eddy y aceptemos que  dada su singular gusto por la música cantaba con o sin la radio, de manera que al ver la luz (ON) sencillamente él se calló y yo me detuve. Me orillé y tras abrir la capota comprobé que, estaba full de aceite. Es una broma. Si, debe ser algún bombillo loco que se encendió pero hay aceite para rato…Comprobamos que según el mapa (acostumbro a llevarlo siempre) estábamos muy cerca de Anaco. Al arrancar de nuevo, la camioneta no era la misma, redujo su velocidad y con lentitud fuimos bastante atemorizados, avanzando lentamente hasta salir hacia la izquierda al ver la señal de que pronto entraríamos en Anaco.

Al preguntar por una gasolinera nos indicaron que en la parte más alta del pueblo, había una, la mejor, pero que no esperara hallar por allí un mecánico pues era sábado y todos debían estar bebiendo desde hacía rato… La camioneta lentamente se acercó hasta la bomba de gasolina y efectivamente, nos dijeron que el mecánico estaba en el pueblo, pero ya seguramente borracho. Eran las cuatro y media de la tarde y aquello nos parecía anormal. Afortunadamente bajando, la Blazer parecía menos torpe y al regresar pensamos que ese sábado sería, sensacional, o sea, que nos tocaría quedarnos en Anaco, si acaso hallábamos posada, y la perspectiva de dejar la camioneta abandonada me atemorizaba. Así estábamos, cuando vimos un tipo que a lo lejos parecía estar reparando su auto, con un mono grasiento de mecánico, estaba metido de cabeza en su máquina y allí nos detuvimos. No hermanito, nos dijo, yo uso el mono de mi hermano en los fines de semana porque es muy cómodo. ¿Mecánicos que sepan? Los del pueblo deben estar ya “rascaos”, pero pruebe bajando y cruce por entre aquellas casitas y siga derecho, como a medio kilómetro que allí está la casa del señor Serafín. Él es buena gente y tiene un hijo que si es mecánico de verdad.

La Blazer gemía, la luz del aceite en rojo parecía una fresa encendida, me atreví a volver a medirle el aceite y estaba full. Me acordé del maracucho que escuchaba al preguntar por las maletas en su idioma “no sé dónde están”,(I dont understand). Nada nos sale Serafín, no creo que sea Masparrote le dije a Eddy quien comenzó a entender que yo estaba enloqueciendo. La Blazer rodó lentamente por una tortuosa trilla hasta hallarnos frente a un par de casas en un terreno cercado, rodeadas de frondoso árboles. A las 5 y media de la tarde todavía el sol picaba. No he dicho nada, pero mis hijos menores de edad y mi mujer comenzaban también a preocuparse, ellos estaban enterados de que venía desde hacía tres días padeciendo por una crisis hemorroidal y sabían que aquello no era lo mejor para mi salud mental y física. Descendimos de nuestra también enferma camioneta para peguntar por don Serafín y salió un señor mayor, muy amable para decirnos que teníamos muchísima suerte… ¡Al fin!, me dije, sin saber a qué se refería. Mi hijo el mecánico debe llegar en un ratico, porque hoy le toca visitarnos, lo esperamos cada dos semanas con ansiedad…

Llegó el hombre. Willy era un tipo joven, había estudiado mecánica automotriz en la Universidad y tras hacer las preguntas necesarias: ¿desde hace cuantas horas están en esta situación?, ¿cuánto ha rodado la camioneta así? Puso cara de preocupación. Procedió a encender el motor, medir el aceite y decir: Es el lápiz. ¿Prismacolor o Mongol? Fue la pregunta que vino a mi mente. El problema será conseguir un sitio donde comprar un lápiz a esta hora. Al decirlo con toda seriedad Eddy imaginó las librerías cerradas, pero peor nos sentimos al escucharle decir que el problema era que las ventas de repuestos seguramente estaban todas cerradas porque sus dueños andaban echándose palos. Era el consabido sábado sensacional de Anaco. Aprendí entonces que el lápiz es el vástago de la bomba de aceite y que se había fracturado. Cuantas vueltas dimos a que fulano y donde perencejo, por varios botiquines y entre humo, cerveza y aguardiente nos llegó la noche, afortunadamente en el auto del hijo del señor Serafín, porque ya sinceramente mi trasero no daba para más, hasta que al fin, un viejito aceptó abrir su almacén, nos mostró 2 lápices que nos los cedió para ver cuál podía servirle a la pobre camioneta. 

