domingo, 29 de abril de 2018

Luis Daniel Beauperthuy




Luis Daniel Beauperthuy

En 1854 Luis Daniel Beauperthuy propuso transmisión insectil de la fiebre amarilla y lo informó a la Academia de Medicina de Francia, pero no se le dio la debida atención... En 1881 Carlos Finlay llegó a la conclusión de que la fiebre amarilla se transmitía de unas personas a otras mediante un zancudo, y esto lo hizo sin hacer referencia a las investigaciones de Beauperthuy. En 1884 Luis Peña,  médico cirujano del Centro Médico de Cienfuegos llevó a la comunidad médica de Cuba el planteamiento sobre la original idea al respecto que había sido planteada por Beauperthuy hacía treinta años y volvió a hacer el mismo comentario en 1896. Lo de la transmisión de la fiebre amarilla por el zancudo “patas blancas”, solo llegó a ser una verdad científica cuando en 1900 la U.S. Yellow Fever Comisión en Cuba experimentalmente demostró que la fiebre amarilla es transmitida por el Aedes aegypti y que el agente etiológico era un virus filtrable. En 1907, Arístides Agramonte, reconocido médico Cubano miembro de la comunidad médica de Estados Unidos e integrante de la U.S. Yellow Fever Comisión, le correspondió establecer el pionero aporte de Beauperthuy a la idea de la transmisión insectil de la enfermedad reclamando “el título de ‘abuelo’ de la teoría del mosquito en la fiebre amarilla”. En un informe publicado posteriormente en el Boston Medical Surgical Journal, Agramonte indicó “tan lejos como en 1853 definitivamente vio el papel de los mosquitos en la propagación de la malaria y de la fiebre amarilla”. “Desde los artículos de Beauperthuy 1854-1870 ninguna mención se encuentra en la literatura médica, de la intervención de los insectos en la propagación de las enfermedades”.

Louis Daniel Beauperthuy Desbonnes (1807–1871), nació en Basse Terre, en la isla de Guadalupe. Desde pequeño tuvo contacto con la naturaleza y en especial con la botánica que utilizaba su padre en el negocio farmacéutico. Luis Daniel vivió rodeado de comodidades y seguridad de un hogar próspero y a la temprana edad de catorce años en 1822, fue enviado a estudiar bachillerato (bachó) en París hospedándose en el Barrio Latino. Luego de titularse como bachiller en letras en 1828, Beauperthuy se inscribió en la Facultad de Medicina de París y el 12 de septiembre de 1837 obtuvo el título de Doctor en Medicina. Además de las materias de la cátedra, Beauperthuy recibió enseñanzas de microscopía fuera de la Universidad ya que para ese entonces no se había establecido el regular uso del microscopio en la medicina. De igual forma asistió a lecciones de zoología en el Museo de Historia Natural durante las cuales se familiarizó con las colecciones de flora y fauna del museo y que habían sido recogidas por Humboldt y Bompland. 

Al año siguiente de graduarse en medicina en la Universidad de París en 1837, fue enviado como viajero naturalista del Museo de Historia Natural de París a Venezuela, y llegó a Cumaná donde se enamoró de una jovencita de 16 años Ignacia Sánchez de Arellano y Mayz, y de allí pasó a Maturín desde donde viajó por el país hasta los llanos orientales y los valles de Aragua donde realizó numerosas anotaciones sobre la flora, fauna y los venezolanos e hizo envíos de ejemplares de minerales, flora y fauna a París. En 1840 se radicó de manera definitiva en Cumaná donde contrajo matrimonio con Ignacia. Luego de revalidar su título en la Universidad Central de Venezuela en 1844 comenzó a ejercer la medicina, y la docencia y fue conocido como “el médico de Cumaná”. Sus trabajos de investigación lo llevarían a establecer en 1853 que la fiebre amarilla se transmitía mediante un mosquito y no por el aire como hasta entonces se creía.

