Este es
un curioso organismo y es importante que sepan que no es una medusa sino una
peligrosa colonia de varias entidades organizadas para la supervivencia…
Hemos hablado de medusas (https://tinyurl.com/3rcsrbbw ) en este blog y en una ocasión hablamos de “la medusa inmortal” ( https://tinyurl.com/h6x6nsfb ) y de otras especies de medusas (aunque las consideren “aguas malas”, de las que con orina se pueden aplacar sus efectos), seres que una vez que llegan a la edad adulta pueden deshacer el camino de sus vidas, regresando, o sea, volviendo a ser jóvenes. En su vuelta atrás, la medusa adulta va empequeñeciendo y cambiando en paralelo la estructura de sus tejidos.
Los ctenóforos de quienes ya hablamos en 2023 (https://tinyurl.com/4d4ztyk7 ) resultan ser más complejos que las esponjas, y casi tan complejos como las medusas aunque en realidad terminan siendo más simples que nosotros, los animales bilaterales, es decir, los hechos de dos mitades que son imágenes especulares una de la otra. Esta “bilateralidad” ha conducido a la reconstrucción estándar de los orígenes de la vida animal en la Tierra: primero las esponjas, luego los ctenóforos y después los bilaterales. Pero la genómica acaba de transformar ese esquema ya que el genoma de los ctenóforos se parece mucho más que el de las esponjas al de nuestros ancestros unicelulares.Recientemente la popular playa de Playa Blanca en Fuerteventura, Canarias, está cerrada al baño por presencia de la Carabela Portuguesa, cuya picadura puede resultar muy dolorosa e incluso con cuadros clínicos complicados para los alérgicos. Aunque la apariencia de la carabela portuguesa es similar a la de una medusa, técnicamente no lo es, y de hecho, este depredador silente es un conglomerado de organismos que cooperan como una colonia para sobrevivir, y juntos, forman un hidrozoo de plancton gelatinoso, incapaz de subsistir de manera independiente.
Posee una forma distintiva de globo o vejiga llena de gas que puede medir hasta 30 centímetros de diámetro. Además, presenta largos tentáculos, de hasta 50 metros de longitud, que se reconocen fácilmente por su color azul o púrpura. La carabela portuguesa (Physalia physalis), también es conocida como fragata portuguesa, barquito portugués, agua mala, carbella carvaio, aguaviva, botella azul, el panta, medusa o yub-iri en la costa marroquí… En invierno es normal que lleguen a sus costas ya que no tienen capacidad de nadar, son flotantes y se dejan arrastrar por las corrientes y los vientos cuando hay grandes borrascas, ya que no tienen capacidad de contrarrestar esos fenómenos.
La carabela portuguesa tiene apariencia de medusa,
y en realidad es un organismo colonial cuyos individuos se especializan para
mantener viva la colonia, mientras una vela gelatinosa de entre 15 y 30
centímetros le permite recorrer los océanos impulsada por los vientos, mareas y
corrientes marinas, mientras que del cuerpo central cuelgan un gran número de
tentáculos que sirven para atrapar las presas.
Dijimos que esta especie de silente depredador es una especie colonial monotípica de un hidrozoo sifonóforo de la familia Physaliidae. Los hidroides son animales acuáticos pertenecientes a un grupo taxonómico conocido como Cnidaria, dentro del cual encontramos unas 3761 especies (WoRMS, 2023), las cuales comparten un plan básico de organización e incluyen los corales, las medusas y sus pólipos.
Es gracias a la hidrorriza que podemos encontrar a los hidroides viviendo sobre otros seres vivos (por ejemplo, ascidias, briozoos, cirrípedos, esponjas, moluscos, poliquetos, otros cnidarios, macroalgas y pastos marinos) o incluso, viviendo sobre objetos inanimados y construcciones (troncos flotantes, embarcaciones, puertos, muelles, boyas, cuerdas, hilo de pesca, entre otros). Es sabido que en eventos naturales como los tsunamis pueden arrastrar objetos artificiales por largas distancias, viajando sobre ellos los hidroides, así como permitiendo la fijación de otros animales (Calder et al., 2014).
Se trata de una agrupación de hidroides que se dividen así el trabajo: el neumatóforo (parte que flota o vela), los gastrozoides (digestión), dactilozoides (detección y captura de presas, y defensa) y los gonozoides (se ocupan de la reproducción). Con una vela gelatinosa de entre 15 y 30 cm que le permite recorrer los océanos impulsada por los vientos, las mareas y las corrientes marinas, mientras que del cuerpo central cuelgan numerosos tentáculos que le sirven para atrapar a sus presas y que extendidos puede llegar a medir hasta 50 metros, aunque normalmente tienen una extensión de unos 10 metros.
Sus tentáculos están provistos de cápsulas urticantes denominada cnidocitos que pueden paralizar a un pez grande y afectar seriamente al ser humano. Estas cápsulas urticantes, ante el estímulo apropiado, liberan un filamento hueco espiralado de un único uso llamado nematocisto, que puede ser de distintos tipos: simples ventosas, prolongaciones largas de los tentáculos que se enrollan alrededor de la presa, y púas o espinas que pueden inyectar una toxina proteica que paraliza a la presa. Los tentáculos tienen por objetivo envolver a las presas e introducirlas en la boca hasta la cavidad gastrovascular, donde comienza la digestión.
La carabela portuguesa resulta ser un carnívoro. Con sus tentáculos venenosos, atrapa y paraliza a su presa. Por lo general, captura pequeños organismos acuáticos como peces y plancton. Como sus depredadores están las tortugas boba y de carey, ya que su piel es demasiado gruesa para que el veneno de la picadura les afecte. La babosa de mar Glaucus atlanticus también se alimenta de la carabela portuguesa, al igual que el caracol violeta Janthina janthina. Por otra parte, el pulpo manta es inmune al veneno de la carabela portuguesa, e individuos jóvenes llevan tentáculos de carabela portuguesa, presumiblemente con fines ofensivos y/o defensivos. Como un detalle adicional, la dieta principal del pez luna consta de medusas, pero también puede incluir ejemplares de carabela…
Un pequeño pez, Nomeus gronovii (pez carabela portuguesa), que es parcialmente inmune al veneno de las células urticantes y puede vivir entre los tentáculos más pequeños debajo de la vejiga de gas. La carabela portuguesa se encuentra a menudo con una variedad de otros peces marinos, incluyendo pez payaso y el jurel. El pez payaso puede nadar entre los tentáculos con inmunidad, posiblemente debido a su moco, que no activa los nematocistos. Todos estos peces se benefician obteniendo refugio de los depredadores proporcionado por los tentáculos urticantes y, para la carabela, la presencia de estos peces puede atraer a otros peces para alimentarse.
La reciente aparición de varios ejemplares de carabelas portuguesas en diversos puntos de la Península ibérica ha disparado las alertas. La contaminación orgánica, el incremento en la temperatura del agua y la reducción en el número de sus depredadores son factores que apoyan el aumento de la presencia de carabela portuguesa en el mar. Finalizamos así el relato de esta especie de “agua mala” que no es medusa y que resulta ser muy peligrosa hasta para los bañistas humanos.
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