Patología Ultraestructural: 30 años.
Este trabajo revisa brevemente las investigaciones realizadas en Venezuela con el microscopio electrónico (ME) sobre patología ultraestructural durante 30 años (1968-1998). En 1968, en el Sanatorio Antituberculoso de Maracaibo, el doctor Pedro Iturbe conseguiría a través de una donación un microscopio electrónico de alta resolución (JEM7A). Siguiendo las indicaciones del doctor Fernández Morán instalaríamos el ME e iniciaríamos la publicación de trabajos de investigación en revistas indexadas desde el Laboratorio de Microscopía Electrónica del Servicio de Patología del Sanatorio transformado después, en 1973, en hospital General del Sur.
En abril del año 1971 se hizo la primera reunión en el país de especialistas en esta nueva disciplina. El “Primer Simposio Venezolano de Patología Ultraestructural” y en noviembre de ese mismo año se efectuó en Maracaibo el VIII Congreso de la Sociedad Latinoamericana de Patología(SLAP). Dos años más tarde en el XIX Congreso de la SLAP en Mérida Yucatán, México demostraríamos la relación directa entre el cáncer del cuello uterino y el virus del papiloma humano (VPH), resultados publicados con JT NuñezMontiel como resúmenes en la Revista Patología(Mx) en 1973.
Los primeros trabajos sobre la patología ultraestructural de agentes virales como encefalitis equina venezolana (EEV), rabia y VPH, o de parásitos como tricomonas y amibas serían realizados en Maracaibo con el ME “JEM7a”. En 1981, un par de trabajos con el ME marcarían un hito de relevancia; uno de ellos el estudio experimental en bovinos sobre la ultraestructura del tejido nervioso de la médula espinal de animales afectados por rabia paralítica, señalando detalles sobre la alteraciones de las neuronas ante la acción del virus de la rabia; otro trabajo, menos experimental demostraría con el ME de Transmisión y el ME de Barrido el poder de penetración de las pseudohifas de Candida Sp y la división intracelular de las esporas en las células del epitelio vaginal.
A todos estos trabajos se les habrían de sumar los producidos durante los activos años en el Instituto Anatomopatológico (IAP) de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV) donde llevaríamos adelante durante los 26 años siguientes, entre 1976 y 1998 los resultados y conclusiones que brevemente revisaremos a continuación. Los aspectos de la respuesta inmune y la ultraestructura del sistema nervioso central (SNC) en el fenómeno encefalítico experimental inducido por el virus de la EEV, se lograron con el apoyo del Departamento de Virología de IVIC donde logramos que ratas sobrevivieran a la inoculación con la letal cepa Guajira describiendo así un modelo experimental para demostrar el daño intrauterino provocado por el virus. Con Esparza y Carreño, en 1979 mostramos los resultados de la ultraestructura del SNC en las ratas sobrevivientes. En1981 informaríamos sobre las lesiones tempranas de fetos y placentas en las ratas Sprague Dawly utilizando el ME y la inmunohistoquímica. El año, 1986 publicaríamos un trabajo experimental sobre el efecto del virus de la EEV utilizando la cepa TC83, menos virulenta que la Guajira por ser la usada para la vacuna.
Publicamos también estudios con el ME en casos de amibiasis cerebral y de encefalitis granulomatosa amibiana. Durante los años 1982 hasta 1989 se examinó la ultraestructura de 15 timomas y los detalles ultraestructurales de los tumores malignos de células redondas, del tumor odontogénico epitelial calcificado, el tumor de células gigante maligno de los tejidos blandos, y las pápulas perladas del pene. Se publicaron trabajos sobre el VPH y sus efectos en la neoplasia epitelial vulvar y se revisó nuevamente la ultraestructura del VPH en el cáncer ginecológico; en ActaCytologica describiríamos cambios ultraestructurales presentes en las células descamadas durante la infección con VPH
Entre 1988 y 1989 se publicarían dos importantes trabajos sobre tumores en los que la ultraestructura ayudaría a dilucidar su origen; la fasciitis pseudosarcomatosa y el hemangioendotelioma epitelioide, tumores estos simuladores de ser neoplasias epiteliales. Estábamos viviendo la pandemia del SIDA y comenzaríamos a publicar nuestra experiencia con la ayuda del ME en autopsias y biopsias de estos enfermos; inicialmente sobre 50 autopsias y luego señalando la importancia que la inmunohistoquímica estaba aportando a los estudios ultraestructurales y describimos el pneumocystis carinii, Citomegalovirus, Herpes, histoplasmosis y micobacterias. Cuando ya teníamos 404 autopsias de SIDA publicamos sobre as infecciones micóticas oportunistas y sobre la patología pulmonar en el SIDA.
