Anjirō, o Yajirō, bautizado
como Paulo de Santa Fé, fue el primer japonés bautizado que vivió en el
siglo XVI. Después de haber cometido un crimen en Satsuma
una ciudad al sur de Kyushu, se embarcaría en una nao portuguesa hacia Malacca donde conocería al sacerdote
navarro Francisco Javier (1506–1552). Anjirō al final de su historia iba a
regresar al Japón como intérprete de San Francisco Javier con otros dos
jesuitas, dos japoneses y un chino, todos ya bautizados al Catolicismo para
formar la primera avanzada misionera al Japón partiendo desde Goa en la India.
Anjirō era originalmente un samurai del Dominio
Satsuma, y ha sido descrito como un hombre rico y de noble cuna. Pero asesinó a
un hombre y eso le hizo escapar partiendo desde la ciudad portuaria de
Kagoshima, donde había conocido a Álvaro Vas, el capitan de un barco carguero
portugués a quien le confesó lo sucedido y de cómo el rigor de las leyes lo obligaban
a escapar de su tierra; el capitán Val lo aceptó dándole un cargo en su nave
portuguesa.
Sucedió
que Anjirō, quien estaba oculto, cuando se presentó en el puerto se confundió
de barco reportándose ante otro capitán, Jorge Alvares quien era amigo del
religioso español navarro Francisco Javier a quien conocía desde hacía tiempo.
Álvares llevaría a Angiro hasta Malacca donde se encontrarían Francisco Javier y
él, en diciembre de 1547. El sacerdote navarro escuchó la historia y confesión
del japonés Anjirō'. Francisco Javier partiría hacia las Moluccas en el mismo
barco de Alvares donde trabajaba Anjirō, a quien le contaría de su proyecto y
decisión de irse a Japón a evangelizar aquellos para él nuevos territorios,
pero una tempestad los arrastro hasta las costas de China.
Anjirō quien ya había aprendido algo de portugués podía comunicarse con Francisco Javier personalmente y poco a poco Anjirō le fue describiendo a Francisco Javier como era su tierra y de sus costumbres para comenzar a enseñarle el idioma. Anjirō estaba impresionado por la determinación de Francisco Javier y se dedicó a instruirle con esmero, asegurándole que él les acompañaría de vuelta a su tierra. Anjirō y Javier se fueron hasta Goa en el occidente de la India donde los portugueses estaban ya establecidos.
En Goa,
Anjirō fue bautizado como Paulo de Santa Fé y se dedicó a enseñar el japonés
mientras aprendía las normas y misterios de la religión católica en el Colegio de
san Pablo en Goa. El 14 de abril del año 1549, San Francisno Javier y siete
personas más emprendieron el viaje hacia el Japón con Anjirō como
interprete. Arribarían a Malacca el 25
de abril, y abordarían un junco chino, que en realidad era una embarcación
pirata, pero habría de ser la única manera de navegar hasta el puerto de
Kagoshima.
Sabemos hoy día muchas de estas
cosas por el aventurero portugués Mendes
Pinto(1537–1558), quien once años después de regresar de su largo viaje a
Oriente, fue el autor de A Peregrinação, uno de los libros de viajes más originales del siglo XVI, escrito
entre 1569 y 1578, Antes de su muerte, en 1583, le entregó su obra a sus hijas
para que la depositaran en la Casa Pia dos Penitentes de Lisboa. Aunque Mendes
Pinto gozaba de reconocida fama la obra no se publicó hasta 1614, posiblemente
por la ascendencia judaica del autor que tal vez explica esos treinta años de
retraso, pero también la escasa información biográfica, de lo que él mismo
narra en su libro, además de algunas noticias sobre su vínculo con la Compañía
de Jesús (entre 1554 a 1556). Desde
la llegada de Mendes
Pinto a Goa y durante los veintiún años que transcurrieron hasta su
regreso a Lisboa, recorrió todo el Oriente, desde Etiopía y Arabia hasta
Birmania, Corea, Tartaria, China y Japón, presentándose como rico comerciante,
experto capitán de barco, miserable prisionero, pirata, náufrago, espía,
mendigo y hasta como novicio jesuita tras haber recibido la influencia de
Francisco Javier.
APeregrinação es un retrato satírico narrado en
primera persona de lo que será la segunda etapa del viaje ultramarino: un
compendio de actos intolerables cometidos por los representantes de Occidente
en nombre del rey y de Dios. El cariz autobiográfico de APeregrinação contiene todo
aquello que un lector de la época buscaba en un relato de experiencia personal:
muchas aventuras inimaginables en una realidad que fácilmente se confunde con
la ficción.
En España, quizás por la situación
histórica (período de anexión de Portugal a la Corona española, 1580–1640) y
por la familiaridad con las realidades descarnadas de la literatura picaresca,
se defendió la credibilidad de Mendes Pinto como aventurero: se tradujo y se
manipuló la obra, y hasta se elaboraron adaptaciones teatrales, Fernan
Mendez Pinto: comedia famosa en dos partes, la primera atribuida a Lope de
Vega y la segunda a Antonio Enríquez Gómez.
En 1620 apareció en Madrid la
versión española con el título Historia Oriental de las Peregrinaciones de Fernan Mendez
Pinto (con reimpresiones en 1627, 1645, 1664, 1666); y con
ella, también de la mano del traductor Francisco de Herrera Maldonado,
una Apología a favor de Fernan Mendez
Pinto que defiende la veracidad del texto en contraposición a
la opinión reflejada en la edición portuguesa del cronista Francisco de
Andrade.
El traductor español elaboraría
conscientemente una versión en la que no sólo modificaría el título y dividiría
el texto en capítulos, sino que se permitió corregir errores y fechas y
confirmar hechos. Sostiene J. A. Mahieu, responsable de la edición moderna de
la traducción de Herrera Maldonado de Las peregrinaciones (M.,
Alfaguara, 1982), que, debido a su formación teológica, pertenecen al traductor
algunas reflexiones religiosas y filosóficas, así como una sintaxis complicada
y oscuramente culterana que busca elevar el estilo del texto original.
En 1620 apareció en Madrid una
versión española con el título Historia Oriental de las
Peregrinaciones de Fernan Mendez Pinto Siendo pequeño, un tío llevó
a Lisboa
a donde comenzó a trabajar en la casa de D. Jorge de Lencastre, duque de
Aveiro, hijo del rey Juan II de Portugal. Allí permaneció durante
unos cinco años, dos de ellos como mozo de cámara del propio Jorge. En 1537,
viajó a la India para
encontrarse con sus dos hermanos. De acuerdo con los relatos de su
obra Peregrinación, durante una expedición al mar Rojo en
1538 Mendes Pinto participó en un combate naval contra los otomanos, en el que
fue hecho prisionero y vendido a un griego y posteriormente a un judío que lo
llevó a Ormuz, donde fue rescatado por los portugueses.
En 1620 apareció en Madrid una
versión española con el título Historia Oriental de las
Peregrinaciones de Fernan Mendez Pinto Siendo pequeño, un tío llevó a Lisboa
a donde comenzó a trabajar en la casa de D. Jorge de Lencastre, duque de
Aveiro, hijo del rey Juan II de Portugal. Allí permaneció durante
unos cinco años, dos de ellos como mozo de cámara del propio Jorge. En 1537,
viajó a la India para
encontrarse con sus dos hermanos. De acuerdo con los relatos de su
obra Peregrinación, durante una expedición al mar Rojo en
1538 Mendes Pinto participó en un combate naval contra los otomanos, en el que
fue hecho prisionero y vendido a un griego y posteriormente a un judío que lo
llevó a Ormuz, donde fue rescatado por los portugueses.
En uno de sus viajes a este país conoció a San Francisco Javier, e influenciado por su personalidad, decidió entrar en la orden de los jesuitas y promover una misión jesuita en Japón. En 1554, después de liberar a sus esclavos, se fue a Japón como un novicio de la Compañía de Jesús y como embajador del virrey D. Afonso de Noronha junto con Daimyo de Bungo. Este viaje fue una decepción para él, tanto en lo que respecta al comportamiento de su compañero, como en lo que respecta a la conducta de la Compañía. Disgustado, abandonó el noviciado y regresó a Portugal. Desilusionado, se fue a Valle de Rosal, en Almada, donde permaneció hasta su muerte y donde escribió entre 1570 y 1578, la obra que dejó, su inimitable Peregrinación.
Esta obra sólo sería publicada 20 años después de la muerte del autor, temiéndose que el original fuese modificado donde apareciesen los jesuitas.
Maracaibo,
viernes 11 de octubre del año 2024
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