Cambio de piel
Cambio de piel fue la cuarta
novela de Carlos Fuentes, premiada en 1967 con el Premio Biblioteca Breve de la
editorial Seix-Barral. Aunque ese hecho señalaba las cualidades de la obra, la
censura española se expresó en su contra e hizo lo imposible para prohibir su
publicación en la península. La negativa de la censura española se basó en un
largo informe donde se señalarían diversos aspectos, de la novela:
Vg:
“La narración quiere ser una síntesis
simbólica de la superación del mal, del vencimiento de las contradicciones
sociales, las apetencias sexuales y los problemas religiosos; pero plan tan
vasto se frustra en una serie de planos intencionalmente inconexos, lascivos y
tendenciosos” … “La novela que
comienza con la llegada de Cortés a México concluye despeñándose en un abismo
de fantasías delirantes de flashes back, y símbolos oscuros de magia negra y de
vudú, resumido en una parodia del nacimiento de Cristo, donde al erotismo
parece unírsele un propósito antirreligioso. Carlos Fuentes no ahorra al lector
ninguna aberración sexual. Las blasfemias y herejías abundan implicando en
ellas alusiones sexuales y políticas. Ni Jesucristo ni la Santísima Virgen se
salvan del furor puterino de Carlos Fuentes”…
De acuerdo al informe oficial del Ministerio de Información de
España, la publicación del libro sí se prohibió, durante la época del franquismo,
por ser considerada una obra pornográfica, antirreligiosa, comunistoide,
projudía y antialemana. Por otra parte, lo europeo encontrado por los críticos
en las novelas de Carlos Fuentes, ha sido analizado en particular por el propio
Carlos Fuentes quien expresaría su opinión personal sobre el tema de “lo
europeo comentado por un mexicano”.
Al
respecto decía C. Fuentes: “Tengo el mismo derecho de tratar los temas
que Graham Greene o D. H. Lawrence se adjudicaron para tratar temas mexicanos;
añado que sólo en apariencia he tratado esos temas realísticamente; más bien
están bañados por cierta nostalgia cinematográfica, e incluso deformados por
ella. Además, hay en todo eso una oscura evocación mía: una parte de mi familia
huyó de Alemania a Veracruz durante la segunda mitad del siglo XIX. Mi
bisabuelo era un socialista lassaliano de Hesse-Darmstadt inconforme con el
régimen de Bismarck; se llamaba Philip Boettiger y se instaló a plantar café en
Catemaco que es un hermoso lago suizo en plena selva tropical”.
En
este blog (lapesteloca), hemos
conversado (https://bit.ly/368rNdU) sobre la novela Cambio de piel de Carlos Fuentes, propiciando su relectura. El argumento de la obra y su simbolismo ha sido igualmente analizado por
estudiantes de Filosofía y Letras en varias universidades del mundo, y lo han examinado
en varias ocasiones otros prestigiosos autores, entre otros Eva Lukavská quien
publicaría un extenso estudio titulado El
narrador en segunda persona en Cambio de piel de Carlos Fuentes.
El esquema narrativo de la novela constituye una intriga en la que
existen multiplicidad de episodios e incidentes como unidades narrativas de dimensiones
variables.
La acción, en un principio de unidad general asegura la progresión y el
movimiento de la narración para darle una orientación, y gracias a la acción la
narración se hace coherente.
La acción en Cambio de piel tiene
lugar en un plazo de menos de veinticuatro horas ya que encontramos a las dos
parejas protagónicas en la mañana del domingo 11 de abril de 1966 y el
desenlace se va a producir a medianoche. La historia abarca escenas
retrospectivas, monólogos y vastas descripciones que se remonta a los años
veinte, treinta y sesenta en el caso de Javier, a los treinta (con mucha mitología
del cine) en cuanto a Elizabeth y a los treinta y cuarenta (durante el ascenso
del fascismo) en lo que toca a Franz.
Para Carlos Fuentes esta manera de novelar era el procedimiento casi
tradicional utilizado por él por primera vez en 1962 en Aura y mostrado en La muerte
de Artemio Cruz, logrando su máximo desarrollo en 1967 en Cambio de piel. Lo curioso puede ser… ¿Dónde
ubicar al narrador de esta novela? Hablar sobre él exclusivamente como el
narrador en segunda persona no parece correcto puesto que utiliza tanto la
primera como la tercera persona a lo largo de la narración. El narrador, en Cambio de piel ofrece una amplia gama
de actitudes las cuales según Eva Lukavská podrían clasificarse de cuatro
maneras:
Primero: 1. Narradorpersonaje-espectador con una existencia paralela a la
de los actantes, aunque puede contemplar lo que éstos hacen; 2. Narrador-personaje
evidentemente es una actitud relacionada estrechamente con la primera, pero en
ésta, no sólo el narrador participa en la historia, sino que dialoga
permanentemente con sus personajes Isabel y Elisabeth -el narrador en segunda
persona-; 3. Narrador-omnisciente, una actitud que posibilita al creador saberse
dueño absoluto de sus personajes; 4. Narrador-loco aquí, el narrador sabe
que sus personajes son producto de su mente enferma, lo cual no implica que
sean puramente ficticios y su existencia se manifiesta en otras dimensiones y
permite que el narrador asuma a sus personajes como partes vitales de sí mismo.
Los cuatro personajes que viajan en automóvil de México a Veracruz, se
ven obligados a pernoctar en Cholula, y será en este pueblo, donde se revelará
la personalidad de cada uno. La locura permite la presencia simultánea de
espacios-tiempos muy diversos en la pirámide de Cholula. En Cambio
de piel, las identidades de los personajes aparecen muy borrosas e
inestables y las muertes de cada personaje han sido vistas como un símbolo de
muchos significados, en una cadena interminable de perseguidores y perseguidos.
Cambio de piel indaga en el mito del
México prehispánico y en el holocausto europeo a través de la memoria de sus
protagonistas para decirnos que, en definitiva, que todas las violencias son la
misma violencia.
Maracaibo,
jueves 31 de abril del año 2022