Su teoría sobre la transmisión de la fiebre amarilla por el mosquito de patas blancas, fue publicada en la Gaceta Oficial de Cumaná en 1854, tan solo un año después del terremoto. Después del terremoto y de las epidemias que asolaron la ciudad de Cumaná, Luis Daniel Beauperthuy se dedicó al estudio de los mosquitos y detalladamente dibujaría al responsable, el zancudo patas blancas, culpable de inocular el germen causal del “vomito negro”, la fiebre amarilla. Los planteamientos de Beauperthuy sobre la fiebre amarilla, publicados en la Gaceta Oficial de Cumaná, en 1867, fueron recopilados por él en su monografía titulada Travaux Scientifiques (Trabajos Científicos). No le bastó el informe local ni la insistencia para lograr el uso de los mosquiteros y otras medidas sanitarias. Beauperthuy envió sus resultados a la Academia de Medicina de París y no le creyeron.

Beauperthuy realizó observaciones y estudios en leprosos durante varios años en Cumaná, desarrollando una metodología que tuvo repercusiones en algunos médicos ingleses y franceses que se interesaron por su método. En 1869 dos de ellos, Bakewell, Brassac se reunieron con Beauperthuy en Cumaná y establecieron una práctica terapéutica experimental basados en su metodología, hasta que finalmente el gobierno inglés encomendó a Beauperthuy la dirección de un hospital para leprosos en la isla de Kaow, en medio del río Esequibo en la Guayana Inglesa para que continuara con sus experimentos. 

El médico de Cumaná se trasladó en compañía de dos sobrinos dedicándose a curar a los que sufrían de la lepra. Viajando todos los días en una canoa, desde su pequeña choza de madera a la orilla del Río Esequibo, hasta la isla de Kaow donde visitaba a los leprosos y anotaba sus evoluciones, transcurrieron los últimos siete meses de vida del médico y científico humanitario. El 3 de septiembre de 1871 durante la madrugada murió en su hamaca víctima de una apoplejía. Su historia verdadera está relatada desde su inicio hasta el final en mi novela “El año de la lepra” (2011).Editada por “elotro@elmismo y  distribuida por EdicVen, lamento no tener idea de si existen ejemplares, ojalá puedan los interesados conseguir copias de esta novela que ha sido escasamente divulgada en Venezuela.

Maracaibo 29 de abril, 2018

sábado, 28 de abril de 2018

Las motivaciones de Fernández Morán



Las motivaciones de Fernández Morán

Conversando con mi amigo José Esparza, discurríamos virtualmente sobre las motivaciones del doctor Humberto Fernández Morán que pudiesen haber sido decisivas para para definir el rumbo de su vida por el cauce de la investigación, y será sobre este asunto al que me voy a referir para relatar los variados escenarios que, personalmente creo, fueron importantes para hacer de él un personaje crucial en la historia de la investigación científica universal.

Nacido el 18 de febrero de 1924, Humberto Fernández Morán (HFM) personalmente relatará un episodio que suena casi como el inicio de “Cien años de soledad” y se ha planteado sobre aquella situación, que quizás fue determinante y quien sabe hasta qué extremo afianzaría ese vínculo paterno que fue tan importante en su vida. “A la edad de 5 años, mi mamá me vistió para que fuéramos a solicitar la libertad de mi padre”… Luis Fernández Morán, su padre había sido hecho preso por razones políticas y la madre, Elena Villalobos con el niño, se acercaron hasta la residencia del Presidente del Estado, General Vicencio Pérez Soto quien los recibió estando su esposa presente. HFM niño se dirigió al Presidente en estos términos. “Vengo para que me entregue a mi papaíto. ¡I me lo entrega ya!” La esposa de Pérez Soto se conmovió con las palabras del niño e intercedió ante su marido para liberar al prisionero. Esa misma tarde don Luis Fernández Morán fue puesto en libertad. La familia emigraría a Curazao y desde allí a los Estados Unidos.

