sábado, 19 de agosto de 2017

Blancanieves y los 7 enanitos




Blancanieves y los 7 enanitos

Entre 1934 y 1937 Walt Disney creó este conocido largometraje de dibujos animados, en una época  cuando la idea resultaba por demás inadecuada y le tocaría vencer la resistencia de muchos ante la aparente seguridad de que el proyecto resultaría un rotundo fracaso. A mediados de 1930, la economía de los EUA había comenzado a mejorar gracias a los programas de ayuda del presidente Franklin D. Roosevelt aunque para 1937 todavía el desempleo era de un 20% y se comentaba que “la depresión Hoover” parecía prolongarse en “la depresión Roosevelt”. Ya Disney había creado al ratón Mickey y hacía dibujos animados en cortometrajes con personajes como el pato Donald, Goofy y Pluto, pero él pensaba que en los largometrajes podría estar el futuro de su grupo y había planteado invertir 250.000,00 US $ en el proyecto que tenía en mente. En realidad la idea inicial llegó a su mente siendo muy joven cuando trabajaba como repartidor de periódicos en la ciudad de Kansas y vio en el cine una película muda basada en un cuento de los hermanos Grimm; se le ocurrió que podría hacer la historia de los siete enanitos con dibujos animados.

Walt se había rodeado de un selecto grupo de “animadores”, la mayoría del Medio Oeste como él, y a quienes reunió una noche en un escenario donde apagó las luces y durante 4 horas estuvo relatándoles la historia de “Blancanieves y los 7 enanitos”. Interpretaría para sus asistentes la historia, con gestos y voces de cada uno de los personajes. Uno de los presentes relataría después. “Era una historia basada en una reina mala que quiere matar a una niña, y había que tener agallas para proponer aquello y arriesgar toda una empresa en semejante idea”. Lo cierto es que Blancanieves no se basaba solamente en la historia de la protagonista, era más bien la historia de los 7 enanitos, de la reina malvada y de los animales del bosque. Todos ellos conformarían una unidad donde cada personaje gozaba de su propia personalidad; los enanitos son un buen ejemplo, el Gruñón, el Dormilón, el Mudito, cada enanito actúa en su rol y todos juntos crean una unidad que destaca al regresar de la mina cuando vienen todos cantado “A casa a descansar”; una secuencia que demoró seis meses en hacerse y había implicado crear más de dos mil dibujos. Los colores, la búsqueda de los interpretes para cada personaje, todo era un largo trabajo.

Walt Disney contrató un curso especial para sus dibujantes con un profesor de la Escuela de Arte de Choninare. Se daba clases de “Acción” con modelos y todo esto en las meses de los dibujantes en un febril trabajo que iba a durar tres años, desde 1934 a 1937. En el ínterin, Walt entró en conflicto con su distribuidor, la empresa United Artists y tuvo que convencer a su hermano menor Roy Disney quien era el financista, de que sus creativas decisiones eran ideas que iban a dar sus frutos donde aquello que él proponía no era una historia romántica sino un cuento de hadas. Cuando la United Artists no aceptó esos principios, Walt y su hermano Roy ya convencido, contrataron la película con RKO. Para las voces de cada dibujo animados realizarían numerosas búsquedas a través de “castings”. La voz de Blancanieves recaería en una cantante de experiencia Adriana Caselotti quien adaptaría su voz a unos registros que gracias su experiencia como cantante de ópera lograría para lograr el efecto al que aspiraba Walt Disney.

 











Blancanieves se estrenó el 21 de diciembre de 1937 en Los Angeles, EUA y a esa función asistieron muchas personas del mundo cinematográfico invitadas, como Charlie Chaplin, Judy Garland, Douglas Fairbanks, Carole Lombard, John Barrymore, Marlene Dietrich, Charles Laughton y Ed Sullivan. La aceptación del público fue total. El New York Times dijo que la película superaba todas las expectativas y la consideró un clásico del cine, tan importante como “El nacimiento de una Nación” de DW Griffith, o la creación de Mickey Mouse. Al final, el artículo destacaba: “Queremos más, por favor”. Luego de tres meses en cartelera, había sido vista por más de 20 millones de personas y estableció un record de taquilla que solo sería rebasado unos años más tarde en 1939 por “Lo que el viento se llevó”.

Maracaibo 19 de agosto de 2017

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