domingo, 17 de mayo de 2020

Recordar, en avión o en tren…


Recordar, en avión o en tren…

En el aire, sobre el océano Atlántico, en un avión suizo, ya de regreso después de seis días de trabajo, tú has venido escuchando Los Cuentos de Hoffman, de Offembach. Suenan en tus audífonos personales, los del 727. Sin mucho volumen, has oído cantar a Joan Sutherland y a Plácido Domingo, has cerrado los ojos, pero estabas en otras cosas; andabas viajando sobre el Danubio, pensando en las extrañas circunstancias de tu vida, y ahora, con La barcarola de Weber estás transportándote a tu juventud, épocas de escolar; puedes ver la gran lámpara facetada de vidrio y barras de plomo en el centro del techo de multicolores retazos, puro Art Déco del Teatro Baralt, y con las notas musicales de Hoffman vuelves a ver a Zizi JeanMarie, bailando, danza en un escenario de celuloide, ella aflora desde lo profundo de tus circunvoluciones cerebrales…

Recuerdo cuando hace varios años penetré por vez primera la cortina de hierro; íbamos en un vagón de segunda, veníamos llegando a Budapest en tren desde París y pienso en cómo nos asombró la meticulosidad de los agentes aduanales del gobierno comunista; parecían buscar un polizonte, como si alguien se les quisiera infiltrar sin autorización, o sin pasaporte, y yo pensé, ¡caray al regresar desmantelarán los vagones para buscar a los que se escapan! Ahora, años después, se trataba al inverso, de regresar a Viena, por tren desde Budapest. Una experiencia inolvidable... Pero aún crees ser un muchacho, con tus audífonos del 727 y mentalmente estás viendo tu película musical en el Baralt, y Zizi baila ballet vestida de rojo sangre, ella gira, y luego regresa en puntas de pie. Hoffman suena profundamente, y tú eres el mismo quien has culminado con éxito un compromiso internacional; recuerdas que te pareció tal vez el más difícil de tu carrera profesional. Has vivido unos días en Viena, un canto emocionado a la amistad, y convencido recuerdas aquel viaje en tren, y dices para ti, que sí, que valió la pena…

Por cierto, fue muy diferente, aquella salida desde Budapest. Sucedería unos cuantos unos años después, y sería sin duda alguna más expedita. Ahora, había una tranquilidad pasmosa, en el atardecer, cuando dejábamos Budapest, y ambos caminamos con calma por el andén de la Estación Central. Buscábamos un vagón de primera, un compartimiento cómodo, pero todos lucían idénticos, los de segunda y los de tercera eran lo mismo, dos sillones frente a frente y el espacio arriba para ubicar las maletas. Si regresas al avión, recordarás que en medio de la música, algo te mortificaba pues ni idea tienes de cómo pagarás tu tarjeta de crédito, si te ayudarán, si te darán la subvención esperada, aunque hay quien dice que música paga no suena, tú sigues confiando, resolver la deuda, en el aire, y mientras tanto, lo que vas escuchando se te confunde con un chas, tras, chas, chas; el ruido del tren. Están por salir…

Escuchamos los silbatos y el tren, que notamos casi vacío, comenzó a ponerse en marcha. Espero que no estemos en el vagón equivocado y vayamos a parar a Estambul. Se lo comenté a Hernando, pero él risueño me informó que el viaje solo habría de durar cuatro horas. De pronto apareció en la puerta del compartimiento un joven quien nos hizo señas de querer sentarse con nosotros. Nos habló en perfecto inglés, sí… ¿Por qué no?, pase adelante. Lazarus, un griego de 23 años, blanco, perfilado, atlético, estudiante del último año de Medicina en Atenas. Era increíble, otra vez las coincidencias; con este joven griego nos habíamos tropezado en un insufrible tour en autobús alrededor del Bastión de los Pescadores, cuando decidimos desertar del grupo, en Pest ante la chillona voz de una vieja guía y para poder estar un rato bajo las bóvedas de la iglesia de Matías...

Lazarus resultó ser hijo de un ferrocarrilero, su padre trabaja en trenes con el gobierno griego, por lo cual él viaja gratuitamente en tren por toda Europa… Así fue como esa tarde, el destino lo trajo hasta nuestro vagón. Lazarus esperaba lograr una posición académica en Ulm, le gustaría ejercer en Alemania al graduarse; esto nos lo dice, pues en Grecia deberá esperar entre uno y cinco años para poder ejercer libremente; antes tiene que cumplir con el servicio militar. Un tipo simpático este Lazarus... ¡Lazarus se le dice también al bicho, porque muere y resuscita! Es Hernando quien le aclara el punto y me impresiona la cara de asombro del muchacho. O come on Lazarus I am only joking! Luego, él explotó en carcajadas, mientras Hernando me comenta que seguramente estará pensando que somos unos dementes. Él sonríe y nos dice. It is okey with me.