Entre 1929 y 1936 la familia vivió en Nueva York y HFM estudiaría bachillerato en la Witt Junior High School, para más adelante viajar a Londres y a París donde estudiaría perfeccionado sus conocimientos de los idiomas. Así durante esos seis años (1929-1936) consolidaría su bachillerato. A la muerte de Gómez, el año 1936, la familia regresó a Maracaibo. De todos es bien conocida la historia de cómo HFM estudiaría en el Colegio Alemán que estaba ubicado en “La Casa de Morales”. Se ha dicho que sus conocimientos de ese idioma, se perfeccionaron con la ayuda del director del Colegio, y estos le sirvieron para descifrar unos planos ininteligibles (estaban en alemán y no había quien los entendiese) de una cervecería y se los llevaron a don Luis quien se los pasó a su hijo. Tras estudiarlos, el muchacho pondría a funcionar la maquinaria paralizada de la cervecería que funcionaba en Los Haticos. En esta etapa de su adolescencia, su padre  tomaría la crucial decisión de enviarlo a estudiar en Alemania.

En las montañas de Turingia, don Luis seleccionaría el Liceo Scuhgeneinde Wichersdorf que era “humanístico, monástico y militar” donde el adolescente completó el bachillerato y cumplió actividades deportivas como esgrima, equitación y tras ser derrotado, ganó el campeonato de boxeo del Liceo. Sobre esos años HFM escribiría. “Me vi enfrentado al dolor y mi primer impulso fue regresar y abandonar todos aquello, pero papaíto que me escribía y me guiaba cada semana sin fallar y se fue desarrollando en mí el espíritu de lucha y persistencia, con sabiduría, amor y firmeza”. Graduado a los 15 años se marchó a Munich para estudiar Medicina. Estudiaría Medicina entre 1939 y 1944, Alemania era una nación en guerra y el joven estudiante debió presenciar enfermedades, y muchas lesiones producto de la guerra. Conocería el dolor de los enfermos enfrentando a la muerte. Se graduaría de Médico y luego recibiría el Doctorado en Ciencias Médicas, Summa Cum Laude. HFM relataría como al final de su carrera. ”El rector, austero y enlutado me entregó con visible ansia el diploma, pues allí la atmósfera albergaba una constante amenaza y se esperaba de un momento a otro el próximo ataque aéreo”.

De vuelta a su patria HFM llegaría a Caracas en 1944 y tomaría cursos en el Instituto de Medicina Tropical de la UCV para luego de aprobar un examen, revalidar el título de médico, siendo calificado como Summa Cum Laude. Ya en su tierra, viajaría hasta Los Andes y estaría en el hotel Guadalupe de La Puerta y luego en Maracaibo ejercería como médico en el hospital Psiquiátrico dirigido por el Dr Tibaldo Fuenmayor Nava. HFM escribiría sobre estos tiempos: “…deprimido por la futilidad de ver enfermos morir de tumores del cerebro, a despecho de nuestros esfuerzos, me entregué de lleno a la investigación básica con el deseo de aprender más sobre estos tumores”. Con su padre planifica el viaje y selecciona la Universidad George Washington en los Estados Unidos para estudiar neuropatología con el profesor Walter Freeman.

Ese año, 1946, ya estaba decidido y se marcha a Washington en los Estados Unidos para estudiar Neurología y Neuropatología con el Profesor Walter Freeman en el hospital de la Universidad George Washigton en Washigton DC y allí es interno y luego residente de Neuropatología. Freeman era el pionero de las lobotomías y trabajaba en el campo de la psiconeurocirugía. La última circunstancia que cambiaría definitivamente el rumbo y orientaría definitivamente la vida del Dr. Humberto Fernández Morán fue una entrevista que él ha descrito en detalle y que se produjo a mediados de 1946 cuando se acercaría hasta la Universidad de Princeton, donde estaba Albert Einstein y fue el famoso científico quien le recomendará al joven venezolano de 22 años, que estudiase en Escandinavia. HFM narrará; “Me preguntó en que me había graduado y le contesté que en Medicina pero que había tomado mucha matemática y física porque fueron mi primer intento, que me interesaban mucho los estudios del cerebro y que yo quería pedirle un favor, que me aconsejara. Me aconsejó: Einstein le diría que en Escandinavia estaba su amigo Nilih Born y esa será, precisamente la referencia que llevará a HFM hasta Estocolmo, en Suecia.

