Las
3 Guerras médicas, en dos partes (2)
Mis lectores
cinéfilos se estarán preguntando si será que los recuerdos del quinto grado de
primaria difuminaron en mi memoria filmes relativamente recientes sobre el tema
que nos ocupa… Pues no y antes de seguir adelante, mencionaré a “300” la película estadounidense
dirigida por por Zack Snider en 2006 en
la que se
describe la historia de Leónidas (Gerard Butñer) y sus 300 guerreros espartanos que pelearon a
muerte en el desfiladero de Las Termópilas contra el "dios-rey" persa Jerjes I y su armada de más de 100.000
soldados. Y es que la Segunda guerra médica,
se originó tras la muerte de Darío,
cuando su hijo, Jerjes subió al poder. Durante los
primeros años de su reinado, Jerjes se
ocupó de reprimir algunas revueltas, mientras se
preparaba para atacar a los griegos. Había enviado a Grecia embajadores a todas
las ciudades para pedirles tierra y agua, símbolos de sumisión, y muchas islas
y ciudades aceptaron, pero no Atenas y Esparta. Se cuenta que
los espartanos, al igual que sucedió en Atenas, ignorando la inmunidad
diplomática, respondieron a los embajadores: «Tendréis toda la tierra y el
agua que queráis», y los tomaron y arrojaron a un pozo. Era una
declaración definitiva de intenciones hostiles.
El poderoso
ejército de Jerjes, que se estima
en alrededor de 500.000 hombres, mejor equipados que aquellos bajo el mando de
Darío, partió el “en vez de escudos de metal portaban escudos de
mimbre; tienen lanzas cortas, arcos grandes, flechas de caña de aljabas y
puñales pendiendo de la cintura"(Plutarco). En el
Estado Mayor de Jerjes muchos eran parientes cercanos del rey. Para cruzar el Helospomto. Heródoto cuenta cómo se
construyó un imponente puente de barcas por el cual el
ejército de Jerjes debía atravesar el mar, pero una tormenta lo destruyó, y
Jerjes culpó al mar ordenando a sus torturadores que dieran mil latigazos como
castigo a las aguas. Este relato me trae de nuevo la entusiasta imagen del
padre José María relatando aquellos hechos como si fuese el mismo quien hubiese
vivido los impresionantes sucesos. Finalmente Jerjes cruzó el mar, y siguiendo
la ruta de la costa se adentró en la península. La flota avanzaba y las tropas
helenas, que conocían estos movimientos, decidieron detenerlos el máximo tiempo
posible en el desfiladero de las Termópilas (que significa
“Puertas Calientes”). Buscando el tiempo suficiente para asegurar la defensa de
Grecia en el istmo de Corinto. El rey espartano Leónicas I situó a unos
300 soldados espartanos y 1000 más de otras regiones y Jerjes les envió un
mensaje exhortándoles a entregar las armas. La respuesta fue: “Ven
a tomarlas”. Tras cinco días de espera, y viendo que su superioridad
numérica no hacía huir al enemigo, los persas atacaron.
El ejército
griego se basaba en la infantería pesada de los hoplitas, soldados de
infantería con un gran escudo (hoplon), una lanza, coraza y cnémidasde protección.
Formaban en falange, presentando
un muro de bronce y hierro con el objetivo de detener a los enemigos en la
lucha cuerpo a cuerpo. Los persas tenían una infantería ligera, sin corazas y
con armas arrojadizas, además de la famosa caballería de arqueros y carros. El único
cuerpo de élite persa eran los llamados "Inmortales", soldados de
infantería pesada que constituían la guardia personal del rey persa. Sin
embargo, en aquel desfiladero tan estrecho los persas no podían usar su famosa
caballería, y su superioridad numérica quedaba bloqueada, pues sus lanzas eran
más cortas que las griegas. La estrechez del paso les hacía combatir con
similar número de efectivos en cada oleada persa, por lo que no les quedó más
opción que replegarse después de dos días de batalla. Pero ocurrió que un
traidor llamado Efialtes condujo a Jerjes a través de los bosques para llegar por la retaguardia a
la salida de las Termópilas. La protección del camino había sido encomendada a
1000 focidios en posiciones
defensivas, pero ante el avance persa, estos huyeron y entonces Leónidas
decidió dejar partir a los que quisieran marcharse, quedándose él, y su
ejército de 300 espartanos y 700 hoplitas de Tespias, firmes en sus
puestos. Atacados por el frente y la espalda, los espartanos y los tespios
sucumbieron después de haber aniquilado a 10 000 persas. Posteriormente se
levantaría en ese lugar una inscripción (Heródoto VII 228):«Extranjero, informa a los
espartanos que aquí yacemos obedeciendo a sus preceptos». Con el paso
de las Termópilas, vencido, toda la Grecia central estaba a los pies del rey
persa.
