martes, 3 de marzo de 2020

Por la costa gipuzkoana


Por la costa gipuzkoana

Si nos movemos por la costa gipuzkoana, a unos 15 km de la capital provincial, San Sebastián (Donosti), encontraremos a Zarauz (en euskera, Zarautz) una localidad y municipio situado en la costa como comunidad autónoma del País Vasco. Esta villa turística, limita al este y al sur con Aya y al oeste con Guetaria. En 2017 tenía 23 118 habitantes, pero en la época estival alcanza frecuentemente los 35 000. Más hacia el oeste está Zumaia.

Zarauz: fue fundada como villa en 1237 por Fernando III de Castilla. Hasta el siglo XVI, sus habitantes se dedicaban a la pesca, especialmente a la cacería de ballenas. Después, con la desaparición de la ballena del Cantábrico, los zarauzanos fueron dedicándose a la agricultura, la industria textil o la fabricación de muebles o barcos. Se cuenta que en los astilleros de Zarauz, se construyó la primera nave que dio la vuelta al Mundo, la nao Victoria, comandada por Juan Sebastián Elcano, nacido en la localidad vecina de Guetaria, a 3 km de Zarauz. 
 
La playa de Zarauz es la más extensa del País Vasco y una de las más largas del Cantábrico; por esta razón es conocida con el sobrenombre de "La Reina de las Playas". En el extremo oriental de la playa, rodeando un campo de golf, se encuentra el biotopo protegido de Iñurritza, destacando la conjunción de dunas, marismas y acantilados, que reúnen en este lugar especies florísticas y faunísticas con requerimientos diversos y de las dunas de arena conservadas del País Vasco, junto con las de las playas vizcaínas de La Arena en Musques, Barinatxe en Guecho, y Górliz.  

Como antiguo pueblo de cazadores de ballenas, la localidad conserva varios edificios medievales así como algunas de las villas de veraneo que le dieron fama. Próximas al paseo marítimo destacaban antes grandes palacetes y viviendas construidas por la alta burguesía durante el siglo XIX. El Palacio de Narros, situado frente a la gran playa (2,8 km), fue lugar de veraneo de la reina Isabel II de España, así como de la reina consorte de Bélgica Fabiola de Bélgica.  

La reina de las playas en la costa gipuzkoana es uno de los principales centros de veraneo del País Vasco, gracias en gran medida a su playa. En Zarauz habita una población cosmopolita, con gran afición al surf, al rugby y a la fotografía. Su playa ve pasar peregrinos a diario y posee una gran oferta gastronómica. El Camino de Santiago del Norte permite realizar una bella excursión a pie desde o hasta Donosti, y como zona de paso del Camino del Norte es  una importante productora de txakoli. Se puede visitar el parque natural de Pagoeta, con su imponente jardín botánico silvestre. Destacan también a las villas pesqueras de Orio y Zumaia, esta última en conjunto con su espectacular flysch del cual ya hablaremos en otra ocasión.  

Aunque la familia Zarauz, que dominó la población durante el periodo medieval de las Guerras de Bandos ostentara el mote heráldico de "Zarauz antes que Zarauz", lo cierto es que las primeras noticias documentales del linaje que se conservan no son anteriores al siglo XIV, por lo que cabe pensar que la familia tomó el nombre de la población y no viceversa. Según varios lingüistas, con Koldo Mitxelena a la cabeza, la base del topónimo Zarauz se encontraría en la palabra vasca Txara o Zara, que significa tanto jara como jaral, que es un tipo de sotobosque de matorral que se asienta sobre suelos pobres y que pudo haber ocupado la zona sobre la que se asentó la localidad. Algunos tipos de jaral son típicos de zonas arenosas litorales como la que ocupa Zarauz.  

Getaria: Durante cientos de años la caza de ballenas tuvo una gran importancia en la economía de Guipuzkoa y particularmente en la villa Getaria que ha sido, tradicionalmente, un pueblo de pescadores y de grandes navegantes como Juan Sebastián Elcano, el primer hombre que dio la vuelta al mundo. Es un puerto pesquero con encanto, el puerto de Getaria es posiblemente el puerto pesquero con más sabor de Gipuzkoa. Su flota pesquera y las modernas instalaciones del puerto le permiten el tratamiento del pescado recién salido del mar. Posee numerosas industrias conserveras, además de restaurantes y asadores a pie de puerto. Merece la pena degustar el pescado fresco que se cocina a la brasa en sus calles, acompañado de un buen txakoli. La cacería de ballenas ha sido históricamente el motivo principal de sus escudos.   Resulta también muy atractiva la visita a los barrios rurales, en su entorno natural conformado por una de las cosas que más te sorprenderá, las espectaculares laderas erosionadas que constituyen el fenómeno geológico denominado flysch, que ha sido recientemente designado como Geoparque Mundial de la UNESCO.   


