sábado, 28 de abril de 2018

Las motivaciones de Fernández Morán



Las motivaciones de Fernández Morán

Conversando con mi amigo José Esparza, discurríamos virtualmente sobre las motivaciones del doctor Humberto Fernández Morán que pudiesen haber sido decisivas para para definir el rumbo de su vida por el cauce de la investigación, y será sobre este asunto al que me voy a referir para relatar los variados escenarios que, personalmente creo, fueron importantes para hacer de él un personaje crucial en la historia de la investigación científica universal.

Nacido el 18 de febrero de 1924, Humberto Fernández Morán (HFM) personalmente relatará un episodio que suena casi como el inicio de “Cien años de soledad” y se ha planteado sobre aquella situación, que quizás fue determinante y quien sabe hasta qué extremo afianzaría ese vínculo paterno que fue tan importante en su vida. “A la edad de 5 años, mi mamá me vistió para que fuéramos a solicitar la libertad de mi padre”… Luis Fernández Morán, su padre había sido hecho preso por razones políticas y la madre, Elena Villalobos con el niño, se acercaron hasta la residencia del Presidente del Estado, General Vicencio Pérez Soto quien los recibió estando su esposa presente. HFM niño se dirigió al Presidente en estos términos. “Vengo para que me entregue a mi papaíto. ¡I me lo entrega ya!” La esposa de Pérez Soto se conmovió con las palabras del niño e intercedió ante su marido para liberar al prisionero. Esa misma tarde don Luis Fernández Morán fue puesto en libertad. La familia emigraría a Curazao y desde allí a los Estados Unidos.

Entre 1929 y 1936 la familia vivió en Nueva York y HFM estudiaría bachillerato en la Witt Junior High School, para más adelante viajar a Londres y a París donde estudiaría perfeccionado sus conocimientos de los idiomas. Así durante esos seis años (1929-1936) consolidaría su bachillerato. A la muerte de Gómez, el año 1936, la familia regresó a Maracaibo. De todos es bien conocida la historia de cómo HFM estudiaría en el Colegio Alemán que estaba ubicado en “La Casa de Morales”. Se ha dicho que sus conocimientos de ese idioma, se perfeccionaron con la ayuda del director del Colegio, y estos le sirvieron para descifrar unos planos ininteligibles (estaban en alemán y no había quien los entendiese) de una cervecería y se los llevaron a don Luis quien se los pasó a su hijo. Tras estudiarlos, el muchacho pondría a funcionar la maquinaria paralizada de la cervecería que funcionaba en Los Haticos. En esta etapa de su adolescencia, su padre  tomaría la crucial decisión de enviarlo a estudiar en Alemania.

En las montañas de Turingia, don Luis seleccionaría el Liceo Scuhgeneinde Wichersdorf que era “humanístico, monástico y militar” donde el adolescente completó el bachillerato y cumplió actividades deportivas como esgrima, equitación y tras ser derrotado, ganó el campeonato de boxeo del Liceo. Sobre esos años HFM escribiría. “Me vi enfrentado al dolor y mi primer impulso fue regresar y abandonar todos aquello, pero papaíto que me escribía y me guiaba cada semana sin fallar y se fue desarrollando en mí el espíritu de lucha y persistencia, con sabiduría, amor y firmeza”. Graduado a los 15 años se marchó a Munich para estudiar Medicina. Estudiaría Medicina entre 1939 y 1944, Alemania era una nación en guerra y el joven estudiante debió presenciar enfermedades, y muchas lesiones producto de la guerra. Conocería el dolor de los enfermos enfrentando a la muerte. Se graduaría de Médico y luego recibiría el Doctorado en Ciencias Médicas, Summa Cum Laude. HFM relataría como al final de su carrera. ”El rector, austero y enlutado me entregó con visible ansia el diploma, pues allí la atmósfera albergaba una constante amenaza y se esperaba de un momento a otro el próximo ataque aéreo”.

