La historia inventada
Tomás Eloy Martínez (1934-2010) fue un novelista y crítico argentino quien vivió años de exilio en Venezuela y a quien Ibsen Martínez (https://bit.ly/2GWWwOf) en mayo del 2017 describió como quien “ha sido hasta hoy el mejor periodista del mundo de habla hispana”. Tomás Eloy fue famoso por su literatura siempre comprometida con la historia, desde Sagrado en 1969, a La pasión según Trelew (1974), o los reportajes de Lugar común la muerte, (1979); La novela de Perón (1985), Santa Evita (1995), y después Las memorias del general en 1996; El vuelo de la reina (2002), El cantor de tango (2004) y Purgatorio (2008). Curiosamente, él fue perseguido dizque por haber falseado la historia de su país…
Sucedería que su novela Santa Evita, se transformó en historia con todos los detalles que el peronismo se dispuso enaltecer a partir de aquella supuesta noche del 22 de febrero de 1944 cuando en el estadio Luna Park, Eva Duarte conoció al general Juan Domingo Perón sentado a su lado, y le dijo la emblemática frase de “General Perón, gracias por existir”. Este relato de Tomás Eloy fue adoptado como un hecho verdadero e histórico por el peronismo y aunque su autor protestó ya Santa Evita había trascendido de las páginas de la novela para transformarse en el personaje que habría de reconocer el mundo para siempre. El autor tendría que irse del país, pero su novela se convertiría en historia.
Las novelas representan un cuerpo de mentiras muy bien organizadas, y citaré a propósito al escritor Javier Cercas quien en su novela “Soldados de Salamina”, pone en boca de Bolaños su precisa opinión de que: “hay que ser un redomado embustero para ser un buen novelista” (https://bit.ly/2MtGblo), o a propósito de “El lector soñado” (https://bit.ly/2z82wMN) en aquello de que “la literatura no existe por sí misma aislada del lector”. Tras varios años de estudiar en detalle la historia del General Juan Domingo Perón y de su esposa Eva Duarte, el escritor periodista argentino decidiría transformar a la primera dama en “Santa Evita” para crear un imperecedero e indefectible personaje que, habría de brillar para siempre, usando una expresión del laureado escritor Sergio Ramírez, “irreconocible, en el esplendor de la mentira”.
Tomás Eloy Martínez fue un novelista que desafió a la historia y la venció. Crearía su propia versión de todo cuanto había sucedido en su Argentina contemporánea. Haría precisamente todo lo contrario que en su justa reclamación de la verdad había logrado hacer brillar en La pasión según Trelew para crear luego su pequeña gran historia sobre Eva Duarte en Santa Evita, un éxito imperecedero de la historia inventada que sería adoptada por los conductores de “los descamisados” para sostenerse perpetuándose en el actual peronismo, el mismo de Menen, y de los Kirchner potenciados gracias a los millonarios regalos de Chávez, y el que sigue siendo actualmente Fernández2 al cuadrado, en la actual politiquería que vive la Argentina en estos años de pandemia.
Hemos podido ver
como una historia inventada pasa a transformarse en historia verdadera, tal y
como sucedería con el fiasco del “socialismo del siglo XXI”. Aquella falacia
que ofreció prosperidad a los países originarios de Venezuela y la Argentina y
hoy están derrumbados en un rotundo fracaso económico y en la misma ruta de ser
países depauperados y colonizados por extranjeros auspiciadores de grupúsculos
de malandros, tahúres mafiosos y asesinos que se apoyan en la traición de
quienes tienen el poder de las armas.
Maracaibo, jueves 14 de enero del año 2021.
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