viernes, 4 de diciembre de 2020

Un ruso de los cinco

 Un ruso de los cinco

 

Mi historia, -espero conversar sobre los cinco grandes compositores rusos del siglo XIX-, se remonta a la época, cuando estudiaba bachillerato, y recordé a Jesús Cupello, un compañero del Gonzaga y después colega ya fallecido, a quien una vez el padre Villar (un joven maestrillo jesuita con gran talento y amplio conocimiento musical), le escuchó en el recreo silbando una melodía y al preguntarle que, ¿de donde conocía las “Danzas polovtsianas” de Borodin?, Jesús sorprendido le dijo que no, que eso era de una película que recién había visto y que se llamaba “Un extraño en el Paraíso”… El episodio se grabó en mi memoria y por eso, hoy cuando aflora con los recuerdos, quiero hablar inicialmente de Borodin, quien era médico, químico y también era uno del grupo de cinco grandes músicos rusos. 

 

En la Navidad de 1855, Aleksandr Ulýbyshev, era un rico y crítico musical aficionado y su protegido de 18 años de edad se llamaba Mili Balákirev,-quien llevaba camino de convertirse en un gran pianista-, visitarían en San Petersburgo al compositor Glinka. De esta reunión nacería una idea, y en 1856, Balákirev y el crítico Vladímir Stásov, se plantearon una agenda nacionalista para las artes rusas, y decidieron reunir a varios jóvenes compositores… Inicialmente fue César Cui, un oficial del ejército, especializado en la ciencia de la fortificación. En 1857 se les unió Modest Musorgski, oficial del regimiento de salvavidas Preobrazhenski. En 1861 fue Nikolái Rimsky-Kórsakov, un cadete naval, y en 1862 y  Aleksander Borodin, un químico a quien last but no least, vamos a recordar hoy.

Aleksandr Porfírievich Borodín (18331887) fue compositor, doctor y químico, muy destacado dentro de los compositores del nacionalismo ruso, también conocido por formar parte del grupo de Los Cinco. Borodín era hijo ilegítimo del príncipe georgiano Luká Stepánovitch Gedevanishvili (62), quien lo registró conforme a la usanza de la época como hijo de uno de sus sirvientes, Porfiri Borodín. Su madre fue Evdokía Constantínovna Antónova (25), apodada por el diminutivo Dunia. Su padre muere cuando Aleksandr tenía 7 años y lo incluye en su testamento. Tuvo dos hermanos, Dmitri Serguéievich Aleksándrov y Evgueni Fiódorovich Fiódorov, que fueron registrados como hijos de los sirvientes del príncipe. Se casó en 1861 con una famosa y talentosa pianista nacida en Heidelberg, Ekaterina Serguéievna Protopópova, con quien tuvo tres hijos.

Borodín es conocido por sus sinfonías, sus dos cuartetos de cuerda, En las estepas de Asia Central y por su ópera El príncipe Ígor. Fue un prominente defensor de los derechos de las mujeres, y de la educación en Rusia, y en 1872, fundó la Escuela de Medicina para mujeres en San Petersburgo. A pesar de ser un compositor reconocido, Borodin siempre se ganó la vida como químico, campo en el cual era bastante respetado, particularmente por su conocimiento de los aldehídos. A Borodin también se le atribuye, junto con Charles-Adolphe Wurtz, el descubrimiento de la reacción aldólica, una importante reacción en química orgánica; además de otra reacción química conocida como reacción Borodin-Hunsdiecker. Participó en la fundación de la escuela de Medicina para mujeres.

Aleksandr fue un autodidacta, aprendió a tocar flauta, violonchelo y piano. Tuvo una vida confortable y recibió una buena educación incluyendo clases de piano, francés y alemán. A los 15 años se inscribió en la Facultad de Medicina, a los 21 fue contratado en el Hospital de la Armada Territorial y a los 23 como profesor de la Academia Militar de Química. Su área de especialización fue la química. No recibió clases formales de composición hasta 1863, cuando se convirtió en discípulo de Mili Balákirev. En 1869 Balákirev le dirigió su primera sinfonía y en ese mismo año Borodín comenzó la composición de su segunda sinfonía. Aunque el estreno ruso de esta última fue un fracaso, Franz Liszt logró que fuera interpretada en Alemania en 1880, donde tuvo bastante éxito, dándole fama fuera de Rusia. En 1869 empezó a trabajar en la composición de su ópera El príncipe Ígor, considerada por algunos su obra más importante. Esta ópera contiene las  conocidas Danzas polovtsianas.