Tras la derrota
de Leónidas, la flota griega abandonó sus posiciones y evacuó Atenas, buscando
refugio para las mujeres y los niños en las cercanías de la isla de Salamina. Desde ese
lugar presenciaron el saqueo e incendio de la Acrópolis por las tropas
dirigidas por Mardonio. A pesar de ello, Temístocles aún tenía el
plan de atraer a la flota persa y entablar batalla en Salamina, con una
estrategia que lograría vencerles. Se cuenta que Temístocles envió a su esclavo
Sicino ante el rey de Persia, haciéndose pasar por traidor, para contarle que
parte de la armada griega escaparía de
noche, incitando de este modo a Jerjes confiando en que dividiera su flota
enviando parte de ella a cerrar el canal por el otro lado. Sin embargo Jerjes decidió
entablar combate naval, utilizando un gran número de barcos, muchos de ellos de
sus súbditos fenicios, por lo que
quizás la flota persa no tenía coordinación al atacar, mientras que los griegos
tenían perfilada su estrategia: sus alas envolverían a los navíos persas y los
empujarían unos contra otros para privarlos de movimiento y su plan resultó. El
caos cundió entre la flota persa, sus barcos se obstaculizaron y chocaron entre
sí, caer al mar podían nadar hasta la
playa. La noche puso fin al combate, tras el cual se retiró destruida la otrora
poderosa armada persa. Jerjes presenció impotente la batalla, desde lo alto de
una colina.
La batalla de Salamina, se considera da final a la segunda guerra médica, pero en realidad, la guerra continuó al volver el ejército persa para invadir el Ática en el 479 A.C., comandado por Mardonio bajo las órdenes de Jerjes I. Mardonio ofreció la libertad a los griegos si firmaban la paz, pero el
único miembro del consejo de Atenas que votó a
favor fue condenado a muerte por sus compañeros. De esta forma, los atenienses
hubieron de buscar refugio nuevamente en Salamina, y su ciudad
fue incendiada por segunda vez. Temístocles quiso llevar
la guerra a Asia Menor, enviar allí
la flota y sublevar las coloniasa jónicas contra el rey de Persia, pero Esparta se opuso, por el temor de
dejar desprotegido el Peloponeso.. Al enterarse
de que el ejército espartano, se dirigía contra ellos, los
persas se retiraron hasta Platea, donde los
griegos, espartanos y atenienses, lograron otra importante victoria sobre los
persas, (La batalla de Platea, el 27 de agosto 470 A., C.). Poco tiempo
después el hundimiento de la flota persa en Mícala, fue además la
señal para el levantamiento de los jonios contra sus
opresores. Los persas se retiraron de Grecia, poniendo así
fin al conflicto bélico.
La tercera
guerra médica: Tras el final de la segunda guerra médica, atenienses y espartanos
fundaron la Liga Ático-Délica, totalmente comandada por Atenas, que se convierte en el mayor pueblo de Grecia política,
económica, social, cultural y militarmente, sobrepasando a Esparta. Temístocles mal visto por
el pueblo ateniense y exiliado, huye a las fronteras del Imperio Aqueménida y allí se pone bajo el mando
del nuevo soberano persa, Artajerjes I, que junto al
acérrimo odio que ambos sentían por la cultura griega, se decide avanzar hacia
las costas griegas para someterlas bajo el dominio persa. Pero Cimón hijo de Milcíades. enterado de
las intenciones de Artajerjes I, avanzó hasta la actual Turquía y derrotará al ejército persa en la batalla del río Eurimedonte en
467 a. C. Cimón insistirá
en que se debe de nuevo hacer la paz con el pueblo espartano, pero los
atenienses, de igual manera lo destierran por orden de Efilates, cuyo mandato
no duró mucho y fue sucedido por Pericles, que dominó Atenas hasta su
muerte en el 429 A., C. Pericles continuará
la guerra contra Persia, y le pidió a Cimón su regreso y firmó un tratado de
paz con Artajerjes I, llamado Paz de Calias en el 448 A,C., , ya en el año
que Cimón había muerto de manera que las guerras médicas llegan a su fin
mediante las condiciones impuestas por los griegos a los persas; desistir
definitivamente en su conquista y expansión a Grecia y no volver a
navegar por el mar Egeo.
Maracaibo 5 de
julio 2018
Excelente resumen histórico. Me recordó mi primer contacto con ese evento histórico allá por 1964, cuando en 5° grado vimos en el colegio una versión cinematográfica de la epoca denominada "Los 300 heroes".
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