martes, 2 de abril de 2019

Francisco Massiani



Francisco Massiani
He venido conversando en las últimas semanas acerca de la literatura para niños, y sobre las colecciones de Monteiro Lobato y los libros con cuentos de la selva de Horacio Quiroga. Me toca hoy, tristemente, darle la despedida a Francisco Massiani, el creador de una literatura venezolana para los jóvenes de su época, con fantásticas novelas y cuentos que han venido siendo utilizados para la enseñanza en los liceos y colegios venezolanos desde la década de los años 70 del siglo pasado.
Francisco Massiani, nació Caracas, el 2 de abril de 1944 y falleció ayer, 1 de abril del 2019, a los 74 años. Fue un escritor de oficio, excelente novelista, brillante como cuentista y dibujante; de lenguaje claro y transparente, gestual, quien de alguna forma testimonió la desolación de los jóvenes de su generación. Muy pequeño, cuando tenía cuatro años y viajó a Nueva York con sus padres y permaneció allá aproximadamente un año. Luego regresaría a Venezuela. A los siete años llegó a Santiago de Chile con sus padres, y en esa ciudad transcurrió su infancia y parte de su adolescencia. Estudiaría en el Kent´s School, donde comenzó su pasión por el fútbol. Massiani recordaba esta época con mucha nostalgia, con mucho cariño, sobre todo a sus amigos del Kent´s School, el fútbol y a sus padres, quienes fueron muy felices en Santiago de Chile.
Después de Piedra de mar, Massiani publicaría Las primeras hojas de la noche (cuentos, 1970); El llanero solitario tiene la cabeza pelada como un cepillo de dientes (cuentos, 1975); Los tres mandamientos de Misterdoc Fonegal (novela, 1976); Con agua en la piel (cuentos, 1998); Antología: 16 cuentos latinoamericanos (1992); Florencio y los pajaritos de Angelina su mujer (cuentos, 2005); En el 2006 publicará su primer libro de poesía. Antología (poemas, 2006); Señor de la ternura (poemas, 2007); Fiesta de campo y Renate o la vida siempre como en un comienzo (novelas, 2008); Corsarios (poesía, 2011). Massiani fue ganador del Premio Municipal de Prosa en 1998, y ganador del V Concurso anual de la Fundación para La Cultura Urbana, con su libro de relatos Florencio y los pajaritos de Angelina, su mujer, en el 2005, fue Premio Nacional de Literatura en 2012  
Massiani logra introspecciones en cosas que parecieran insignificancias de la vida cotidiana, pero él las capta desde laberinto mental que puede imaginar un joven al centrarse ante situaciones que parecieran ser pequeñeces de la vida, pero que suscitan sentimientos y emociones en la mente de los jóvenes y él escritor pasa a susurrarle al lector las cuitas del chamo que está mortificado porque quiere comprarle un regalo a esa niña, a Julia que es el objeto del tormento que vive. Solo este breve ejemplo pues seguro estoy que habrá pocos lectores que no recuerden alguno de los cuentos de Francisco Massiani y en particular Un regalo para Julia ocupa un lugar destacado dentro del cuento contemporáneo en las letras venezolanas.
El año 2015, se estrenó una película sobre su vida, dirigida por Manuel Guzmán. Hace un año, asistió a un evento organizado por e Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y Monte Ávila Editores, donde comentó sus impresiones sobre la literatura, la poesía y el oficio del escritor. “La literatura es una voz interna, que me pide que escriba lo que voy pensando y lo que voy sintiendo. La literatura es maravillosa. De hecho, una hermosa novela es una aventura magnífica, una aventura interior que vale la pena”, comentó. Sobre la poesía consideró que debe ser “sentida y muy honda (…) debe seducirnos tanto como el ilusionista antes de sacar el conejo y como el ilusionista una vez que ya saca el pobre conejo del sombrero”. Venezuela pierde uno de sus más brillantes hombres de letras, quien supo como pocos, expresar el sentir de los jóvenes de su generación a través de la literatura. RIP
Mississauga, Ontario, 2 de abril de 2019

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