Acortaré el asunto señalando que al cambiarle el lápiz y ponerle aceite nuevo y encender el motor, Willy con un vaso lleno de cerveza, espero que el tremor de la capota fuese nivelándose con su ajuste y al estar como un plato la superficie de la cerveza, nos dijo. Ahora hay que probarlo. Lo lógico es que la máquina haya sufrido, así que vamos a correr para ver qué pasa. De nuevo sentado, esta vez, Eddy iba atrás y Willy era mi copiloto. Salí como un bólido y después de correr unos diez minutos y probar el nivel del vaso de cerveza, el comentario fue: es un milagro. La Blazer estaba “como una uva”. No quiso aceptar dinero, solo las gracias y el señor Serafín se veía dichoso cuando nos vio partir, rumbo al norte, Puerto La Cruz era nuestro destino más cercano. Eran las once y media de la noche. Todos estábamos muy cansados, ya ni siquiera Eddy tenía ganas de cantar y enrumbamos por una vía buscando la autopista principal, pero rumbo al norte…
 
Resulta que ahora que existe Google earth he visto cual fue el error. Existe una carretera, la que cruza Anaco de cabo a rabo, que corre paralela a la autopista, pero que solo tiene una conexión con la misma que si se pela, hay que rodar hasta San Mateo para retomar la vía rápida. Rodaba yo en aquella noche sin luna, en total oscuridad cuando de repente encima y delante de nuestra Blazer apareció una luz que fue creciendo en intensidad, yo reduje la velocidad hasta casi detenerme, todos nos mirábamos, encandilados y asustados sin saber qué hacer, y así como había aparecido, un momento después desapareció ascendiendo en segundos hasta dejarnos en la más completa oscuridad… Todos nos miramos, no era una alucinación. Es lo que llaman un OVNI fue el lógico comentario. Mis hijos no podían creerlo, habíamos sido unos de los pocos seres afortunados que pudieron vivir aquella experiencia. Seguí marchando cada vez más rápido y comenzó a caer en aguacero que me llevó a detectar la autopista más lejos de lo que debía. Así que en una especie de diluvio universal, llegaríamos a la autopista y por ella a Puerto La Cruz y a nuestro destino final por ese sábado cuando ya era domingo. Puerto Píritu que estaba sin energía eléctrica. Fue una noche horribilis…

Finalizo la historia ya demasiado larga, diciendo que después de regresar a Caracas ese domingo, el lunes tuve que ser intervenido por las complicaciones peores de una situación hemorroidal que ni el Martín Romaña de Brice Echenique pudiera imaginar pues el postoperatorio Setón incluido, fue una tortura que soportaría durante varias semanas y que quizá haya sido la responsable para que durante tantos años ocultase la realidad de haber tenido la suerte de ver un OVNI.

Como “addendum in probe” anexo este complemento. En 1958, con la publicación de su libro sobre la ola de OVNIs  de 1954 en Francia, Aime Michel, con la ayuda de Jacques Bergier, ideó una teoría llamada ortotecnic en la esquina de un mantel de restaurante. Michel propuso las llamadas "alineaciones": líneas rectas que correspondían a grandes círculos trazados y centrados en la tierra. Michel afirmó que los avistamientos de ovnis podrían concentrarse a lo largo de estas líneas de cuadrícula donde, de las nueve observaciones de ovnis citadas en la prensa el 24 de septiembre de 1954, se alinearon seis. Aime Michel, fue miembro del comité editorial de Luces en la noche (Lumières dans la nuit) desde 1969, escribió numerosos artículos sobre OVNIs, misticismo, el reino animal y otros temas en varias revistas. Fue amigo de los polémicos Jacques Bergier y Louis Pauwels, y se describió a sí mismo como un rebelde "patológico". Luces resplandecientes en platillos voladores (edición Mame, 1954, col. Découvertes ; prefacio de su amigo Jean Cocteau ) es el segundo libro sobre ovnis franceses, después de Saucers Flying Saucers Come From Another World escrito por Jimmy Guieu (edición Fleuve Noir, 1954).

