Desde el
silencio de las aves hasta la huida de los insectos, las actividades de las
especies silvestres dependen de la luz que hay en su hábitat, por este motivo
sus comportamientos ante los eclipses pueden cambiar. Precisamente, el sábado 14 de octubre se registró
un eclipse anular de sol, fenómeno que ocurre cuando la luna se
alinea entre el la estrella mayor y la tierra y se ha comprobado que durante
estos eventos los animales pueden experimentar
cambios de comportamiento, ya que la ausencia de luz
provoca que las especies diurnas dejen de ser su actividades, mientras que las
nocturnas despierten.
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio en los Estados Unidos, (NASA,
por sus siglas en inglés) prevé que el eclipse solar anular cruce por todo el
continente americano y millones de personas del hemisferio occidental podrán
ver como la Luna está más lejos de la Tierra, y parece más pequeña. No bloquea
la vista por completo del sol. Cuando la luna está frente al Sol, se crea un
disco oscuro encima de un disco brillante más grande, y parece un
anillo alrededor de la Luna.
Un eclipse solar total es un espectáculo poco habitual para las personas
que también tiene su efecto en los animales. En el caso de muchos pájaros,
cuando el día se transforma en una noche casi total, sus comportamientos
vocales cambian drásticamente y parece que ha comenzado un nuevo amanecer. El
eclipse total de Sol que se pudo ver en gran parte de Norteamérica
en abril de 2004 sirvió a un equipo
de científicos para estudiar el cambio de comportamiento del canto de las aves
y ahora publican sus resultados en Science. Algunas se quedaron en
silencio, otras se pusieron a cantar y muchas estallaron en un ‘falso coro del
amanecer’ después de que volviera el sol, cantando como si fuera un nuevo día;
los investigadores sugieren que se reinició su reloj biológico.
Los cuatro minutos y quince segundos de oscuridad diurna causada por el eclipse en una amplia franja del centro y este de Estados Unidos sirvieron al equipo, encabezado por la Universidad de Indiana (EUA), para su investigación, al proporcionar un experimento natural sin precedentes sobre cómo reaccionan las aves a los cambios bruscos de luz. Los ritmos diarios y estacionales de las aves están estrechamente regulados por los cambios entre la luz y la oscuridad, y el equipo quería saber qué ocurría cuando se interrumpían de forma repentina. Para ello, crearon una aplicación para teléfonos inteligentes, SolarBird, que permitía registrar el comportamiento de las aves durante el eclipse en tiempo real.
A los usuarios de la aplicación se les pidió que observaran a un pájaro
durante 30 segundos antes, durante y después de la totalidad, para documentar
comportamientos como cantar, comer o volar. Gracias a la ciencia ciudadana, se
registraron casi 11.000 observaciones de más de 1.700 usuarios, que abarcaban
5.000 kilómetros de la trayectoria del eclipse. El equipo desplegó unidades de
grabación autónomas en distintos lugares del sur de Indiana, que captaron
alrededor de 100.000 vocalizaciones de aves antes, durante y después de la
totalidad. Estas se analizaron con un sistema de inteligencia artificial capaz
de identificar los cantos de las especies y cuantificar la actividad vocal.
El estudio señalaría que de las 52 especies detectadas, 29 mostraron
cambios significativos en su comportamiento vocal en algún momento del evento,
aunque el eclipse no afectó a todas por igual. En los minutos previos a la
totalidad, 11 especies cantaron más de lo habitual a medida que el cielo se
oscurecía; durante los cuatro minutos de oscuridad, 12 especies respondieron,
algunas quedando en silencio mientras que otras se volvieron más activas. Las
reacciones más fuertes se produjeron después de que volviera a salir el sol, cuando
19 especies cambiaron sus cantos en lo que parecía un falso coro matutino. Los
búhos barrados ulularon cuatro veces más de lo habitual, mientras que los
petirrojos, conocidos por sus cantos antes del amanecer, cantaron seis veces
más. Estos patrones sugieren, según los investigadores, que el eclipse reinició
temporalmente el reloj biológico de algunas aves, lo que las llevó a
comportarse como si acabara de comenzar un nuevo día.