Sería probablemente ese año 1946, cuando al volver de los Estados Unidos al hospital psiquiátrico de Maracaibo, HFM realizaría, en 25 pacientes, un procedimiento para calmar a los enfermos de esquizofrenia. Leucotomías e inyecciones en los lóbulos prefrontales usando la vía transorbitaria, un estudio que fue publicado en el Volumen 4 de la Revista Archivos de la Sociedad Venezolana de ORL, Oftalmología y Neurología en 1946. Así, ya a finales de 1946, el joven HFM arribaría al Instituto Karolinska en Estocolmo y se iniciaría trabajando con el Profesor Tobjorn Caspersson y en el hospital Serafirmerlasseratet con el Profesor Heberto Olivercrona. Allí pronto obtendrá la Licenciatura en Biofísica y una Maestría en Biología Celular y Genética, para graduarse de PhD en Biofísica de la Universidad de Estocolmo en 1951, cuando ya era Profesor Asociado del Instituto Karolinska, sería condecorado al año siguiente, 1952, con la Orden de "Caballero de la Estrella Polar" por el Rey Gustavo Adolfo de Suecia. Para esa época, le escribiría a su amigo, Matos Romero: "…continuaré desafiando el destino y buscando lo que me pertenece, que es mi patria”.

En un libro publicado en 1953 en Caracas, la dedicatoria escueta dice: “a la memoria de mi padre, Luis Fernández Morán”. (R Jimenéz Maggiolo) El libro era: “La organización Submicroscópica del Segmento Interanular de las Fibras nerviosas Meduladas en los Vertebrados”.  HFM diría: “Al final de esta reminiscencia quisiera rememorar al ser a quien más quiero y a quien más debo: a mi padre”  Fue su padre quien pudo acompañarle más tiempo en el exterior y compartir con él dificultades, que las hubo. De seguida agregaría: “él fue quien adelantó siempre la magnífica fe en mi porvenir, quien sacrificó todo y no por último el deseo de verme a su lado por labrarme un porvenir mejor”.

Maracaibo  28 de abril 2018

viernes, 27 de abril de 2018

Las úlceras de Buruli




Las úlceras de Buruli


En 1897, Sir Albert Cook,  médico británico que trabajaba en el Hospital Mengo de Kampala (Uganda), cuando describió la existencia de unas úlceras cutáneas de difícil cicatrización. En 1948, el profesor Peter MacCallum y sus colaboradores hicieron una descripción detallada de la enfermedad  en seis pacientes de la zona de Bairnsdale, cercana a Melbourne (Australia), y fueron los primeros que aislaron el microorganismo causante que resultó ser el Mycobacterium ulcerans. En el sur de Australia la enfermedad todavía se conoce como úlcera de Bairnsdale.  Regresand al África, en la década de los sesenta se registraron muchos casos en el condado de Buruli (el actual distrito de Nakasongola), en Uganda, y de ahí procede el nombre más común de la enfermedad: úlcera de Buruli (UB).

La Ulcera de Buruli es la tercera infección más común causada por una micobacteria, Mycobacterium ulcerans. Las dos primeras corresponden a Mycobacterium tuberculosis y Mycobacterium leprae. Es una de las enfermedades tropicales emergentes desatendidas actualmente. Es una enfermedad necrotizante de la piel (en la dermis profunda y tejido subcutáneo), que afecta principalmente a los niños, produciendo úlceras masivas, que desfiguran y puede llegar a dejar lesiones incapacitantes de por vida. Debido a los escasos conocimientos sobre la enfermedad, al aumento de su extensión geográfica y a sus graves consecuencias, la Asamblea de la Salud adoptó en 2004 una nueva resolución destinada a mejorar su vigilancia y control para a acelerar la investigación y para desarrollar mejores instrumentos de control. 

