martes, 28 de agosto de 2018

Mary Shelley y Mary Wollstonecraft, hija y madre.




Mary Shelley y Mary Wollstonecraft, hija y madre.



Mary Shelley nació en Londres en 1797 y murió en la misma ciudad a la edad de 54 años, Fue novelista, filósofa, ensayista, biógrafa y editora. Era  hija del filósofo y político William Godwin y de la también filósofa feminista Mary Wollstonecraft, ambos de mucha influencia literaria y social en su época, debida primero a la obra de su madre Una vindicación de los derechos de la mujer (1792), considerado como primer manifiesto feminista, y de William Godwin, autor de varios ensayos importantes como Investigación acerca de la Justicia Política (1793) y Ensayo sobre los sepulcros (1808), también fue novelista gótico, él mismo autor de una semblanza sobre su esposa y editor de las obras de su hija Mary. William Godwin acostumbraba a recibir en su casa a los principales poetas del Romanticismo, sobre los cuales había publicado varios trabajos. Uno de ellos, Percy B. Shelley, se enamoró de su hija Mary y ella de él, hasta que apenas a los 19 años, en 1816 se atrevió a casarse con él  y cambiar su apellido Godwin por el de Shelley, en una relación que duraría para siempre. Ese mismo año fueron a pasar un verano en Ginebra, Suiza, acompañados de sus amigos, George Gordon, mejor conocido como Lord Byron, el joven médico escritor John Polidori, y Claire hermanastra menor de Mary quien tenía un romance con Lord Byron. Llegaron todos a un lugar llamado la Villa Diodati, donde Mary concibió la idea de escribir la famosa novela Frankenstein el moderno Prometeo, al parecer, como producto de un reto que se hizo en el grupo a manera de apuesta. De esa apuesta saldría también la novela El Vampiro de Polidori, atribuida erróneamente a Byron, obra que sería tomada en cuenta por sus cualidades literarias.

 Mary Wollstonecraft la madre de Mary Shelly, el 30 de agosto de 1797, quien a los 38 años había dado a luz a su segunda hija, Mary, sufrió de un desprendimiento de placenta y se infectó posteriormente por lo que fallecería de septicemia tras varios días de agonía, el 10 de septiembre. Tras la muerte de Mary Wollstonecraft, su marido publicó unas memorias de su vida (1798), develando situaciones de su vida poco ortodoxa, e inadvertidamente, destrozó su reputación durante más de un siglo. Sin embargo, con el surgimiento del movimiento feminista previo al comienzo del siglo XX, la defensa de Mary Wollstonecraft a la igualdad para la mujer y sus críticas a la feminidad convencional, fueron creciendo en importancia, de manera que hoy en día, es considerada como una de las figuras fundacionales de la filosofía feminista y los feministas la citan a menudo como una influencia importante tanto por su vida como por su obra. Mary Wollstonecraft había nacido el 27 de abril de 1759 en Spitalfields, Londres, Inglaterra. Aunque su familia tenía unos ingresos aceptables cuando ella era pequeña, su padre los derrochó en proyectos especulativos y debido a ello, la familia siempre viviría en una situación financiera inestable durante la juventud de Wollstonecraft y estaban obligados a trasladarse frecuentemente de una a otra casa. Esta situación económica se hizo tan grave que el padre de Mary le obligó a gastar una herencia que ella de otro modo habría recibido en su madurez. Además, se dice que era un hombre violento que maltrataba a su esposa cuando se encontraba bebido. En su adolescencia, Wollstonecraft mentiría para proteger a su madre, y ejercería un papel igualmente influyente con sus hermanas, Everina y Eliza. En 1784, convenció a su hermana Eliza, quien había sufrido de una depresión posparto, para que abandonara a su marido y a su bebé; Wollstonecraft arregló todo para que Eliza pudiera huir, demostrándose desafiante de las normas sociales. Lamentablemente su hermana sufrió el rechazo social y, como no podía volver a casarse, fue desterrada a una vida de pobreza y de trabajo duro. Wollstonecraft tuvo dos amistades en su juventud, la primera con Jane Arden en Beverley. Ambas solían leer libros juntas y asistían a clases impartidas por el padre de Arden, un científico y filósofo con estilo propio. Wollstonecraft disfrutaba en la atmósfera intelectual de la casa de Arden y valoraba mucho su amistad con la chica, a veces hasta el punto de ser emocionalmente posesiva. La segunda, y más importante amistad la mantuvo con Fanny Blood. Wollstonecraft imaginó una utopía de convivencia con Blood, e hicieron planes para alquilar habitaciones juntas y apoyarse emocional y económicamente, pero este sueño se vio frustrado ante la realidad de sus problemas financieros. Wollstonecraft había idealizado a Blood, quien estaba más de parte de los valores tradicionalmente femeninos. No obstante Mary permaneció dedicada a ella y a su familia a lo largo de toda su vida. Wollstonecraft, sus hermanas y Blood abrieron una escuela en Newington Green, pero Blood se comprometió con un hombre y después de su boda, su marido, Hugh Skeys, se la llevó a Europa con la intención de que su salud, mejoraría, pero, tras quedar embarazada, la salud de Blood se deterioró más. En 1785, Wollstonecraft se fue a Lisboa para cuidar de Blood hasta que su amiga murió en el parto el 29 de noviembre de ese mismo año; ​ La muerte de Blood destrozó a Wollstonecraft y sirvió de la inspiración para su primera novela, La novela de María. Después de la muerte de Blood, Wollstonecraft volvió a Gran Bretaña, donde comenzó a trabajar como institutriz con la familia Kingsborough, en Irlanda y para los niños fue una instructora estimulante; Algunas de las experiencias de Wollstonecraft durante aquellos años están reflejadas en su único libro de literatura infantil, Relatos originales de la vida real (1788). En 1787 Mary Wollstonecraft se trasladó a Londres y, ayudada por el editor liberal Joseph Johnson, y aprendió francés y alemán y trabajó traduciendo textos,​ entre ellos Sobre la importancia de las opiniones religiosas de Jacques Necker y Elementos de moralidad para el trato con niños de Christian Gotthilf Salzmann. También escribió reseñas, principalmente de novelas, para el Analytical Review de Johnson. En Londres conoció a los intelectuales Thomas Paine y William Godwin. Luego de un incidente con un artista Hery Fuseli, Wollstonecraft decidió viajar a Francia para huir de la humillación del incidente y para participar en los sucesos revolucionarios recientemente celebrados en su Vindicación de los derechos del hombre (1790). Escribió esta obra en respuesta a la conservadora crítica de Edmund Burke a la Revolución francesa en Reflexiones sobre la Revolución francesa (1790). Apuntó a estas mismas ideas de forma más indirecta en Vindicación de los derechos de la mujer (1792), su trabajo más conocido e influyente. 

