sábado, 2 de septiembre de 2017

El Fermión de Majorana



El Fermión de Majorana

Un fermión es uno de los dos tipos básicos de partículas elementales que existen en la naturaleza (el otro tipo es el bosón). Este tipo de partícula se llama así en honor al científico italiano Enrico Fermi. En física de partículas, un fermión de Majorana es un fermión que es su propia antipartícula. No se conocen fermiones elementales con su propia antipartícula, pero en física de la materia condensada han sido descubiertos hace mucho los fermiones de Majorana como cuasipartículas. Los fermiones elementales se dividen en dos grupos: Quarks, que forman las partículas del núcleo atómico, y que son capaces de experimentar la interacción nuclear fuerte, y los Leptones, entre los que se encuentran los electrones y otras que interactúan básicamente mediante la interacción electrodébil. Los fermiones elementales también pueden ser clasificados en: Fermiones de Majorana, cuando son estados propios del operador de conjugación de carga y por tanto dos fermiones de ese tipo pueden aniquilarse mutuamente, y los Fermiones de Dirac, cuando no son estados propios del operador de conjugación de carga, y por tanto, tiene una carga eléctrica de signo contrario a la de su correspondiente antipartícula.

Ettore Majorana, fue un verdadero genio, de acuerdo a Enrico Fermi quien dijo que su inteligencia era comparable a la de Newton o Galileo. Nacido en Sicilia en 1906, un año después de la primera publicación sobre la teoría especial de la relatividad de Einstein, Majorana fue un niño precoz, aficionado a las matemáticas. Según el físico francés Ethienne Klein, Majorana sería uno de los jóvenes que inspirado por el trabajo de Einstein revolucionaría la física. En 1928 ingresó al Instituto de Física Teórica de la Universidad de Roma, bajo la dirección de Enrico Fermi y ya al año siguiente [1929] recibió su doctorado con mención honorífica. Entre 1928 y 1937 publicó nueve trabajos que revelarían el minucioso conocimiento de datos experimentales, y la facilidad para simplificar problemas, con un perfeccionismo de su mente que no admitía concesiones. Apodado “El Gran Inquisidor” por sus críticas hacia los trabajos de otros. 

A instancias de Enrico Fermi, Majorana salió de Italia en 1933, becado por el Consejo Nacional de Investigación. En Leipzig, Alemania, conoció a Werner Heisenberg, también premio Nobel quien instó al joven italiano a publicar con más frecuencia, pero Majorana habría de regresar a Roma con síntomas gástricos y de agotamiento para desligarse de sus amigos, dejar de publicar y vivir como un ermitaño. Después de un largo silencio, en 1934 publicó el que sería su último documento científico y solicitó impartir docencia en la Cátedra de Física. En noviembre, fue nombrado profesor de Física Teórica en la Universidad de Nápoles pero sus alumnos no entendían sus clases. El 22 de enero de 1938 pidió con desesperación a su hermano que le transfiriera todo el dinero que tenía en Roma a un banco de Nápoles, luego pidió una fuerte suma de su salario profesional, que no había tocado desde su adscripción a la Universidad, y con este y su pasaporte, abordó un barco el 25 de marzo y desapareció para siempre.  
Lo interesante de acuerdo al físico Ethienne Klein, es que muchos de los trabajos de Majorana estaban muy adelantados a su tiempo. Al parecer, en los años 30 habría resuelto problemas que fueron re descubiertos por el gran físico Richar Feynman a fines de los 60. En 1950 y luego en 1960, hubo indicios de que Majorana se hallaba en Buenis Aires, pero nunca se pudo ubicar su paradero. Al cumplirse el centenario de Majorana, en 2006, el Electronic Journal of Theoretical Physics estableció un premio en memoria del físico siciliano.

Maracaibo, 3 de septiembre del año 2017

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