De vuelta a su patria HFM llegaría a Caracas en 1944 y tomaría cursos en el Instituto de Medicina Tropical de la UCV para luego de aprobar un examen, revalidar el título de médico, siendo calificado como Summa Cum Laude. Ya en su tierra, viajaría hasta Los Andes y estaría en el hotel Guadalupe de La Puerta y luego en Maracaibo ejercería como médico en el hospital Psiquiátrico dirigido por el Dr Tibaldo Fuenmayor Nava. HFM escribiría sobre estos tiempos: “…deprimido por la futilidad de ver enfermos morir de tumores del cerebro, a despecho de nuestros esfuerzos, me entregué de lleno a la investigación básica con el deseo de aprender más sobre estos tumores”. Con su padre planifica el viaje y selecciona la Universidad George Washington en los Estados Unidos para estudiar neuropatología con el profesor Walter Freeman.

Ese año, 1946, ya estaba decidido y se marcha a Washington en los Estados Unidos para estudiar Neurología y Neuropatología con el Profesor Walter Freeman en el hospital de la Universidad George Washigton en Washigton DC y allí es interno y luego residente de Neuropatología. Freeman era el pionero de las lobotomías y trabajaba en el campo de la psiconeurocirugía. La última circunstancia que cambiaría definitivamente el rumbo y orientaría definitivamente la vida del Dr. Humberto Fernández Morán fue una entrevista que él ha descrito en detalle y que se produjo a mediados de 1946 cuando se acercaría hasta la Universidad de Princeton, donde estaba Albert Einstein y fue el famoso científico quien le recomendará al joven venezolano de 22 años, que estudiase en Escandinavia. HFM narrará; “Me preguntó en que me había graduado y le contesté que en Medicina pero que había tomado mucha matemática y física porque fueron mi primer intento, que me interesaban mucho los estudios del cerebro y que yo quería pedirle un favor, que me aconsejara. Me aconsejó: Einstein le diría que en Escandinavia estaba su amigo Nilih Born y esa será, precisamente la referencia que llevará a HFM hasta Estocolmo, en Suecia.

Sería probablemente ese año 1946, cuando al volver de los Estados Unidos al hospital psiquiátrico de Maracaibo, HFM realizaría, en 25 pacientes, un procedimiento para calmar a los enfermos de esquizofrenia. Leucotomías e inyecciones en los lóbulos prefrontales usando la vía transorbitaria, un estudio que fue publicado en el Volumen 4 de la Revista Archivos de la Sociedad Venezolana de ORL, Oftalmología y Neurología en 1946. Así, ya a finales de 1946, el joven HFM arribaría al Instituto Karolinska en Estocolmo y se iniciaría trabajando con el Profesor Tobjorn Caspersson y en el hospital Serafirmerlasseratet con el Profesor Heberto Olivercrona. Allí pronto obtendrá la Licenciatura en Biofísica y una Maestría en Biología Celular y Genética, para graduarse de PhD en Biofísica de la Universidad de Estocolmo en 1951, cuando ya era Profesor Asociado del Instituto Karolinska, sería condecorado al año siguiente, 1952, con la Orden de "Caballero de la Estrella Polar" por el Rey Gustavo Adolfo de Suecia. Para esa época, le escribiría a su amigo, Matos Romero: "…continuaré desafiando el destino y buscando lo que me pertenece, que es mi patria”.

En un libro publicado en 1953 en Caracas, la dedicatoria escueta dice: “a la memoria de mi padre, Luis Fernández Morán”. (R Jimenéz Maggiolo) El libro era: “La organización Submicroscópica del Segmento Interanular de las Fibras nerviosas Meduladas en los Vertebrados”.  HFM diría: “Al final de esta reminiscencia quisiera rememorar al ser a quien más quiero y a quien más debo: a mi padre”  Fue su padre quien pudo acompañarle más tiempo en el exterior y compartir con él dificultades, que las hubo. De seguida agregaría: “él fue quien adelantó siempre la magnífica fe en mi porvenir, quien sacrificó todo y no por último el deseo de verme a su lado por labrarme un porvenir mejor”.

Maracaibo  28 de abril 2018

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