viernes, 15 de octubre de 2021

De Colón y de Ojeda (1)

 

De Colón y de Ojeda (1)

Quizás porque recién fue 12 de octubre y en vista de que ahora “el día de la Raza” es despreciado en Hispanoamérica (casi que en el mundo moderno) mientras contradictoriamente resulta ser el día de fiesta nacional del reino de España y cada vez con más énfasis vemos arremeter contra la imagen de Colón y de cualquier rescoldo que reavive nuestras raíces hispanas, he traído este tema al blog, el cual por su extensión me tomará tres breves capítulos, en este viernes, el sábado y el domingo 17.

El reparto anticipado entre Cristóbal Colón y los Reyes Católicos de los beneficios que reportaría la conquista de lo que después se llamaría América se firmó en “las Capitulaciones de Santa Fe”. Desde entonces Colón lograría ascender socialmente y formar parte de la nobleza cortesana. En tres carabelas: la Pinta, la Niña y la Santa María, al mando de Martín Alonso Pinzón, Vicente Yáñez Pinzón y Juan de la Cosa, el 12 de octubre en el primer viaje del Almirante llegaron a la isla de Guanahani, y luego, Colón navegaría por el Caribe y llegaría a la actual Cuba el 28 de octubre y a la Española el 6 de diciembre. El 24 de diciembre la Santa María encalló en las costas de La Española y con sus restos se construyó el Fuerte Navidad

 

Alonso de Ojeda sin lugar a dudas fue uno de los primeros españoles conquistadores de América,  Acompañó al almirante Colón en su segundo viaje, que partió de Cádiz el 25 de septiembre de 1493 con diecisiete naves. Colón desembarcaría en la isla de Puerto Rico el 19 de noviembre y el 6 de enero de 1494 fundó la ciudad de La Isabela en la Española. Poco después regresaron a España doce buques de la flota mientras en el Caribe continuaban los viajes de descubrimientos por distintos territorios. Ojeda participó activamente en el descubrimiento de oro y en las primeras acciones para dominar a los indígenas de la isla Española. Colon tendría éxito en sus gestiones ya que en 1497 recibió cartas de confirmación de sus títulos y privilegios y logró que la Corona anulase el decreto liberalizador de 1495 y que le quedase a Colón tácitamente sobre todo el monopolio el Nuevo Mundo.

Colón regresó al Caribe por tercera vez el 30 de mayo de 1498 al mando de seis barcos. Llegó el 31 de julio a la isla Trinidad y desde el 4 al 12 de agosto exploró el golfo de Paria, el cual separa Trinidad de Venezuela. El 19 de agosto Colón marchó a La Española para enterarse de que la mayoría de los españoles allí asentados se sentían engañados por él sobre las riquezas que encontrarían y ya algunos de ellos habían retornado denunciando a Colón ante la corte por su mal gobierno. En 1499 los reyes nombraron a Francisco de Bobadilla nuevo gobernador para La Española, despojando a Colón del cargo y a su llegada a la isla, el 23 de agosto de 1500, Bobadilla detuvo a Colón y a sus hermanos y los embarcó presos encadenados hacia España.

Años más tarde, en 1502, Colón emprendió su cuarto viaje a las Indias, pero tuvo que firmar con la Corona una capitulación específica al igual que los demás descubridores; antes de partir, los reyes le informarían a Colón sobre el nombramiento de un nuevo gobernador para la Española, Nicolás de Ovando, con lo cual Colón quedaba despojado de ese título. En este viaje Colón perdió todos sus barcos y no consiguió su objetivo de hallar un paso hacia Asia. Regresó fracasado a España en 1504 y murió dos años después. Le sucedió en el cargo de Almirante de la mar Océana su hijo mayor, Diego Colón. Es una historia sucinta del Almirante genovés Cristoforo Colombo.

Aunque había nacido en Cuenca, Alonso de Ojeda era oriundo de Hojeda, cerca de Oña, en la merindad de Bureba comunidad de la provincia de Burgos. Perteneció en una familia noble y fue paje y criado del duque de Medinaceli don Luis de la Cerda, en cuya casa conoció quizá a Cristóbal Colón, cuando éste vino a España. Ojeda participó en la toma de Granada, donde dejó constancia de sus dotes militares, de su destreza como espadachín y de su audacia. El joven Ojeda se ganó en breve la buena voluntad del obispo, Juan Rodríguez de Fonseca, y a la primera oportunidad fue puesto al frente de una de las naves del segundo viaje de Colón en 1493.