Se publicó también un estudio histológico y ultraestructural sobre la anemia drepanocitica y las lesiones hepáticas en esta patología, y muchos casos de tumores pediátricos epiteliales y mesenquimáticos, e igualmente en 17 casos de rabdomiosarcomas estudiados con el ME. Tras reportar un nuevo caso de encefalitis granulomatosa amibiana en una revista alemana publicaríamos un estudio sobre el aporte del ME en las biopsias endomiocárdicas en particular en la cardiomiopatía dilatada y posteriormente en 1997 sobre la ultraestructura pulmonar en la proteinosis alveolar. Finalmente tuvimos la oportunidad de examinar con el ME muestras de cultivos celulares de humanos infectados con el virus de la EEV en otra epidemia de encefalitis acaecida en el Zulia en 1995.
Los estudios con el ME se hacían cada vez más costosos, y la inmunohistoquímica había llegado para resolver casi todos los problemas de diagnóstico para los cuales antes dependíamos del ME. En 1997 me vi obligado a separarme de mi trabajo en la Sección de microscopía electrónica del Instituto Anatomopatólogico de la Facultad de Medicina en la Universidad Central de Venezuela. Siempre conservo un recuerdo muy especial para el personal técnico y para los entusiastas médicos residentes que durante sus años de preparación para hacerse patólogos intervinieron en tantos casos, aprendiendo y enseñándonos a todos con su tesonera labor.
Sin que por ser los últimos dejen de ser importantes, debo referirme a otras publicaciones que seguirían naciendo del estudio ultraestructural de los tumores, ya acompañados usualmente de la correlación inmunohistológica. De esta manera, ese mismo año 1997 publicamos un detallado trabajo en Investigación Clinica (Ven) con el título de: Aplicación de la Microscopía Electrónica de Transmisión y la inmunohistoquímica al diagnóstico de los tumores malignos para así iniciar una serie de publicaciones sobre tumores con los resultados del estudio ultraestructural e inmunohistoquímico, comoel tumor murino transplantable,, el fibosarcoma congénito, el Glioblastoma Multiforme congénito, el tumor de Askin, la Nesidioblastosis, el estudio ultraestructural del Pneumocistis carinii dentro de la aplicación del ME al estudio de la patología microbiológica del SIDA.
Para concluir, debo señalar que la Revista Vitae Academia Biomédica Digital, de la Facultad de Medicina, de la Universidad Central de Venezuela valdría para seguir publicando una larga serie de trabajos sobre la inmunohistoquímica (IHQ) de los tumores, aunque no corresponden a trabajos directamente hechos con el ME, -exceptuando uno de ellos (José Rafael Tovar, Eduardo Caleiras y mi persona cuando describimos la ultraestructura del virus del Dengue en humanos)-. Sin embargo, algunas de las publicaciones en VITAE Academia Biomédica Digital, pueden servir de ayuda al examinar el diagnóstico diferencial de los tumores bajo los criterios que ofrece la IHQ, y para corroborar los diagnósticos que la patología ultraestructural nos ofrecía, aplicando en cada caso, cuanto habíamos aprendido sobre la ultraestructura de las neoplasias.
Maracaibo, martes 16 de noviembre del año 2021
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