Mississauga, Ontario, 31 de enero del año 2019

La Mujer difícil, de John Irving



La Mujer difícil, de John Irving
The door in the floor es una película del año 2004, dirigida por Tod Williams, y basada en la novela de John IrvingA widow for one year” en español “Una mujer difícil”. Las historias de John Irving (lapesteloca.blogspot.com https://bit.ly/2fKpIqg 11/11/2016) prodigioso novelista, nunca son sencillas, porque sabe que las jugadas del azar, por extrañas que sean, acostumbran dar un quiebre a la vida, casi siempre risible. Irving en su novela, “A widow for one year” relata la historia de Ruth Cole, nacida para sustituir, en cierto modo, a dos hermanos muertos en un accidente, quien vive una infancia muy especial; en el verano de 1958, cuando ella tiene cuatro años, Marion, su madre, tras una tórrida aventura con un jovencito de dieciséis, abandona el hogar y Ruth se queda con su padre, con el que mantiene una relación de amor-odio marcada por la rivalidad. Pero, andando el tiempo, a sus treinta y seis años, Ruth se ha convertido en una mujer atractiva y en una escritora de éxito, y, pese a su personalidad compleja y difícil, cuatro años después no sólo se ha casado, sino que tiene un hijo, enviuda y, por si fuera poco, se enamora por primera vez. Lo que no podía prever era la reaparición de la inquietante Marion su madre  Este es el parcialmente el argumento desarrollado por John Irving es su novela.
La película de Ted Williams (The door in the floor, en español Una mujer difícil) se desarrolla en un pueblo en las playas de Long Island, donde el autor y artista de libros infantiles Ted Cole (Jeff Bridges) vive con su esposa Marion (Kim Basinger) y su hija Ruth (Elle Fanning), generalmente supervisada por una niñera, Alicia. Ted Cole se dedica a escribir y hacer bocetos de mujeres desnudas, y con Marion, su esposa son una pareja que se acaba de divorciar tras varios años cargando la desgracia de la pérdida de sus dos hijos en un accidente de tráfico. Su casa está llena de fotografías de los hijos adolescentes de la pareja, que murieron en una tragedia que dejó a Marion deprimida y su matrimonio en un caos donde la única experiencia compartida que mantiene unida a la familia es una visualización ritual diaria de una galería de fotos de los hijos fallecidos. Ted y Marion se separan temporalmente, cada uno vive alternativamente en la casa y en un apartamento alquilado en la ciudad. Ted contrata a Eddie O'Hare (Jon Foster) para trabajar como su asistente de verano y conductor, ya que su licencia fue suspendida por conducir ebrio. Eddie, aspirante a escritor, admira a Ted, pero descubre que es mujeriego y ensimismado con un horario de trabajo errático que deja al joven tiempo libre. El mismo día de la separación cuando llegó Eddie O'Hare, Marion notó que su físico era muy parecido a uno de los hijos que perdieron. Entre Marion y Eddie surgirá una relación que se hará sexual, que no pareció molestar a Ted, quien disfruta de sus propias citas con una residente local Evelyn Vaughn (Mimi Rogers) durante sesiones en las que ella sirve como modelo. Cuando Ruth entra en la habitación mientras Eddie y su madre están haciendo el amor, Ted se enoja con su esposa y le aconseja a Eddie testificar sobre el incidente si Ted decide luchar por la custodia completa de la niña. Marion finalmente deja a Ted y a su hija, y se lleva todas las fotografías y los negativos de sus hijos muertos, excepto uno que se está enmarcando después de que se rompió, hiriendo a Ruth y que Eddie decide recuperar la única imagen con marco restante para que Ruth pueda tener al menos una imagen parcial de sus hermanos. Ted le revela a Eddie la historia del accidente automovilístico que causó la muerte de sus hijos y sugiere que la ebriedad de él y Marion y el hecho de que Ted no haya quitado la nieve de la luz trasera de la cola y las luces direccionales probablemente contribuyeron a la muerte de sus hijos. Eddie aprende más sobre lo que pudo haber contribuido a la intensa desesperación, los estados mentales y la decisión de Marion de abandonar a su hija restante. Al final de la película, Ted no entiende por qué Marion se fue y él se pregunta: "¿Qué tipo de madre deja a su hija?"
Es interesante escuchar la opinión de AO Scott, de The New York Times, quien calificó la película como "la mejor película hecha con la ficción del Sr. Irving" y agregó: "Incluso puede pertenecer a la compañía enrarecida de películas que son mejores que los libros en los que se basan”. Si se examina la historia detenidamente, se pueden encontrar puntos débiles de inverosimilitud y de cliché, pero el temblor de algunas de las ideas centrales de la película importan mucho menos de lo que podrían, y la película se mueve con destreza entre el melodrama y la comedia, con una encantadora y perfectamente ejecutada excursión a la farsa cerca del final, que  parece estar perpetuamente descubriendo nuevas posibilidades para sus personajes ... La actuación de la Sra. Basinger es muy buena, pero la película está dominada por el Sr. Bridges: la actuación de Jeff Bridges es excelente , y no solo domina la película, sino que la anima. Es uno de estos ejemplos donde el filme supera la novela original. 