Mary Wollstonecraft marchó hacia París en diciembre de 1792 y llegó un mes antes de que Luis XVI fuera guillotinado. Acababa de escribir Vindicación de los derechos de la mujer, y estaba determinada a poner en práctica sus ideas en la atmósfera intelectualmente estimulante de la Revolución francesa. Buscó a otros visitantes británicos como Helen Maria Williams y se unió al círculo de expatriados de la ciudad. Mary conoció y cayó perdidamente enamorada de Gilbert Imlay, un aventurero americano.​ Estuviera o no Wollstonecraft interesada en un enlace matrimonial, Imlay no lo estaba, y ella parecía haberse enamorado de una idealización de aquel hombre quien despertó su pasión y su interés por el sexo. Wollstonecraft había rechazado la componente sexual de las relaciones en Vindicación de los derechos de la mujer, pero quedó pronto embarazada de Imlay, y el 14 de mayo de 1794 dio a luz a su primera hija, Fanny, a la que puso el nombre de la que quizá fue su mejor amiga. ​ A pesar de toda la agitación que la rodeaba, Wollstonecraft nunca dejó de escribir; mientras se encontraba en Francia, recopiló información para su versión histórica de los primeros años de la Revolución y escribió con avidez en El Havre. En diciembre de 1794 se publicó en Londres Una visión histórica y moral del origen de la Revolución francesa. Wollstonecraft volvió a Londres en abril de 1795 en busca de Imlay, pero él la rechazó. En mayo de 1795 trató de suicidarse, probablemente con láudano, pero Imlay la salvó (aunque no está muy claro cómo). En un último intento de recuperarle, se embarcó en ciertos negocios relacionados con él en Escandinavia, tratando de recuperar algunas de sus pérdidas. Wollstonecraft emprendió este arduo viaje con su pequeña hija y una criada. Relató los sucesos y sus pensamientos en cartas a Imlay, muchas de las cuales se publicaron posteriormente como Cartas escritas durante una breve estancia en Suecia, Noruega y Dinamarca en 1796. Wollstonecraft consideraba su suicidio profundamente racional y escribió tras su rescate: «Solo tengo que lamentar que, cuando la amargura de la muerte había pasado, fui inhumanamente traída de vuelta a la vida y la miseria. Pero tengo la firme determinación de que esa decepción no me desconcierte; no dejaré que lo que fue uno de los actos más calmados de mi razón quede como un intento desesperado. En lo que a ello respecta, solo tengo que rendir cuentas a mí misma. Si me preocupara por lo que llaman reputación, serían otras circunstancias las que me deshonrarían». Poco a poco, Wollstonecraft volvió a su vida literaria, relacionándose con el círculo de Joseph Johnson de nuevo, en particular con Mary Hays, Elizabeth Inchbald y Sarah Siddons mediante William Godwin. El noviazgo de Godwin y Wollstonecraft comenzó lentamente, pero finalmente se convirtió en una apasionada relación. Godwin había leído sus Cartas escritas en Suecia, Noruega y Dinamarca y más tarde escribió que «Si alguna vez hubo un libro hecho para que el lector quedara enamorado de su autor, para mí es éste. Ella habla de su dolor de un modo que te llena de melancolía y te deshace en ternura, al mismo tiempo que demuestra una genialidad que inspira una gran admiración».​ 