Getaria es en realidad una villa medieval amurallada, asentada en una ladera, y desde lejos o allí mismo llama especialmente la atención por la silueta del monte San Antón, más conocido por su peculiar forma como el "Ratón de Getaria", (https://bit.ly/2MoX5Sm) una península que se asoma al mar. Nada más llegar a la localidad, uno se encuentra con el Monumento a Elkano realizado en homenaje al navegante Juan Sebastián Elkano, quien ha sido nombrado ilustre hijo del municipio. El monumento muestra las líneas del estilo Art Déco y se eleva sobre un antiguo baluarte de la muralla de Getaria, que le sirve de zócalo. Además, hay otras dos estatuas de Elkano en la localidad guipuzcoana. Las fiestas tradicionales del municipio se celebran a principios de agosto en honor a San Salvador. No obstante, cada cuatro años, el 7 de agosto, Getaria escenifica el desembarco de Elkano. El navegante arribó a Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522 junto con otros 17 tripulantes (de un total de 265 hombres), tras dar la vuelta al mundo durante tres años.

La figura del renombrado modisto Cristóbal Balenciaga también está muy presente en el municipio que le vio nacer en 1895. Su localidad natal le rinde homenaje con el singular Cristóbal Balenciaga Museoa que muestra una de las colecciones más importantes de moda a nivel internacional. En Getaria no puedes pasar por alto una visita a este Museo, donde te introducirás en la obra del genio, en su relevancia en la historia de la moda y del diseño.

Zumaia: en una bahía donde confluyen los ríos Urola y Narrondo, se encuentra el municipio de Zumaia, uno de los destinos más llamativos del litoral guipuzcoano, que llama enormemente la atención, gracias a su espectacular entorno natural, con verdes montañas que rodean el pueblo, escabrosos acantilados y dos preciosas playas de arenas oscuras, con numerosos beneficios para la salud. 


Zumaia tiene más que solo bellos paisajes, ya que también ofrece un interesante patrimonio monumental, con un casco histórico caracterizado por su inalterado trazado medieval, que transporta al turista a aquella época antigua de castillos y caballeros. En un paseo por sus calles, los amantes de la cultura y el arte pueden encontrar templos religiosos, palacios y museos para visitar y entretenerse, conociendo las raíces del pueblo. Se encuentra presidido por la parroquia de San Pedro, iglesia gótica del siglo XIII, la cual se eleva sobre el resto de edificaciones como una gran mole de piedra. Su sólida construcción, es similar a la de una fortaleza, sin apenas elementos decorativos en su exterior. Compuesta por una única nave, su interior constituye uno de los espacios góticos más bellos de Euskadi, donde destaca un retablo de Juan de Antxieta, declarado monumento nacional. Paseando por las estrechas y empinadas calles del casco histórico encontraremos otros edificios de interés, como los palacios Zumaia y Ubillos y las casas Olazábal y Goikotorre. 

La playa de Itzurun es la más cercana al casco histórico de la villa. Abierta al mar y bajo la protección de la ermita de San Telmo, sus arenas y aguas tienen propiedades beneficiosas para la salud por su alta concentración en yodo. Otro de los lugares de obligada visita son sus espectaculares acantilados, muy interesantes desde el punto de vista geológico. Desde la playa de Itzurun hasta Deba, se puede realizar un precioso recorrido para contemplar las peculiares formaciones rocosas que se alzan sobre el mar. En bajamar, queda al descubierto un peculiar fenómeno denominado flysch, una superficie de abrasión originada como consecuencia de la erosión del mar, formada por diferentes láminas de rocas calizas y areniscas, en forma de milhojas. Se organizan excursiones para contemplar de cerca este bello paraje.  Flysch: es una voz alemana («fluir» o «deslizarse») que se le otorga a facies rocosas de origen sedimentario compuestas por alternancia rítmica de capas de rocas duras cohesivas (calizas, pizarras o areniscas) intercaladas con otras más blandas friables sobre la que pudiésemos conversar...      
 ¿Mañana?
Maracaibo, martes 3 de marzo, 2020

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