Cuando Tod Williams escribió el guion y dirigió Una mujer difícil a partir de la novela de John Irving, el director tomó como punto de partida la fidelidad al texto y a la historia pero asumiendo una personalidad visual basada en una puesta en escena comedida aunque oscura. Williams creará una atmósfera triste, melancólica, por la que Jeff Bridges y Kim Basinger se mueven para construir magníficamente unos personajes que viven una madurez traumática por la muerte de sus hijos y por un matrimonio que, debido a la pérdida, se viene hacia abajo, refugiándose en esporádicas relaciones sexuales con otras personas. Esta resulta ser una de esas películas realizadas con seriedad tanto en su planteamiento visual como en el narrativo, en la que, al igual que la novela de Irving, los personajes disfrutan de unos diálogos medidas, trabajados, inteligentes. La novela, parece regalarle a Williams un material casi excepcional, pero lo cierto es que el cineasta es capaz de otorgar personalidad propia a la película. Fue considerada en 2004 y sigue siendo, una interesante obra, adulta, extraña de esas que ocasionalmente logran rebasar el texto literario para trascender en el cine..

Mississauga, Ontario,  30  de enero de 2019

martes, 29 de enero de 2019

Anisakis



Anisakis

Hace un par de semanas, conversaba en Euskadi con Tomás, sobre las merluzas y me enteré de la existencia de un parásito que no conocía. Para un médico ya entrado en años, saber que existe un gusano, tipo Ascaris lumbricoides que infecta los peces y otros habitantes del mar, fue una novedad pues médic, repito, y por demás patólogo, no pude uno olvidarse lo que significa un “paquete” de Ascaris en el tracto intestinal de un niño… Asociarlo con las ricas merluzas en salsa verde, delicioso plato de la comida tradicional gipuzkoana, me llamó la atención. He aquí pues algunos de los detalles que mi hijo, fiel a la la Escuela de Cocina de la Universidad del País Vasco me ha llevado a saber…

El anisakis (Anisakis simplex ) es un gusano nematodo que realiza su ciclo vital en el tubo digestivo de peces y mamíferos marinos, donde vive a costa de ellos. Cuando el ser humano ingiere pescado infectado, este gusano puede causarle alteraciones digestivas y reacciones alérgicas. Los síntomas son urticaria, dolor abdominal, náusea, vómitos y diarrea. Las larvas también pueden causar una reacción alérgica que, en los casos más serios, puede derivar en un choque anafiláctico. Los primeros síntomas aparecen de forma rápida en los primeros sesenta minutos. Hay otros síntomas que tardan alrededor de seis horas en manifestarse. Desde que en 1995 se describió en España el primer caso de alergia grave a anisakis, se han producido centenares de casos. Las áreas de mayor prevalencia de la enfermedad en humanos son Escandinavia (de hígados de bacalao ), Japón (después de comer sashimi ), Países Bajos (comiendo arenques fermentados infectados ( maatjes ), España (de comer anchoas y otros peces marinados en escabeche ) y en el Pacífico. Costa de América del Sur (de comer ceviche ). Afortunadamente, los parásitos se identifican fácilmente en la carne no cocinada aún de los peces, crustáceos y cefalópodos.

El género Anisakis fue definido en 1845  por Félix Dujardin como un subgénero del género Ascaris Linnaeus que incluía la especie en la que los machos tienen espículas desiguales por lo que el nombre Anisakis se basa en anis (prefijo griego para diferentes) y akis (griego para columna vertebral o espícula). Se incluyeron dos especies en el nuevo subgénero, Ascaris (Anisakis) distans Rudolphi , 1809 y Ascaris (Anisakis) simplex Rudolphi, 1809.

¿Qué pescados pueden tener anisakis? Los pescados con mayor riesgo son :  1: La merluza (de más de 65 cm) y el bonito.  2: Aquellos pescados que no requieren calor para su preparación y se consumen crudos, ahumados, marinados, en vinagre, en salazón: el boquerón, salmón, la anchoa y la sardina.  3: Los cefalópodos: pulpo, sepia y calamar.  4: los crustáceos: langostinos, gambas, cangrejos, langostas. Se salvan de la infección los bivalvos como los mejillones, almejas, etc porque su sistema de alimentación es distinto. Las conservas son seguras, al tratarse de alimentos cocinados previamente, excepto en el caso de los escabeches y las anchoas.

Para eliminar el anisakis hay que cocinar los peces moluscos y crustáceos  adecuadamente: es decir, que se alcancen siempre los 60 grados en el interior de la pieza, bien sea en el horno, plancha, cocido o en sartén, mejor el pescado abierto. Si se congelan las piezas 24 horas a 20 grados bajo cero se mata al parásito. Si el congelador no llega a esta temperatura, deben tenerse de 4 a 7 días. En España el 90% de los contagios por «Anisakis simplex» se producen tras ingerir boquerones no cocinados. 

Las imágenes muestran los parásitos en un pescado. En una micrografía electrónica de barrido se observan las piezas bucales de un A. simplex

Mississauga, Ontario, 29 de enero 2019