martes, 9 de enero de 2018

Salambó, historia, novela y cine.



Salambó, historia, novela y cine.

Salambó (1862) es una novela histórica escrita por Gustave Flaubert (1821-1880), con personajes históricos y ficticios en el tiempo de la "Guerra de los Mercenarios" acaecida en siglo III a. C., en la ciudad fenicia de Cartago. Flaubert desviando el relato de Polibio en algunos detalles crearía una historia de sangre y acción alrededor de una supuesta hija del general cartaginés Almicar Barca, Salambó, quien decide recuperar el velo sagrado de Cartago, robado por Matho, líder de los mercenarios. 
 
Después del éxito de Madame Bovary(1857), Salambó fue otro bestseller, que selló la reputación de Gustave Flaubert quien ubicaría su novela justamente después de la Primera Guerra Púnica entre Roma y Cartago. Después de firmar la paz, los cartagineses, bastante debilitados tenían que pagar a su ejército de mercenarios tras un par de décadas de guerra; la negativa de los cartagineses para realizar el pago desembocó en una guerra sangrienta y cruel. La Guerra de los Mercenarios. Flaubert trabajó esmeradamente en la búsqueda de documentación para su novela, sobre una época de la que resultaba difícil hallar fuentes de investigación y tardó cinco años, en recopilar datos, leyendo a los clásicos e incluso visitó la mismísima Cartago, ya en ruinas, para poder hacer de su novela, un retrato lo más real posible, ya que cada de una de las descripciones de esos paisajes ya extintos y todo aquello, hasta los olores salió de la imaginación y del trabajo de campo de este hombre. Flaubert para crear su novela Salambó debe haber examinado los numerosos volúmenes del historiador griego Polibio, de quien transcribió párrafos enteros en su obra. Posiblemente se apoyaría en los libros 1 y 2 donde se narra desde los comienzos de la Primera Guerra Púnica (264 a. C.) hasta el 220 a. C., donde  Polibio mostró como Roma se afianzaba en la conquista del Mediterráneo hasta el año 146 a. C., en que Cartago fue destruida. Las descripciones son pormenorizadas, tanto en lo que concierne a vestuario, calles, ciudades, batallas, ropa militar, como a rituales y tradiciones. Los diálogos, si bien no son muy abundantes, definen con justeza a los personajes, en una obra colmada de violencia, de crímenes, sangre, de largas y pormenorizadas batallas con elefantes y máquinas de guerra, llenas de espectacularidad, de torturas, crucifixiones y otros sacrificios humanos. Flaubert deja para el final una seguidilla de crucifixiones y un macabro episodio de canibalismo y por supuesto, está Salambó, el único personaje femenino, quien ambiciona unirse con la diosa, elevarse, mientras acaricia un conocimiento prohibido, en la reclusión de su palacio.

Utilizando toda esta data y valiéndose de hechos ficticios, Flaubert crearía la historia de amor de Salambó, la sacerdotisa del templo de Tanit, donde se encontraba el velo sagrado de la diosa, el cual tenía el poder de matar a cuantos lo tocaban, y de cómo como Matho, líder mercenario quien había participado en la Primera Guerra Púnica, invitado a la casa del general Amílcar Barca con sus hombres donde se les ha preparado un banquete, profanan el festín al comerse los peces sagrados de la familia, y será entonces cuando Matho se enamorará perdidamente de Salambó, razón por la cual el mismo robará el velo de la diosa para intentar atraer a la joven al campamento mercenario esperando recuperarlo....


Salambó fue al cine silente, en 1911, dirigida por Arturo Ambrosio, un prolífico productor y director de cine italiano, considerado el padre de la cinematografía italiana. Creó su industria en Turin, su ciudad natal y en 1911 fue invitado por el zar Nicolás II de Rusia para crear una industria de cine en ese país. En 1912 Ambrosio adquirió los derechos para rodar un film sobre Gabriele D´Annunzio. Durante los siguientes 20 años desarrolló la industria en Italia que parecía competir con Hollywood. En 1925 un film franco-austríaco  realizado por  Pierre Marodon,  Salammbô, fue interpretado por Jeanne de Balzac como Salammbô, Rolla Norman como Matho, y Victor Vina en el rol de  Amilcar Barca. Ya con el cine parlante y en colores, en 1960 el director Sergio Grieco, realizó  una co-producción franco-italiana, Salammbó con  Jeanne Valérie como Salambó, Jacques Sernas como Matho, Edmund Purdom como Narr Havas y Riccardo Garrone en el rol de Amilcar Barca.

Maracaibo  9   de enero  del 2018

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