martes, 30 de julio de 2019

Dianas terapéuticas



Dianas terapéuticas

Diana es un nombre femenino de origen latino, pero también, Diana, es toque militar que se da al amanecer para que los soldados se levanten. Igualmente, Diana, es el punto central de un blanco de tiro, y en mi juventud, Diana era: Diana Palmer, una luchadora, aventurera y empleada de la ONU, que todos reconocíamos como “la novia de El Fantasma”. Para los jóvenes ignaros, les aclaro el punto: (The Phantom (El Fantasma, en Hispanoamérica y El Hombre Enmascarado, en España) era y es aún el protagonista de la serie de historietas de aventuras (comic) estadounidense precursora de los cómics de superhéroes, creada en 1936 por el guionista Lee Falk con la colaboración del dibujante Ray Moore -ver-)

Me quiero referir a un artículo de internet que recientemente hablaba sobre “Las dianas terapéuticas para luchar contra el cáncer”. En este caso, es a la previamente citada tercera acepción a la que se refieren; esto es: “diana como punto central de un “blanco de tiro”(ver). Es evidente que para buscar una diana que le permita a los tratamientos del cáncer dar en el mero blanco para que acierten los oncólogos con precisión, será necesario primero, descubrir cuál puede ser “el talón de Aquiles de las células cancerosas”… Si son varios los talones, o mejor dicho, los tendones de Aquiles, pues será mucho mejor.

Jesús García-Foncillas, director del Instituto Oncológico OncoHealth, perteneciente al Hospital Universitario de la Fundación Jiménez Díaz, señalaba que: "El cáncer es un proceso donde toda la diferenciación que se produce en la célula tumoral, con respecto de la célula normal, subyace en cambios genéticos, en lo que es el código genético de la célula tumoral", y el doctor Ricardo Cubedo, responsable de Sarcomas y de Cáncer Hereditario  en el Servicio de Oncología Médica de MD Anderson Cáncer Center Madrid, diría pintorescamente sobre “la esencia de las células neoplásicas”, con una expresión muy española usada para referirse a algo de excelente calidad, (como los “jamones de bellota” cuyos cerdos, por cierto no siempre tienen las pezuñas negras), decía pues el doctor Cubedo, que “una diana "pata negra" suele ser una molécula que distingue a las células cancerosas de las otras células normales entre las que le gusta camuflarse”.

Tras haber estudiado durante años el problema, el doctor Cubedo confiesa que "ahora sabemos exactamente a qué dianas apuntamos y el porqué, en lugar de dar los palos de ciego de la quimioterapia del siglo XX". Según el doctor García-Foncillas, “las dianas terapéuticas hacen referencia a determinadas características de ciertas proteínas específicas que se encuentran en la célula tumoral, y no en la célula normal". Esto significa que no todas las proteínas tienen la misma importancia dentro de la célula tumoral. Hay algunas que son fundamentales para que la célula tumoral funcione bien, incluso son responsables de su comportamiento agresivo. Por este motivo, precisamente es crucial seleccionar aquellas dianas que juegan un papel crítico para el funcionamiento de la célula tumoral.

El doctor Fernando López-Ríos, director de Anatomía Patológica-Laboratorio de Dianas Terapéuticas de HM Hospitales, aclara la situación señalando que: Para identificar las alteraciones genéticas en los pacientes de cáncer; las principales tecnologías que se usan en la práctica clínica son la inmunohistoquímica (estudia las proteínas)(-ver-), la hibridación in situ fluorescente(-ver-) que estudia amplificaciones, delecciones o reordenamientos) y la reacción en cadena de la polimerasa (también llamada PCR). Una versión muy mejorada de la PCR es la "secuenciación de próxima generación" (sus siglas en inglés son, NGS), que permite estudiar miles de alteraciones genómicas en un solo procedimiento de laboratorio”. Con estas tecnologías se pueden identificar las alteraciones genéticas de las células malignas con un potencial valor pronóstico y predictivo de respuesta a los tratamientos.
 
Las dianas terapéuticas y los fármacos, mayoritariamente hacen referencia a características de lo que es el tumor, pero también pueden identificar determinadas proteínas que están en la superficie o en el contexto del sistema inmunológico que nos permiten activar el sistema inmune para que su acción sea más fuerte y larga en el tiempo. Hay que estar atentos, ya que no todas las proteínas tienen el mismo rol dentro de la célula tumoral. Hay algunas que son fundamentales para que la célula tumoral funcione bien, e incluso son responsables de su comportamiento agresivo. Por este motivo, es crucial seleccionar aquellas dianas que juegan un papel crítico para la célula tumoral.

En el cáncer de mama, la diana más específica es contra el receptor hormonal (RE) positivo y es el tamoxifeno, una de las terapias dirigidas que más años llevan disponibles. El melanoma, en poco tiempo, ha pasado de ser uno de los tumores malignos de peor pronóstico, al primer ejemplo en el que se están documentando curaciones genuinas de metástasis gracias a los tratamientos dirigidos contra dianas moleculares. "Lo que el tumor es ahora puede ser distinto a lo que era hace seis meses", advierte García-Foncillas. Si a un paciente en un proceso de meses o de años con un tumor y sus tratamientos para ese cáncer  no le han funcionado, se puede  programar para un nuevo tratamiento con nuevas dianas terapéuticas. Se puede volver a biopsiar el tumor para ver cuáles son ahora sus características, si acaso el tratamiento ha modificado las células neoplásicas, o se puede efectuar una biopsia líquida, que es tomar una muestra de sangre y buscar en cantidades minúsculas, nanoscópicas, lo que es el código genético del tumor. Es lo que se está aplicando en casos en los que no hay una lesión metastásica del tumor que sea fácilmente accesible como para tomar una biopsia.

Resumo algunas de las principales dianas terapéuticas en la actualidad: Inhibidoras del factor de crecimiento epidérmico (EGFR). Inmunoterapia: que impulsa al sistema inmune para que destruya las células cancerosas, con: –a) Anticuerpos monoclonales que reconocen moléculas específicas en la superficie de las células cancerosas y al unirse al receptor  destruye su sistema inmune la hace  vulnerable a las defensas naturales del organismo. b) Anticuerpos monoclonales que fortalecen las células inmunitarias para que éstas puedan destruir por sí mismas a las células tumorales. Hormonoterapia: que puede ser: extracelular: con anticuerpos monoclonales, o Intracelular: con pequeñas moléculas inhibidoras. Dianas inhibidoras de la angiogénesis, y Dianas inductoras de la apoptosis

Mississauga, Ontario,  martes 30 de julio, 2019.

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