Pregnant birds
“Nada me importa que critiquen la humildad de mi cariño, el dinero no es la vida, es tan solo vanidad”… Tanto se lo repitió él, que ella ya casi que se lo cree. Pero todo tiene su límite, hasta el cántaro puede quebrarse… Así se lo dijo ella misma cuando insistía en que, acabando de graduarse, pensar así, era una extremosidad, un exabrupto, una locura, un disparate… ¡Graduarse e irse a la selva! Se ha vuelto loco. Así lo comentaba ella con sus amigas… ¿Te imagináis lo que es vivir en una horrenda medicatura rural, entre charcos y mosquitos, con mascadores de chimó y alpargatuos?
No podía ser que existiese un cristiano a quien no le gustaran las fiestas, y ella ni si quiera había logrado enseñarlo a bailar. Un ser para quien estudiar era una especie de vicio, una ociosidad, una manía. Todo cuanto él pensaba tenía que girar en torno a la investigación, era una obsesión, sin duda alguna... Él vivía creyendo descubrir el agua tibia y para remate se mantenía, se pasaba, todo el santo día en aquella cantaleta, aquel macán de que el dinero no es la vida, ni salud, ni paz, ni luz, ni fe, ni amor. ¿Pan y cebolla? ¡Qué mondenga! No mijito, vos estáis muy equivocao.
¡Si vos queréis, yo te ubico! Yo te puedo conseguir un puesto, te tramito un cargo, te acomodo en el Seguro, o más fácil, si queréis puede ser con el Ministerio, metete a ginecólogo, por lo menos a gastroenterólogo, te aseguro que vos como cirujano te podéis forrar en cobres... Ella le repetía opciones diariamente, pero no lograría retenerlo. Se le fue el hombre, lejos, a una medicatura rural perdida en la selva fronteriza con el hermano país. Es que, ¡había que verle la cara! Él era, ¡más terco que una mula!
Yo no sé, pero… ¿De dónde pretendéis vos que vais a sacar la plata pa comer? ¡Vai decime, pues!...¡Los cobres mijo! Cierto es que tiene gran poder, el mundo entero está a sus pies, pero es que… El dinero no es la vida. Con ese discursito la tenía al borde… La insistencia de ella no obstante, le provocaba terribles cavilaciones nocturnales. Seré médico rural, se decía, me enorgullezco de mi propósito, de mi decisión, y lo repetía. Me voy a dedicar a la investigación, insistía. Aunque a veces reflexionaba…¡Pero, que vaina, es verdad, es muy cierto, lo que me gusta es improductivo… ¡Qué debo hacer entonces?
¡Criatura, pasaréis la vida pelando bola! ¿Pero y el cariño verdadero y el amor? ¡Dinero mijo! Money. Ejercer, hacerte con una buena clientela, ¡tener una buena posición y llenarte! Vai chico, si vos sois inteligente, vos sois bueno, chico, eso de la investigación es una estupidez, es solo una ilusión, pensalo mejor, usá la cabeza. ¡Ummjú! Pero jamás podrán vencer ni conquistar al corazón hoy y después...
El dinero no es la vida pero mi amor va a rebasar todos los problemas. Esto lo repetía él, para sí mismo. Después intentaba persuadirla… Nuestro cariño está por encima de cualquier obstáculo. Superaremos todos los convencionalismos y todas las dificultades. Son solo ideas y se pueden cambiar con otras ideas. El dinero no es la vida, por lo menos no es la mía… Siempre terminaba introspectivamente reafirmándose para decirle: en mi caso, la razón de mi existir solo eres tú…
Analizando ahora su propia frase, es decir, en lo que llaman “a posteriori”, o sea “hoy día”, él pensó en aquello que había dicho sobre la razón de existir, y obligadamente pensó en otra máxima, la de su amigo Toño, apodado “el retoño”, quien había aprendido inglés en la infancia… Él ahora, se sentía obligado a aceptar que era muy cierto lo que decía el retoño cuando ante él insistía: “son tan solo pregnant birds”. Se lo repetía una y otra vez Toño el retoño, pero él nunca le paraba ni media bola… Años hacía de aquel cuento y él recordó con susto, cuando se reía del inglés de Toño al imaginarse a un tucusito barrigón…
NOTA: con algunos cambios puntuales, el texto es extraído de mi novela “LaPesteLoca” (Maracaibo, 1997)
Maracaibo, domingo 14 de febrero del año 2021
Genial " pajaritos preñados " me parecen estar escuchando a Ernesto ...
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