sábado, 30 de septiembre de 2017

Simón de Montfort (3)



Simón de Montfort (3)


Simón IV de Monfort (?1160/1165-1218).Señor de Montfort-lÁmaury,quinto conde de Leicester, conde de Tolosa, vizconde de Béziers y del vizcondado de Carcasone,  fue el principal protagonista de la Cruzada albigense. Simón IV de Monfort pertenecía a una familia con el rango de barones de la Isla de Francia por parte de su padre Simón de Montfort y, por parte de su madre, Amicie de Beaumont, señora de Leicester, descendía de la baronía anglonormanda y era la heredera de la mitad del condado de Leicester con derecho al título de senescal de Inglaterra. Su bisabuelo, Amaury III de Montfort fue conde de Évreux y senescal de Francia. Su abuelo, Simón de Montfort, fue conde de Évreux y gruyer  real del bosque de Yvelines.  Su padre Simón era el segundo hijo de Simón III.  En 1181, tras la muerte de su abuelo, el condado de Évreux fue heredado por Amaury V su padre. Simón recibió solo el señorío de Monfort y el cargo de gruyer. A la muerte de su padre en 1188 los títulos pasarían a su hijo Simón IV. En 1190 casó con Alix de Montmorency, hija de Bouchard de Montmorency y hermana de Mathieu II de Montmorency, condestable de Francia. Su madre era la hija mayor de Robert de Beumount, tercer conde de Leicester. En 1199 Simón de Montfort se unió a la Cuarta Cruzada. Sin embargo, cuando los venecianos decidieron unilateramente atacar la ciudad cristiana de Zara el año 1202, Montfort abandonó la cruzada y, por sus propios medios, conquistó los territorios franceses de ultramar en Palestina, (posteriormente los cruzados conquistarían y saquearían Constantinopla).


Simón de Montfort en 1209 se unió al llamamiento papal de una cruzada contra los heréticos cátaros conocida como la Cruzada albigense y participó en los asaltos de Béziers y de Carcasone, en julio y agosto de 1209, respectivamente. Tenía dotes para la estrategia militar y parecía obsesionado por manifestar su catolicismo hasta ordenar celebrar misa de campaña antes de entrar en combate, pero, sobre todo, aparece como un hombre despiadado y sanguinario. En 1209 el asalto de Béziers terminó con el asesinato a cuchillo de veinte mil personas, incluidas mujeres y niños. Carcasone fue vencida en 1209 tras dos semanas de sitio y Raymond Roger Trencavel fue detenido y murió de disentería en prisión. Simón de Monfort se hizo atribuir el vizcondado de Béziers y Narbona e incrementó considerablemente sus posesiones. Tras entregarse la ciudad de Carcasone, Arnaud Amaury abad de Citeaux, enviado papal, les propuso a varios nobles el tomar posesión de los títulos y bienes del vizconde Trencavel. Esta proposición primero le fue hecha al Duque de Borgoña, , luego al Conde de Nevers y al Conde de Saint Pol. Todos ellos se negaron afirmando que "no habrá nadie que quiera deshonrarse aceptando estas tierras". Cuando se le propuso a Simón de Montfort, él aceptó. Simón intentó que el rey aragonés Padro II el Católico, que había acudido el 4 de agosto a Carcasone con la intención de que la capitulación se llevara a cabo en las mejores condiciones, le reconociera estas posesiones. Para ello se trasladó en noviembre de 1209 a Montpellier pero el rey se negó. Solo aceptó al ver que el poder de Montfort, aliado con el rey de Francia, aumentaba representando un verdadero peligro para sus estados; entonces negoció con él (27 de enero de 1112) el matrimonio del futuro Jaime I con la hija de aquél, y le entregó, como rehén, al infante de tres años de edad. Con este rehén, Simón creyó impedir que el rey aragonés tomara partido contra él en favor de los albigenses. Pero no fue así, y dos años más tarde, las tropas de Pedro el Católico y Ramón VI de Tolosa serían derrotadas por las huestes de Montfort en la Batalla de Muret, el 12 de septiembre de 1213  donde murió el rey aragonés. Después, Simón de Montfort entró en Tolosa al frente del ejército cruzado. Con esta derrota, los albigenses fueron aplastados, pero Simón IV Montfort ya no se encontraba en una cruzada, sino en una mera guerra de conquista.

Su crueldad, aplicada en el campo de batalla, y en el trato a los prisioneros se hacía patente en terribles mutilaciones y descuartizamientos en vivo, y en el despedazamiento de los cuerpos de sus víctimas. La presencia del dirigente de la Cruzada en cada uno de los horripilantes espectáculos sanguinarios que se organizaban llena de episodios crueles da la cruzada albigense. A finales del 1209, Giraudo de Pépieux, un señor de Minervois, se sublevó apoderándose del castillo de Puisserguier y de su guarnición francesa. Giraudo quería vengar la muerte de su tío a manos de un caballero francés, a quien Simón de Montfort había ordenado enterrar vivo en pago de su crimen. A dos de los caballeros franceses apresados tras vaciarles los ojos y cortarles la nariz, las orejas y el labio superior, los envíó desnudos a Carcasone donde estaba el cuartel general de Simón. En la ciudad de Bram, en la primavera de 1210, tras rendirla, Montfort mando dejar ciegos y mancos a más de un centenar de sus habitantes, a los que mandó cortar también orejas, nariz y labios, menos a uno, al que dejó un ojo, para que pudiera guiar a los demás hasta Cabaret, ciudad que pensaba asediar. Todo ello con la intención de desmoralizar a sus habitantes. Con el suceso de Bram, Simón dejó presente que no olvidaba las mutilaciones de Giraudo de Pépieux. Este suceso es tan solo un acto más en la cruenta cruzada que se desarrolló en las tierras del Midi. 

El conflicto entre Simón y el arzobispo de Narbona Arnaldo Almaric, abad del Cister, inquisidor y legado del Papa en la cruzada contra los albigenses, no tardó en producirse, enfrentados ambos por el ducado de Narbona, que había pertenecido a los tolosanos, y que ambos pretendían. Aunque Arnaud excomulgó a Montfort, en 1216 el rey de Francia aceptó de Simón IV de Montfort el vasallaje de los territorios que éste había conquistado (incluyendo el ducado de Narbona), dando legitimidad, de esta manera, a las conquistas llevadas a cabo por Montfort. A la muerte de Inocencio III, Provenza  se rebeló y Ramón VI y su hijo Ramón VII de Tolosa  reconquistaron el país (1216-1217). Raimundo recibió la ayuda de las tropas de la Corona de Aragón, aunque éstas tuvieron que retirarse ante las amenazas de excomunión y de cruzada hechas por parte de Honorio III. Los condes de Tolosa entraron en su ocupada capital el 12 de septiembre de 1217. Inmediatamente, el o de octubre, Simón de Montfort puso sitio a Tolosa.  El 25 de junio de 1218, cuando se cumplían ya diez meses de asedio, Simón murió a causa de una pedrada lanzada por un pedrero (artilugio medieval mangonell) manipulado por unas mujeres, la cual aplastó su cabeza.

Maracaibo, 30 de septiembre de 2017

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