A partir de 1980, la UB se ha propagado rápidamente en varias zonas del mundo, y sobre todo en África occidental, lo cual llevó a la Organización Mundial de la Salud a actuar en 1998. En Costa de Marfil  se han registrado aproximadamente 24 000 casos entre 1978 y 2006; en Benín, cerca de 7000 entre 1989 y 2006, y en Ghana, más de 11 000 desde 1993. Otros países africanos en los que ha registrado la enfermedad son Angola, Burkina Faso, Camerún, Congo, República Democrática del Congo, Guinea Ecuatorial, Gabón, Guinea, Liberia, Nigeria, Sudán, Togo y Uganda. En Asia, se presenta con mayor frecuencia en Papúa Nueva Guinea, con casos esporádicos en China, Indonesia, Japón y Malasia. Las regiones del sur de Australia, son endémicas y el número de casos notificados ha aumentado en los últimos años, de 25 en 2004, a 47 en 2005 y a 72 en 2006. En la América del Sur, la Guayana Francesa es un foco conocido de la UB, desde finales de los años 1960, esencialmente en la Guayana francesa. El Mycobacterium ulcerans, nunca se había observado en este continente y un equipo de investigación analizó 23 puntos de agua dulce naturales en la costa de la Guayana en donde se observaron casos humanos y se detectaron catorce puntos positivos, cinco de los cuales eran inequívocos. Se  han descrito también  casos esporádicos en Perú, Surinam, México y, más recientemente en Brasil. 

El modo de transmisión sigue en estudio. Hay investigaciones que señalan en África, a algunos insectos acuáticos del orden Hemiptera pueden albergar M. ulcerans en sus glándulas salivares y transmitir la enfermedad a animales de experimentación. Datos más recientes procedentes de Australia indican que los mosquitos de las marismas son positivos para el ADN de M. ulcerans, aunque todavía no se ha confirmado que transmitan el microorganismo. No hay pruebas de que la enfermedad de transmita de persona a persona. El modo más posible de la transmisión es local, un traumatismo pqueño en la piel y una lesión, a menudo inadvertida. Lo permite la inoculación de M ulcerans, que crece muy lentamente en vivo, tiene una temperatura optima de crecimiento de aproximadamente 32ºC, lo que explica su predilección por la piel. Los huesos pueden ser infectados, debido a la difusión linfática o diseminación hematógena. Características importantes de la M ulcernas son, su baja temperatura optima de crecimiento que hace de la piel y tejido subcutaneo su territorio exclusivo. Su tasa de crecimiento lento por lo que las lesiones progresan lentamente y la exotoxina mycolactona, que tiene una gran potencia citotóxica e inmunosupresora. Este es el único factor conocido de virulencia de la bacteria.

Maracaibo 27   de abril 2018

miércoles, 25 de abril de 2018

El cráter de Chicxulub




El cráter de Chicxulub
"La Frontera KT" llamada en alemán: Kreide/Tertiär, es la capa de piedra debajo de la superficie terrestre la cual es abundante en metales raros también encontrados en los cometas y asteroides. Existe la hipótesis de un evento ligado a la extinción acaecido por el choque de un objeto extraterrestre contra la Tierra hace sesenta y seis millones de años, y se plantea que la colisión se produjo cuando un meteorito, asteroide o cometa de unos diez kilómetros de largo atravesó la atmósfera e impactó a 75 000 km/h frente a las actuales costas de Yucatán. Se cree que el impacto causó seis efectos directos sobre la vida en la Tierra, 1- un cráter de unos 200 km de diámetro, el cráter de Chicxulub. 2- cambios en la corteza terrestre 3- también en el clima, con un calentamiento inicial y un enfriamiento posterior. Todo ello provocó o contribuyó a provocar el 4to evento: denominado extinción masiva del Cretácico-Paleógeno, con la desaparición del 76 % de las especies existentes, incluyendo 5to: el fin de los dinosaurios como el escalón más alto de la cadena alimenticia y 6- la posterior ocupación de dicho lugar por los mamíferos, quedando un único grupo de dinosaurios supervivientes, las aves. Todos estos cambios quedaron documentados en el registro geológico, a partir del denominado límite T/K, y supusieron un cambio de era geológica: extinción masiva del Cretácico-Terciario y el fin del Mesozoico  con el inicio del Cenozoico.