El carácter exiguo de la producción musical borodiniana que ha perdurado, tiene su origen en el reducido tiempo que dedicaba a la creación. A pesar de su reducida producción musical, Borodin alcanza su clímax en su ópera “Knyas Igor (El príncipe Igor) y, particularmente, en las famosas danzas de los pólovtsy o danzas polovetsianas. No existe un episodio de ancestro más nacionalista que esta imborrable mezcla de ritmos, sonidos y sensualidad, que tan pronto llama a la guerra como a la paz. En un baile de disfraces que ofrecía en su residencia, fue súbitamente víctima de una apoplejía que le arrebató la vida en medio del proceso de creación de su tercera sinfonía.

 

De Borodin se conocen tres sinfonías tradicionales, inconclusa la tercera, canciones aisladas y dos inefables cuartetos de cuerda, entre los que destaca el segundo, verdadera joya melódica y contrapuntística. En las estepas del Asia Central”, su obra maestra, describe el lento y progresivo encuentro de dos caravanas, representadas con armónicos del primer violín y el corno inglés. La ambientación de la obra, su creciente tensión dramática y, sobre todo, la belleza melódica que asoma constantemente, la hacen comparable con la Noche en el monte Calvo de su amigo Modest Mussorgsky o “La gran pascua rusa”, de Nicolai Rimski-Korsakov. 

Tras la muerte de Modest Músorgski en marzo de 1881, Borodin sufrió de ataques cardiacos y de cólera. Borodín murió a los 53 años de un infarto durante una fiesta organizada por los profesores de la academia en San Petersburgo, el 27 de febrero de 1887, y fue enterrado en el cementerio Tijvin del monasterio de Aleksandr Nevski. Su esposa le sobrevivió 5 meses. En su honor, un cuarteto de cuerdas fundado en Rusia en 1945 lleva su nombre, el Cuarteto Borodín. El pintor Iliá Repin (1844–1930) hizo un magnífico retrato de Borodín, que se encuentra en el Museo Estatal Ruso de San Petersburgo.

 

 

Mi intención era hablar de los cinco compositores rusos de mediados del siglo XIX pero voy a dividir este tema y regreso para recordar la palabra “Kismet”, originada de la voz árabe qismah, que significa “la voluntad de Alá”. “Kismet” es el destino y del turco llegó al inglés con ese significado, pero en realidad, “Kismet, había sido una obra de teatro escrita por Edward Knoblock en 1911, adaptando las melodías de Alexandre Borodin con elementos evocadores de romances y tramas, y se perciben ambientadas en Oriente. La historia de Knoblock, parecía sacada de un cuento de “Las mil y una noches. Los temas de la adaptación hecha por Wright y Forrest, enlazaban las melodías de Borodin “En las estepas del Asia Central”, la ”Sinfonía Nº 2”, las “Danzas del Príncipe Igor”, el “Cuarteto de cuerda Nº 2”, y el “Nº 1”, la Sinfonía Nº 1, y hasta la “Serenata de Pequeña suite”, y el Aria de Vladimir Galitsky ambas del tercer acto de El Príncipe Igor”. Desde el momento del estreno en Los Ángeles en el verano de 1953 y en San Francisco en otoño de 1953 y como consecuencias de este trabajo habrían de nacer “Stranger in Paradise”, And this is my beloved y “Night of my nights y se convertirían en populares melodías en Estados Unidos.

 

Un extraño en el paraíso”, en la película de 1955 dirigida por Vincente Minnelli y Stanley Donen y protagonizada por Hodward Keel, Ann Blyth, con Dolores Gray, Vic Damone, Monthy Wolley, Sebastian Cabot y Mike Mazurki, trata sobre un califa que decide vivir de incógnito entre los habitantes de su reino para saber lo que piensan realmente, sobre él y sobre su gobierno… Así conocerá a una joven de la que se enamora; pero las diferencias sociales son tan profundas que el califa no sabe si debe desvelar su verdadera identidad... Ese es el argumento de la obra musical “Kismet la cual se estrenó en Broadway el año 1953 y fue la ganadora del mejor musical de 1954 e inmediatamente dio origen a la producción de la Metro Goldyn-Mayer dirigida por Minnelli el año 1955, con la música de  Aleksander Porfírievich Borodin. pero ya esta historia se ha hecho muy larga, así que les prometo de manera más breve relatarles sobre otros dos, delos 4 rusos que complementan con Borodin, los 5 rusos del grupo, y será en una próxima entrega.

 

Maracaibo, viernes 4 de diciembre, del 2020.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario