jueves, 27 de junio de 2024

Más de 3 palabras

 

Se me antojo comenzar por dos Metáfora y Anáfora, palabras mencionadas hace unos días a propósito de las figuras literarias (https://tinyurl.com/yvutpdx8) y las cuales sencillamente resultan ser giros del lenguaje que usualmente son empleados para embellecer un discurso. Pero ahora dije: “más de tres”…

 

Podíamos recordar que “Tres palabras” es un bolero del compositor cubano Osvaldo Farrés (1902-1985) célebre por sus más de 300 canciones, particularmente boleros que le dieron fama internacional, e inicio con: Tres palabras, Toda una vida, No sé qué voy hacer, No, no y no, No me vayas a engañar, Madrecita, Acércate más, En el mar y Quizás, quizás, quizás. No diría quizás sino seguro que casi todas les suenan conocidas.


Antes de ponernos a cantar el bolero de Farrés, se los recordaré: “Oye la confesión, de mis secretos, nace de un corazón que esta desierto. Con tres palabras, te diré todas mis cosas, cosas del corazón que son preciosas. Dame tus manos, ven, toma las mías, que te voy a confiar las ansias mías… Son tres palabras, solamente mis angustias y esas palabras son, como me gustas”. Será mejor que regresemos a la primera de las “más de tres” palabras que antes había mencionado, y esta era: Metáfora.

Recuerdo como ayer la explicación de su significado en una clase del tercer año de bachillerato con el presbítero Mariano Parra León, nuestro maestro de literatura, quien utilizo la poesía de Andrés Eloy para enseñarnos “como el rio se iba poniendo encinta de la estrella” y entendimos aquello de hundir las manos en el agua “hacia ella” y captar que las estrellas donde están es arriba, en el firmamento… Hermosa metáfora de nuestro poeta venezolano de la que fuera otrora “Acción Democrática”.

La Anáfora es otra cosa. Anáfora es la repetición, rítmica de sonidos o de sílabas dentro de un verso, o dentro de una frase, la cual es empleada para otorgar al texto una mayor belleza o más potencia expresiva. No debemos confundirla con un término gramatical o lingüístico que lleva el mismo nombre (anáfora) y que consiste en referir un término mediante un pronombre o un deíctico antes de que el sustantivo aparezca en la frase siguiente. La anáfora rítmica se emplea a menudo en los textos poéticos, sobre todo en los rimados, o en piezas de oratoria y un buen ejemplo es el conocido “Verde, que te quiero verde” del “Romance sonámbulo” de García Lorca.

Tenemos que recordar algo importante: Metáfora y símil van juntos porque siempre se trata de comparaciones: cotejaremos directa o indirectamente estos dos términos para resaltar alguna cualidad entre ellos, ya sea por semejanza, por diferencia, o en sentido figurado. La metáfora lo hace de modo directo, sustituyendo términos, en tanto que el símil lo hace indirectamente, con un nexo comparativo: usando “como”, “semejante a”, “similar” y etc, etc.

En enero 2022 hablamos de tres palabrejas del léxico común de esta región que iban de energúmeno y siquitrillar hasta insicuerbido ( https://tinyurl.com/2d8f77r9 ) y repasamos algunos fonemas del maracucholario para que hoy esta, “más de tres palabras” nos lleven a…

1-Tenéis mas vista que un pato macho: expresión que conozco desde mi lejana infancia y aparece en alguna de mis novelas como sobrenombre de un personaje. Señala el hecho de que alguien tenga buena vista, o que sea un observador minucioso, o detallista. Es similar al dicho popular de “Tener ojo de águila” aunque otros afirman que “Tener ojos de pato”, es una expresión traída por los españoles, o derivada del hecho que esas aves son muy hábiles para escapar de ser cazadas y detectan a los que desean hacerlo desde muy lejos, desviando su rumbo.  Lo cierto es que los patos o patas tienen buena vista. “Ese carajo tiene vista de pato macho” sigue siendo una expresión ya en desuso.

2-Cabuya: la palabra es usada como sinónimo de cuerda y así está registrada en los diccionarios. En Maracaibo de antaño en el argot de los vendedores de plátano “cabuya” era usada como una medida de cantidad cuyo equivalente eran 4 racimos de plátanos. Actualmente cabuya es sinónimo de pita, maguey, jeniquén magueyera, penco, sisal, y se refiere a una cuerda, cordel o zumbel en Puerto Rico.  Darle cabuya, en Venezuela y en Puerto Rico se refiere a amarrar y estar “encabullao” es estar amarrado o enredado.

3- ¿Me vais a cortar la cara con ese vaso e cartón? Esta frase interrogada es una metáfora lexical ingeniosa ya que se usa el término literal como figurado cuando se compara lo expresado con el hecho que es imposible que un vaso de cartón sirva como arma capaz de cortar la piel. Generalmente se le antecede la negación o en su defecto el monosílabo “ya” en el contexto de desacuerdo. Su usa para exagerando lo dicho, expresar lo que no se cree.

4- Eneas.  “Ser eneas”, era una expresión muy popular para señalar a quien poseía características poco usuales. También usada para señalar a una persona de proceder violento o arriesgado, que no acataba órdenes y hacia las cosas como le parecía. También usado para recriminar a niños traviesos. La palabra y su connotación deriva del personaje de la mitología grecorromana quien fue el padre de los fundadores de Roma. Eneas, era el héroe de la guerra de Troya, quien logró escapar y viajó hasta el Lacio donde se convirtió en rey y habría de ser el progenitor del pueblo romano, padre de Rómulo y Remo… La literatura greco-romana año atrás estaba de moda en la ciudad de Maracaibo y de ella derivaron muchos nombres de ciudadanos en esdrújulas.  “Ese carajito Hermócrates, es eneas, no le para bolas a nada”. Se podía ser más explícito aún al complementar la denuncia del carajito añadiéndole: “es enea con rinquincalla”.

Comentarios similares ya fueron hechos en este blog lapesteloca no hace mucho, en febrero de este año 2024 a propósito de los maracuchos y sus típicos nombres “esdrújulos” (https://tinyurl.com/yuny79wu) y aquí, de momento, siento que debo ponerle punto final a este asunto, para recalcar algo que sobre las palabras he repetido desde hace años y lo recalqué en 2020. (https://bit.ly/30AyoXp). Creo que hay que preservar nuestro lenguaje y cuando escribimos como hablamos puede que estemos ganando una apuesta para salvaguardar nuestra identidad.

En Maracaibo, jueves 27 de junio, del 2024

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