El cráter de Chicxulub apoya la teoría postulada por el fallecido Luis Álvarez y su hijo, el geólogo Walter Álvarez, que hace alusión al hecho de que la extinción de numerosos grupos de animales y plantas, incluyendo los dinosaurios podría haber sido el resultado del impacto de un  bólido. La prueba principal del impacto, aparte del cráter en sí, se encuentra en una fina capa de arcilla, presente en el límite K/T de todo el mundo. A finales de la década de 1970, los Álvarez y sus colaboradores informaron que contenía una concentración anormalmente alta de iridio. En esta capa, los niveles de iridio llegaban a 0,006 ppm  en peso o más, los meteoritos contienen unas 0,47 partes por millón de este elemento, de donde se teorizó que el iridio se extendió por la atmósfera cuando el bólido fue vaporizado y que se depositó en la superficie de la Tierra junto con otro material expulsado por el impacto, formando así la  capa de arcilla rica en iridio.

Los Álvarez, ambos trabajando entonces en la Universidad de California Berkeley, postularon que la extinción fue aproximadamente contemporánea con la fecha estimada de la formación del cráter de Chicxulub, que como bien se arguye fue el resultado de un fuerte impacto. Esta teoría goza actualmente de una aceptación amplia, pero no universal, por parte de la comunidad científica. Algunos críticos, entre los que se encuentra el paleontólogo Robert Bakker, argumentan que un impacto tal habría matado a las ranas junto con los dinosaurios, aunque las ranas sobrevivieron a la exteinción.  Sin embargo, Gerta Keller de la Universidad de Princeton, argumentó, por su lado, que recientes muestras de roca de Chicxulub demuestran que el impacto se produjo unos 300 000 años antes de la extinción, de modo que no podría haber sido el factor causante.

El 5 de septiembre de 2007, se sugirió un posible origen para el asteroide que creó el cráter de Chicxulub en un informe publicado en la revista científica Nature. William F. Booke, David Vokrouhlický  y David Nesvormý, argumentaban que una colisión producida hace 160 millones de años en el cinturón de asteroides creó la familia de los asteroides de Baptistina, cuyo miembro superviviente mayor es Baptistina, y sugirieron que el «asteroide de Chicxulub» también era miembro de este grupo, apoyándose en la presencia de cromo en diversos afloramientos del límite K/T y en un meteorito hallado en sedimentos del mismo límite, en el norte del océano Pacífico, que indicarían que podría haber pertenecido a la poco frecuente clase de asteroides llamados "condritas" carbonáceas», clase a la que pertenece la familia de Baptistina. Según Bottke, el aerolito de Chicxulub era un fragmento de unos 60 km de diámetro escindido de un cuerpo padre mucho mayor, de unos 170 km.
En años recientes, se han descubierto otros cráteres como el de Chicxulub, todos entre las latitudes 20°N y 70°N. Entre ellos se pueden mencionar al cráter Silverpit, ubicado en el mar del Norte frente a las costas del Reino Unido, y al cráter Boltysh en Ucrania. Ambos son mucho más pequeños que Chicxulub, pero probablemente fueron causados por objetos de decenas de metros de largo que impactaron contra la Tierra. En marzo de 2010,, y tras una revisión de estudios, 38 expertos de Europa, Estados Unidos, México, Canadá y Japón, confirmaron, en un trabajo publicado por la revista Science, que la extinción masiva que se produjo hacia finales del período Cretácico, hace unos 65,5 millones de años, y que acabó con el dominio de los dinosaurios en la Tierra, fue originada por el impacto de un asteroide. Con ello quedan desvirtuadas otras hipótesis anteriormente postuladas, como la del vulcanismo masivo o la del depósito de microtectitas sobre el cráter con 300 000 años de antelación.

Maracaibo  25   de abril 2018