Una vez Wollstonecraft quedó embarazada, decidieron casarse para que el hijo fuera legítimo. Su boda desveló el hecho de que Wollstonecraft nunca había estado casada con Imlay, y como resultado Godwin y ella perdieron muchos amigos. Godwin recibió críticas porque había defendido la abolición del matrimonio en su tratado Investigación sobre la justicia política. ​ Después de la boda, que tuvo lugar el 29 de marzo de 1797, se trasladaron a dos casas adosadas, conocidas como El Polígono, de modo que pudieran conservar su independencia;  crearon una empresa editorial que vendía artículos de papelería, mapas, juegos y libros para niños, 

Mary Wollstonecraft el 30 de agosto de 1797, quien a los 38 años había dado a luz a su segunda hija, Mary, sufrió de un desprendimiento de placenta, se infectó posteriormente y fallecería de septicemia tras varios días de agonía, el 10 de septiembre. Percy B. Shelley tuvo con el padre de la joven Mary una relación difícil, aun cuando al principio se identificó con las ideas de éste, quien luego lo demandaría por un asunto de negocios, por lo cual rompieron. De ahí en adelante Mary y Percy B. Shelley soportaron innumerables dificultades económicas y de salud, derivadas de las presiones familiares y emocionales que recaían sobre ellos, en condiciones bastante sórdidas, donde Mary hubo de enfrentar un parto con la lamentable muerte de su bebé. Quizás este hecho pudo inspirar en parte la trama de un cuento que a la larga se convertiría en la novela en cuestión, al estimular que su hijo pudiera volver a nacer a través de métodos científicos. A su vez, la primera esposa de Percy se había suicidado en 1914, y entonces éste se unió a Mary en cuanto pudo para poder vivir sus propias vidas con independencia y tranquilidad. Pero no fue del todo así. Siguieron una serie de acontecimientos complicados en todo sentido, que influyeron notablemente en la construcción de la novela en ciernes, mezcla de muchas de las ideas de Godwin, Shelley y de su madre Mary Wollstonecraft.


El genio de Mary Shelley no se expresa únicamente en esta novela, sino también en otra de matices autobiográficos como Mathilda, escrita un año después. Aquí su escritura se vuelca sobre experiencias personales a través de una prosa conmovedora, donde se palpan las muertes de su padre, su esposo y sus hijos (su niño, William, se llama también como el niño asesinado en Frankenstein) donde está presente el rechazo de Mary hacia su padre cuando se vio obligada a huir con Percy.  Otra novela suya importante es El último hombre (1826) que casi triplica en extensión a Frankenstein y es acaso su obra más ambiciosa, donde narra los efectos de una plaga que arrasa con la humanidad en el año 2096 dejando solamente a un sobreviviente, Mercey, acompañado de un perro, y donde también se adelanta a los argumentos frecuentados por la ciencia-ficción, de extraordinaria factura. Asimismo, una colección de Cuentos góticos donde nos muestra su versatilidad narrativa. En uno de éstos, El mortal inmortal, Shelley explora las posibilidades de un personaje que no puede morir. Todas estas historias posiblemente influyeran notablemente en Edgar Allan Poe. 
Maracaibo, 28 de agosto 2018

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