La gruta de bronce
La gruta de bronce de Cristina Iglesias es Hondalea, y será la nueva instalación artística que alberga la Casa del Faro de la Isla de Santa Clara, emplazada en el centro de la bahía de la Concha frente a San Sebastian/Donosti. Se completa así un triángulo de arte entre el Peine del Viento de Chillida y la Construcción Vacía de Oteiza en torno a La Concha de Donosti. Hondalea abrirá a inicios de junio, reivindicando la costa donostiarra y llamando a la reflexión sobre la conservación de los mares.
El Peine del Viento, en euskera Haizearen orrazia, es el conjunto de esculturas de Eduardo Chillida Juantegui (1924-2002) sobre una obra del arquitecto vasco Luis Peña Ganchegui, al final de la playa de Ondarreta, en San Sebastián, y está compuesta por tres esculturas de acero, de 10 toneladas cada una, incrustadas en las rocas. Fue instalada en 1977 en un espacio mágico desde el cual se puede contemplar el mar Cantabrico en todo su esplendor especialmente durante los días de temporal, cuando las olas embisten con toda su furia contra las rocas del acantilado.
La Construcción Vacía (Eraikuntza Hutsa) de Jorge Oteiza(1908-2003) se instaló en el Paseo Nuevo en 2002. Adquirida por el Ayuntamiento en 2001, es una de las obras de la serie presentada para la Bienal de Sao Paulo de 1957, en la que el autor recibió el Premio Internacional de Escultura. Desde ahí se bien la casa del faro de la isla que acoge la obra de Cristina Iglesias.
Para Cristina Iglesias (San Sebastián, 1956), la casa del faro de la isla de Santa Clara, y el camino que lleva allí, primero por mar, luego por tierra, siempre fue para imaginar historias inquietantes, sueños de balleneros y ballenas y desde allá, la contemplación de Donosti, la ciudad, tan distinta cuando se mira desde la isla. Hondalea significa en euskera -“abismo en el mar” o “fondo del mar”- y es el título elegido por la escultora donostiarra para bautizar a su nueva obra, un colosal vaso de bronce de 15 toneladas que, incrustado en las tripas de Santa Clara y en lo que fue la casa del faro,-deshabitada desde 1968-, recrea la estratificación de los fondos marinos y el estallido de las olas contra las rocas.
Cinco años después de trabajar arduamente, la obra está acabada y su apertura está prevista para el próximo 5 de junio. Antes, los días 3 y 4, el Aquarium de San Sebastián acogerá el simposio internacional La costa rocosa: ecología, arte y geología y el Museo de San Telmo abrirá el día 3, por espacio de cuatro meses, una exposición que a través de fotografías, imágenes y textos documentará el proceso creativo de la obra. Hondalea tendrá también su película, del cineasta guipuzcoano Asier Altuna quien ha filmado, desde septiembre de 2019, todo ese proceso.
Hondalea es una ficción inspirada en la realidad, con elementos imposibles, como en los cuentos, pero dictada por la naturaleza. La razón de ser de este proyecto artístico es recrear ante los ojos del visitante el impacto de las olas contra las rocas marinas, lo que supone una experiencia sensorial donde se cruzan la contemplación, el sonido, el olor y el viaje, que arranca en el mismo muelle donostiarra cuando el visitante se sube al barco. Un circuito de agua dulce procedente de un depósito-aljibe subterráneo situado nueve metros por debajo va metiendo el mar cada 20 minutos dentro de la escultura.
No es la primera vez que la autora de las puertas del Museo del Prado y del proyecto Tres Aguas en Toledo enfrenta su obra con el mar. En 2010 ya instaló sus Estancias sumergidas en el fondo del mar de Cortés en Baja California, México. Mucho antes (1993-1994) ya había actuado sobre la roca de las islas Lofoten, en el mar de Noruega. Para Iglesias, el último no ha sido un año fácil. La experiencia amarga, en febrero de 2020 fallecería su pareja, el empresario Plácido Arango. Esto sucedía 19 años después de haber perdido a su marido y padre de sus dos hijos, el escultor Juan Muñoz.
Pero a las sombras del duelo vinieron a sumarse las luces de la creación artística y relata que estuvo en Saint-Tropez, donde tenía que acabar una obra por contrato. Luego en noviembre a Houston, luego vino Lisboa donde Iglesias está haciendo una pieza en un parque cerca de la Fundación Gulbenkian y de la Embajada de España. También tiene Iglesias otro proyecto en curso en Qatar, y otro en la Royal Academy de Londres y por último, dice, una en el parque del Madison Square Garden de Nueva York donde está poniendo en pie un proyecto que se quedará ahí seis meses y en Düsseldorf inaugurará la Skulpturenhalle una exposición en la Fundación Thomas Schutte… Para finalizar recuerda que en octubre inaugurará una pieza en un parque público de la isla de Malta.
La escultura de Cristina Iglesias, Hondalea, ha supuesto un costo de 4,3 millones de euros para el Ayuntamiento. En la suma total se incluye la rehabilitación del edificio, la propia construcción de la escultura en la empresa Alfa Arte y la difusión de la obra, pero no el trabajo de la artista, Tambor de Oro de la ciudad, que dona su trabajo. La Diputación aportó 200.000 euros y el Consistorio dijo tener otros 400.000 de empresas, que podrían aumentar, según esperan.
Maracaibo, lunes 31 de mayo del año 2021