¡Que verraquera! Colombia, Grecia y Venezuela en un tren y así se dio inicio a un contrapunteo geográfico. Hernando inquisidor lo interroga. ¿Capital de Malasia? ¿Capital de Indonesia? ¿Capital de Australia? Lazarus irá respondiendo a trompicones. Kuala Lumpur, Dakarta, CamberraNos pregunta. How can you know so much about geography? Are you both some sort of teachers? Entonces, ya más sosegados tratamos de presentarnos formalmente. Somos patólogos. Lazarus se sorprende. Physicians? El estudiante de Medicina se entusiasma. From South America? Hernando va de nuevo a la carga. ¿Qué sabes sobre Cristóbal Colón? América, ¿de dónde viene el nombre?, Américo Vespucio, y ¿Venezuela?, la Venecia del Coquivacoa, ¿has oído hablar de Alonso de Ojeda?... ¿Cómo brindas en griego? ¿Cómo en otros idiomas? Salud, salute, campai…

¿Cómo se insulta en diferentes idiomas? Relucen maldiciones en griego, ¿Qué tal en turco? Griegos y turcos no se las llevan muy bien... Terminamos hablando sobre Estambul, y luego el genocidio de Armenia, sobre armenios y turcos... La historia... ¿Qué queda ahora de los persas de antaño? Babilonia es Bagdad, y… ¿Qué queda de los griegos? ¿Algo de Esquilo? Recordamos a Edipo rey. ¿Volveremos a ver algún otro Pericles? You know what Lazarus?, in your life you have to do everything intensively, that is the secret, intensively, if you take a shower, you have to feel the water hitting your skin, intensively, study and concentrate yourself in what you are learning, when examining a child, give you completely, intensively...Yo les miro y pienso que Hernando, quien ya es abuelo, conversa con Lazarus cual patriarca…

Él le pone todo el cariño y la sapiencia a sus palabras; le habla de lo que es la vida y sus consejos se los ofrece gratuitamente al joven griego, quien apaciblemente los capta. Voltea Hernando momentáneamente y me dice. Siento como si hablara con uno de mis hijos… Con acento británico el inglés de Lazarus nos informa. I think I am a good student… Indeed, that´s what people say. Hernando piensa en sus hijos. Por la ventanilla el sol corre como una pelota anaranjada ocultándose a cada paso tras sombras negras. A mí Lazarus me recuerda a Jorge Eduardo, me impresiona por su buena educación, su don de gente... Súbitamente Hernando le está planteando el Teorema de Pitágoras. ¡Ajá!, pero el joven griego sabe cómo hacerle frente a la situación y lo resuelve para plantearnos un problema matemático sin solución posible, por lo que terminamos cayendo en una discusión sobre la Filosofía.

Lazarus nos dice algo tristón. Greeks now, are not the same. People have changed. We have had so many invaders, so many nations, countries, politicians... We greeks are not the same. Pienso en la historia de esa vieja nación reflejada en la opinión de aquel joven de la generación actual. No deja de tener un dejo de nostalgia, la tristeza que proviene del conocimiento de que ya no nacerá otro Eurípides, no vendrá otro Fidias, ni habrá un nuevo Pericles, no más Sócrates ni nadie que construya algo como el Partenón. Yo reflexiono silente sobre nuestro entrópico paraíso tropical; somos un pueblo pobre, abandonado, sin una historia milenaria, algunos nos considerarán una escoria del Tercer Mundo, pero somos ricos en futuro, abiertos hacia el porvenir. Grecia en la persona del joven médico no aspira por más filósofos, ya su esplendor pasó, le quedan las casitas blancas brillando al sol del Mediterráneo, piedras y la belleza de una línea de añil en el horizonte, y eso es bastante...

Entonces hablamos sobre Constantino y yo traje al tapete a Justiniano, a Juan de Capadocia y a Teodora y conversamos sobre el significado del manto purpurino. De aquí pasar a Ronald Regan fue un solo brinco histórico. He´s a son of a bitch! Los gobiernos entregados a los negociadores de los grandes consorcios de los Estados Unidos, es un lugar común. Hernando insiste. Governments are like prostitutes! Lazarus expresa sus deseos. I hope to be a pediatrician. How to get into USA? Hernando le da detalles sobre cómo y dónde tomar el ECFMG. You have to take it. Pediatricians in general practice have a good chance in USA at the present time…

Lazarus me ha impresionado bien y pienso que no era ésta la idea que yo había tenido sobre ningún griego. Joven y educado, Lazarus nos llevó de vuelta a la época del Monte Olimpo y después del siglo de oro, por Praxiteles caímos en Sófocles y luego en Platón... ¿Tal vez así eran los griegos de antes? Lazarus es ateniense, Argimiro es colombiano y yo venezolano y maracucho. Un colombiano y un maracucho exiliados, fuera de su terruño, uno en los Estados Unidos, el otro, en Caracas, “la sucursal del cielo”...

Este viaje, entre Budapest y Viena me ha acercado al recuerdo de todos; a Jorge y a Juan los tengo ante mis ojos con Lazarus, a Tomy con los cuentos del Rodrigo de Hernando. Clarita y Beatriz se han cruzado en nuestros conciliábulos… Francisco, y pienso: ¡cómo quisiera haber estado más tiempo de mi vida contigo! He asombrado a Hernando con las increíbles hazañas de Pablito y del catire Fernando con su bolita no descendida en espera de otra intervención.

Ahora, en este 727, se me ocurre súbitamente que debo escribir todo esto, lo haré, quizás después de este año 86, aunque eso no lo pensé cuando iba, viajando en tren entre Hungría y Austria, cuando disfrutamos de una cátedra libre sobre la vida, sincera, abierta, fructífera e inolvidable.
El texto con mínimos cambios es de mi novela “La Entropía Tropical”(Maracaibo, Edilz, 2003).
Maracaibo, domingo 17 de mayo  del año 2020

No hay comentarios:

Publicar un comentario