La 34ª ceremonia anual de entrega de los
premios IgNobel en el MIT (el Instituto Tecnológico de
Massachusetts en Cambridge (Boston, EUA), ha sido, como todas la ceremonias
previas, una demostración de que “el
buen humor no está reñido con la ciencia”. Los Premios Ig
Nobel son una parodia estadounidense
del Premio Nobel. El nombre, dado a
estos premios fue creado por el estadounidense Marc Abrahams,
y es un juego con la palabra en inglés ignoble, que en
castellano significa “innoble”.
Con los años, los organizadores han
dado muchas explicaciones satíricas sobre el origen del nombre de estos premios
que se entregan cada año a principios de octubre para reconocer los logros de
diez grupos de científicos que “primero
hacen reír a la gente, y luego la hacen pensar”. La ceremonia está
organizada por la revista de humor científico Annals of Improbable Research (AIR),
y los premios son presentados por una serie de colaboradores que incluye a
auténticos Premios Nobel,
en una ceremonia organizada en el Sanders Theatre, de la Universidad de Harvard.
La revista satírica 'Annals of Improbable Research' entregó este año, a menos de un mes antes de que se
anunciaran los prestigiosos premios Nobel -el galardón internacional
que desde 1895 se otorga cada año en Suecia para reconocer a personas o
instituciones que hayan llevado adelante con éxito investigaciones, descubrimientos o
contribuciones notables a la humanidad-
en el año anterior, en diferentes campos de
“la ciencia”, en una noche “casi tan
lida como esa” y nada menos que desde el MIT ( Instituto Tecnológico de Massachusetts) en Cambridge, Boston,
EUA, han otorgado sus no menos famosos galardones que denominan los premios “IgNobel”.
Mientras
los de la academia sueca distinguirían las investigaciones que suponen ser un
claro avance para la humanidad, estos (IgNobel)
ponen en conocimiento del público, los más disparatados estudios que parecen
absurdos en una primera, segunda y en una tercera lectura también, pero que,
como les gusta decir a los organizadores del certamen humorístico, "también
nos hacen pensar"… Los premios son a veces críticas veladas, como en los dos
premios otorgados por la investigación sobre la homeopatía y los premios para
la educación científica concedido a “las juntas estatales de la educación
de Kansas y Colorado por
su postura en relación con la enseñanza de la evolución, ya que abogan por
el creacionismo y porque esta sea una teoría equiparable al electromagnetismo o
a los estudios de Newton sobre la gravedad”.
Los ejemplos van
desde el descubrimiento de que la presencia de los humanos tiende a excitar
sexualmente a las avestruces,
a la afirmación de que los agujeros
negros cumplen todos los requisitos técnicos para
ser la ubicación del Infierno,
pasando por una investigación sobre por qué se forma la pelusa en el ombligo. Estos
Premios IgNobel 2024 que viene a ser
unas entre las diez investigaciones más absurdas del año, han sido nominadas en
el MIT y quieren explicarnos por qué triunfan los mediocres, para lo que nos
muestran estudios de “como
los cerdos pueden respirar oxígeno por el recto”, “como usar palomas para guiar misiles” y un estudio
que investiga “las capacidades de nadar de los peces muertos”.
El
público lanzó aviones de papel en la ceremonia que fue interrumpida por
personas que se 'aburren' y algunos participantes salieron al escenario
disfrazados. El tema de la noche era la Ley
de Murphy, por lo que los ganadores recibieron de manos de verdaderos
ganadores del Premio Nobel, que se avienen a entregar los premios cada año, una
caja transparente que contenía artículos históricos relacionados con el popular
enunciado que explica los infortunios de la vida. Además, se les entregó un
billete de 10 billones de dólares de Zimbabue... casi sin valor.
Los ganadores fueron premiados en diez categorías. El IgNobel de Fisiología fue
a parar a un equipo japonés que averigua cómo los mamíferos (el estudio se hizo
con cerdos) pueden respirar por el ano. Los investigadores han desarrollado una
técnica sorprendente para incorporar oxígeno a la sangre que, dicen, podría ser
utilizada para salvar vidas humanas: consiste en pasar un líquido rico en
oxígeno a través del ano.
El premio IgNobel de la Paz
se lo llevaron unos experimentos realmente disparatados para comprobar la
viabilidad de alojar palomas vivas en el interior de
misiles para guiar su trayectoria de
vuelo. Julie Skinner Vargas lo aceptó en nombre de su difunto padre, BF
Skinner, autor del estudio. «Quiero agradecerles por reconocer finalmente su
contribución más importante», y luego dijo, “Gracias por aclarar las cosas”.
Unos científicos demostraron que una enredadera de Chile imita las
formas de plantas artificiales de
plástico cercanas se llevó el premio IgNobel
de Botánica. En la categoría de Anatomía, triunfó un estudio chileno-francés
“descabellado”: discernir si el cabello de las personas del hemisferio norte se
arremolina en la misma dirección (¿en el sentido de las agujas del reloj o en
el sentido contrario?) que el de la mayoría de las personas del hemisferio sur.
El IgNobel de Medicina, fue para fastidiarse, pues llegó a la conclusión de
que los medicamentos falsos que provocan efectos secundarios dolorosos pueden
ser más eficaces que los medicamentos falsos que no provocan efectos
secundarios dolorosos.
James Liao, profesor de biología de la Universidad de Florida, aceptó
el premio IgNobel de Física por
un estudio que demuestra y explica las habilidades nadadoras de una trucha
muerta. “Descubrí que un pez vivo se
mueve más que uno muerto, pero no mucho”, dijo Liao, sosteniendo un pez
falso al que llegó a besar. “Una trucha
muerta remolcada detrás de un palo también mueve su cola al ritmo de la
corriente como un pez vivo que surfea en remolinos, recuperando la energía de
su entorno. Un pez muerto hace cosas de pez vivo”. Solo cabe esperar un
nuevo estudio que compare la natación de los patitos de goma con la de patos
vivos.
En Química, ganó el IgNobel, un estudio que utilizaba cromatografía
para separar gusanos borrachos de gusanos sobrios. Y en Demografía, fue
premiado un trabajo de investigación para descubrir que muchas de las personas
famosas por tener las vidas más largas vivían en lugares donde los registros de
nacimientos y defunciones eran pésimos.
El IgNobel de
Biología fue a parar a dos investigadores que estudiaron
los factores que hacen que una vaca dé leche. Hasta aquí todo bien, pero
resulta que hicieron explotar una bolsa de papel junto a un gato que estaba de
pie sobre el lomo de una vaca para ver cómo afectaba a la producción láctea de
la rumiante.
También
se entregó un premio IgNobel
de Probabilidad, para un
equipo internacional que demostró, tanto en teoría como mediante 350.757
experimentos, que cuando se lanza una moneda, tiende a caer en el mismo lado en
el que comenzó. Si no están de acuerdo, pueden repetir el experimento en sus
casas.
Se
propuso un IgNobel
satírico para un estudio español sobre cómo la vida sexual de
las anchoas agita el océano. En un año con doblete, ha sido reconocida otra
investigación con participación nacional sobre gente que habla al revés aunque
este año no ha sido 'reconocido' ningún estudio de España, pero en 2023
investigadores del Instituto Español de Oceanografía y del Instituto de
Investigaciones Marinas (IIM) se llevaron un IgNobel por un estudio que concluía que la vida sexual de las anchoas agitaba
las aguas del Atlántico como en una gran tormenta. También en 2021, científicos de la
Universidad de Valencia fueron distinguidos por estudiar las bacterias
presentes en chicles desechados pegados en el suelo.
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