Steve Portugal, eco fisiólogo y profesor de
Biología y Fisiología Animal en Royal Holloway, explicó en su
artículo para The Conversation, que la
mayoría de los animales estructuran su día con base en los ciclos de luz y
oscuridad, los cuales son regulares y rítmicos. “Los animales pueden hacer todo esto
por la cantidad de horas de luz que experimentan”, pero “los ciclos de la luna
también influyen fuertemente en su comportamiento”.
El profesor detalló que el efecto generado por los eclipses solares
afecta al comportamiento de algunos arácnidos, los cuales comienzan a
romper sus telarañas en cuanto perciben que ya no hay luz en el
exterior. Esta es una acción que la realizan todos los días, antes de que caiga
la noche, y el
eclipse los obliga a “trabajar” doble, puesto que una vez
que termina el fenómeno comienzan a realizar de nuevo su telaraña. Portugal
también explicó que los hipopótamos de
Zimbabue han sido captados saliendo
de los ríos durante un eclipse solar para dirigirse a sus zonas de alimentación.
Cuando la luna coincide con
el perigeo (el punto en el que la luna está más cerca de la
Tierra) los niveles de la luz son alrededor de un 30 por ciento más brillantes,
y este efecto genera cambios en animales como los gansos percebes, los cuales cambian su comportamiento. “Descubrimos que la frecuencia cardíaca y la temperatura
corporal de los gansos aumentaban durante la noche de ‘superlunas’,
cuando normalmente a esta hora estarían apagados”, detalló el académico. Portugal
explicó que estos animales no reaccionaron cuando este satélite natural estaba
oculto por una nube pesada y cuando la noche permanecía bastante oscura, por lo
que concluyó que la luz brillante es la causante de estos efectos.
El profesor de biología explicó que durante siglos se ha creído que la
luna influye en el comportamiento humano
y generaba algunos cambios en la tasa de natalidad, fertilidad, provocaba
epilepsia entre otras creencias, no obstante
Portugal detalló que no se ha encontrado evidencia alguna que demuestre esto,
y a diferencia de este aspecto, el profesor de la Universidad de Londres
comentó que este tipo de fenómenos sí genera una confusión muy real entre los
animales salvajes, por lo que se debería de ahondar más en su investigación.
Andrew Fazekas, periodista para la revista National Geographic,
explicó que los testimonios sobre los cambios en el comportamiento de los
animales se remontan desde hace siglos, uno
de los primeros se realizó en junio de 1239 por el monje
italiano Ristoro d’Arezzo. Los eclipses solares son los que tienen más
repercusiones en los animales, debido a la ausencia de luz. “Todos los animales y pájaros estaban aterrorizados; y las bestias
salvajes podrían atrapar fácilmente”, escribió el monje italiano en su
reporte. Fazekas explicó que a lo largo
de la historia se han descrito escenas muy pintorescas cuando
ocurre un eclipse, las cuales han sido difíciles de confirmar, sin embargo,
astrónomos modernos aseguraron que los animales salvajes y domésticos tienen
reacciones muy evidentes ante los eclipses.
Finalmente, aunque según diversos expertos, no hay estudios que
demuestren que los pájaros puedan detectar terremotos
gracias a sus sentidos intensificados.
Minutos antes de los temblores, algunos vídeos en las redes sociales han
exhibido un comportamiento inusual
de los pájaros, augurando una amenaza que ni los mejores geólogos del mundo fueron capaces
de predecir. Durante 45 segundos, los pájaros sobrevolaron la ciudad y cantaron agitados, una actitud
que se ha convertido en viral pocos
minutos después de publicarse.
De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), es posible que los
pájaros puedan detectar terremotos gracias
a sus sentidos intensificados,
pudiendo captar las ondas sísmicas segundos antes de que se sientan en la
superficie. Sin embargo, a pesar de esta interpretación de las
imágenes, no hay estudios que demuestren que esto pueda ser
completamente cierto. Entidades como el Servicio Geológico de Estados
Unidos determinan que “existen evidencias anecdóticas de animales,
peces, pájaros, reptiles e insectos mostrando un comportamiento inusual que
puede ir de semanas a segundos antes de un terremoto”.
Para la pesteloca en Maracaibo
el miércoles 15 de octubre del 2025
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