Alonso tenía veintiséis años en 1494, era pequeño de estatura, ágil hasta causar sorpresa, y en todos los ejercicios de las armas, maestro consumado; tenía el genio pronto y la vista perspicaz; era valiente hasta la temeridad, vengativo hasta la crueldad, tierno de corazón con los débiles, y cortés con las damas; pendenciero y duelista, pero hondamente creyente y por extremo observante de sus deberes religiosos.

Al llegar a la isla de Guadalupe, Colón le confió la búsqueda del veedor Diego Márquez, que se había perdido al internarse en la selva con otros ocho compañeros. En enero de 1494 una vez en La Española (isla de Santo Domingo), Colón le mandó explorar la región de Cibao, en el interior, donde Ojeda obtuvo las primeras muestras del oro de Indias, que serían enviadas por Colón a los Reyes Católicos junto con un memorial donde ensalzaba la riqueza de las islas descubiertas.

Poco después Colón le asignaría a Ojeda otra misión importante: la de socorrer al capitán Margarit, que estaba sitiado en la fortaleza de Santo Tomás (en el Cibao) por las huestes del cacique Caonabó quien nacido en Maguana, era uno de los más poderosos caciques de la isla, y fue el responsable del ataque que destruyó en 1492 el Fuerte de la Navidad y acabó con todos los hombres que lo defendían destruyendo así totalmente el primer establecimiento español en América.

Caonabó atacó nuevamente a los españoles que en 1494, Colón había dejado encargados del fuerte de Santo Tomás, en Cibao, bajo las órdenes de Pedro Margarit, encargado de “recoger oro”. Para socorrerlos el Almirante envió a Alonso de Ojeda, que partió de la Isabela en abril de 1494 y obligó a Caonabó a levantar el cerco, después de haber apresado algunos indios principales que envió a Colón. Caonabó siguió combatiendo a los castellanos y logró confederarse con los otros tres caciques principales de la Isla, Guariones, Behequio e Higuanamá. Anacaona, la mujer del cacique Canoabo era hermana del gran cacique, Behequio.  En 1495 Colón ordenó a Ojeda que capturara a Caonabó.

Más tarde las tropas de Caonabó pusieron cerco a la Isabela y Ojeda decidió capturar al Cacique. Marchó a la provincia de Maguana, donde vivía, y durante la entrevista que mantuvieron, Ojeda le ofreció como regalo unos grilletes de latón. Cuando el Cacique se vio inmovilizado, le subió a su caballo, lo raptó y se lo llevó ante la mirada satisfecha de Colón. Cuando Ojeda subió al cacique a la grupa de su caballo como para que se exhibiera ante su pueblo, según narró Las Casas da la vuelta...al camino de la Isabela, como si paseaba para volver, y poco a poco fue alejándose, hasta que los indios que lo miraban de lejos...lo perdieron de vista”…” y la burla pasó a las veras”. Ojeda llevó preso a Caonabó a la Isabela, donde Colón lo tuvo con grilletes en su propia casa, lo que provocó la sublevación de los hermanos de Caonabó, rebelión que sería reprimida con mucha dificultad por los españoles. La batalla de la Vega Real, emprendida por Cristóbal Colón y su hermano Bartolomé, acabó con la rebelión. Luego derrotó a otro hermano de Caonabó, por lo que se le premió con seis leguas de terreno en Maguana.

Alonso de Ojeda estuvo en la Española hasta fines de 1498, cuando terminaría por  enemistarse con Colón y decidió regresar a España. Fue a la Corte y se entrevistó con el Obispo Fonseca, que le pidió comprobar lo descubierto por Colón en su tercer viaje; se le autorizó así a realizar el primer viaje de descubrimiento tras los colombinos. Con la patente del Obispo partió del puerto de Santa María hacia el 18 de mayo de 1499. Llevaba una sola carabela y le acompañaban el cosmógrafo Juan de la Cosa y Américo Vespucio, que hacía entonces su primer viaje al Nuevo Mundo.

“De Colón y de Ojeda” continuará mañana sábado 16 de octubre.

Maracaibo, viernes 15 de octubre del año 2021

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