sábado, 28 de noviembre de 2020

Milagros Mata Gil

Milagros Mata Gil

 

Me atrevo, en este mi blog lapesteloca, a recordar lo escrito hace ya muchos años por Milagros Mata Gil. Fue en febrero del 2004, cuando leí lo que había publicado en “el gusano de luz”… Años después el 22 de agosto de 2018 (https://bit.ly/33eATAR), yo publicaría algo sobre Milagros en este blog con el título de “Golpes en la vida de Milagros…” y me preguntaba, si quizás lo que había escrito podría servir para… ¿Una re evaluación?

 

Viviendo en Caracas, conocí y disfruté la lectura de Memorias de una antigua primavera, la novela de la escritora Milagros Mata Gil, que había ganado el Premio Miguel Otero Silva de Editorial Planeta (1988). Luego leería La casa en llamas (1986) y Mata El Caracol (1990). En aquel entonces, sabía que Milagros era una joven periodista y profesora de educación, que era oriental, y me entusiasmó con la escritura de sus novelas que me parecía mostraban a una persona  “comprometida”, de un hablar sin ambages… Como tenía que ser.

 

Cuando en 2008 vi los golpes, que como a Vallejo, la vida le había endilgado a la escritora, destaqué algunas de sus impresiones del pasado (2004): “Yo no entiendo cómo esa gente, que se aferra al Poder con las uñas y los dientes, que es capaz de todo para conservar el Poder, bajo el simulacro de una Revolución Bonita que beneficia a los pobres, no es capaz de ver el futuro”… “Quita las Garantías, Hugo. Ábrete como Dictador. Sé un hombre macho por una vez en tu vida: un macho como Falcón, por ejemplo, o como don Cipriano, o como el General Gómez, que debería haber tenido tres soles, pero prefirió tener dos bolas. Y me da rabia que tú no eres macho, ni eres nada más que el payaso de las Cumbres, el títere de Armando Guzmán o un hijo del títere, o el títere de un anciano moribundo que escucha toda la noche el mar, tratando de captar por dónde es que la gente se le va, enfrentando tiburones, antes de seguir en la Felicidad Cubana”…   Milagros terminaban diciendo como Vallejos: Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé” (Milagros Mata Gil, febrero, año 2004).

 

Cuando escribí aquel sentido artículo, en 2018, nunca me imaginé conocer más sobre Milagros ya que no tenía idea de que todavía en 2020 la escritora de mis años maduros con quien me había emocionado en sus novelas, y de quien supe recibía como Vellejos, golpes de la vida en 2018, estaba activa y dando la pelea. De manera que, por el hecho de haberla encontrado de nuevo, en la nube de internet o en lo que llaman “las redes”, he sentido una gran satisfacción y no resisto la tentación de decir brevemente algunas palabras sobre su diario quehacer.

 

Recientemente, al leer el título del título de los ensayos de Milagros Mata Gil, he revivido “la inmensidad del Unare” y he recordado el osario de Armas Alfonzo y el gran río y los meandros de José Balza. He repensado en muchos colegas y amigos orientales con quienes visité desde Río Caribe y Caripe, centrado en Barcelona y especialmente en Puerto Píritu para moverme hasta Ciudad Guayana, El Tigre, Maturín (https://bit.ly/39exqpX) y Ciudad Bolívar. Tantos recuerdos viviendo por más de 20 años en la capital, cuando manejé por todos aquellos parajes del oriente venezolano, que son los de Milagros…

En una entrevista reciente, hecha por el periodista y escritor José Pulido (“Pelo Blanco” (87);”Una mazurkita en la mayor”(89),”Los mágicos”(99)), él nos habló de Milagros, actualizando sus vivencias y relatándonos como desde niña se dedicó a leer intensamente y con una especie de responsabilidad fraterna hacia los libros. Ella le contó a Pulido sobre sus luchas y su sentir en los avatares de esta vida donde finalmente le diría:Antes de esta catástrofe ni siquiera me sentía venezolana”…“Entonces llegaron los bárbaros y sentí la responsabilidad moral de resguardar lo que pudiera de los valores éticos y espirituales”…”Soy más que nunca venezolana y aún estoy aquí, más fuerte que nunca. Creo en la capacidad regenerativa y en que este país resurgirá y será mejor. Yo no lo veré, pero no importa. Trabajo por ello”.

Milagros Mata-Gil en la actualidad sostiene que:Una madrugada, hablando de cosas tan frágiles como la literatura, se nos ocurrió la idea ¿por qué no crear una editorial?”…“Las dificultades son muchas ... Pero gloria a Dios por la inalterable voluntad que nos anima”…“hemos visto la cara a los lestrigones. Como Ulises, hemos tenido que ser astutos como serpientes y mansos como palomas, con una considerable capacidad de buen humor e ingenio”…“En algún momento saldremos al mar océano, tal como si fuéramos un personaje de Pérez-Reverte. Y no se olvide que somos escritores: que ésa es nuestra fe, la que compartimos y nos anima y nos vincula al futuro, a la historia”.            Solo me cabe desear a la escritora, ¡que se cumplan sus sagrados deseos!

Maracaibo, sábado 28 de noviembre, 2020

 

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