jueves, 19 de marzo de 2015

Juicio crítico a LA PESTE LOCA en el año 2015.


Correspondencia de Teresa Cabañas, venezolana trabajando en universidades del Brasil , tras la
lectura de la novela "La Peste Loca", publicada en 1978 y con una 2da edición en EUA.
Amazon: http://www.amazon.com/La-Peste-Loca-Spanish-Edition/dp/1257833790 .



Hola jorge, cómo estás?
Bueno, qué peste!!!  Comencé por esa y recién la termino. Me fue absorbiendo y cuándo me di cuenta  estaba aplazando otras cosas para continuar leyéndola, generalmente suelo leer por lo menos dos obras al mismo tiempo, además del “mollejero” (ya me contaminé!) de lecturas críticas y teóricas, pero, como te digo, al final sólo fue con ella. Sólo lamento un poco no tenerla en su formato libro, la leí en el tablet , pero nosotros de la vieja guardia necesitamos palpar el libro de papel en las manos. A ver cómo hago para tenerla en libro.
No quiero pasarte una opinión “académica” antes de mi impresión de lectora. Claro que a estas alturas de la profesión es difícil desembarazarse del aparataje crítico, pero siempre hago un ejercicio, apreciar primero el libro existencialmente.
Es como diríamos por aquí una novela de “fôlego”, de aliento. Es un mosaico agudo de la historia contemporánea de Vzla y bastante sombrío por cierto, lo que le da todo su dramatismo real. Por un lado, yo tan distanciada del país fui recordando y reconociendo episodios de mi propia vivencia allá, con lo que quiero decir que a los de mi generación, aunque no hayan abandonado el país, les debe pasar lo mismo, y sobre todo a aquellos que vivieron el entorno universitario. Entonces por ese lado te digo que la novela me conmovió bastante y me apesadumbró porque me reiteró sin ninguna piedad los momentos tan sombríos que todavía vivimos y muchos sin siquiera darse cuenta de eso. Los varios paneles de la novela, donde se tratan experiencias diferentes (la relaciones personales, las amorosas, las profesionales) consiguen liarse de una manera perfecta al fundamento principal de nuestra fallida condición humana, y digo humana, porque lo que trata la novela transciende  el caso venezolano, que claro puede tener sus particularidades, pero a partir del cual se ilustra una condición que la vamos a encontrar en tantos lugares, sobre todo en esos del quase no mundo al que pertenecemos. Toda esa problemática de la investigación dentro de la universidad la conozco muy bien, aunque sin el grado de dramatismo que aparece en la novela, motivo por el cual te reitero aquello de depararnos con la peste que es la condición humana (y no es el título de Malraux o el de Arendt), sino esa con la que nos tropezamos todos los días de manera fehaciente en cualquier  instancia de poder por insignificante que sea. Por aquí tenemos un dichito que expresa bien eso, cuando cualquier tipo de burócrata nos quiere humillar nos dice Sabe com quem você está falando?
Así pues que la novela me reafirmó muy a mi pesar que hace mucho la universidad dejó de ser aquel lugar de luchas que, aunque con las presencias malignas de siempre, mantenía su rebeldía. Ya debes saber que desde que se fueron las ilusiones, como dice la música de Kristos, “desde que descubrí que la izquierda también era ambidiestra” , y se instaló esta ideología neoliberal, pragmática y productivista, la universidad entró en una derrocada, algunas seguro que más otras menos pero el proyecto es a largo plazo y terminará venciendo. Y  como dice uno de tus narradores, esto no es el imaginario de Spielberg, sino la pura realidad. Aquí debe ser uno de los lugares donde ese proyecto alcanzó un éxito total, ya se puede decir, sin chances de volver atrás. La universidad brasileña olvidó lo que es laborar para la comunidad y entre pulposos contratos con empresas privadas, salarios nada despreciables para los profesores y exigencia en muchos sectores casi nulas se fueron comprando las conciencias y hoy en el área de las humanas se ha instalado el monstruo baudelairiano del tedio. Ya son algunas generaciones de descerebrados que se producen en este terreno que se suponía tener una función clara, promover el fortalecimiento de la conciencia crítica y la producción de “minerales” como yo los llamo continua viento en popa. Yo ( y también Fernando) he pasado por rabietas iracundas y rebeldías feroces que nos llevaron una vez a la suspensión del contrato que teníamos en una universidad pública en la época que el gobierno del famoso sociólogo Fernando Henrique Cardozo estrangulaba la educación en todos los niveles e impedía la abertura de concursos públicos. Te cuento esto sólo para que tengas un ejemplo que se suma a todo lo que esta peste tuya expone, o sea, la cosa pica y se extiende. Yo soy hoy una pesimista, nihilista que lucha todavía para no caer en el conformismo pero que reconoce que cada día más no encuentra alternativa ni  en que palo ahorcarse. De modo que tu novela en lo existencial me aplastó más de lo que estoy y ciertamente me dejará por varios días sumida en un caldo de cabeza, al final la buena literatura, como el buen cine, tiene esa función. Y yo me presto a este ejercicio masoquista sólo para no olvidar mi propia condición humana.
La novela no es nada complaciente, es de una lúcida crueldad que no salva a nadie, por eso entiendo porque su publicación en vzla no ha sido nada fácil, a muchos sujetos reales les deben servir los sayos que visten muchos de sus personajes y sobre todo ahora con el clima paranoico que se ha instalado las referencias pueden resultar alegóricas a posteriori. Así, fíjate que la cosa con la novela es bien peliaguda porque diseña un proceso que sólo podría terminar en lo que hoy es el país. Premoniciones? o el ojo del escritor…..
Pero como uds escritores saben y los buenos críticos idem, el tema o contenido es nada si no se expresa en una forma idónea y competente, o, como yo digo, el contenido es la forma que es. La novela tiene entonces un buen contenido porque la estructura es buenísima; la opción de esos múltiples puntos de vista, con voces narrativas diferentes, que muchas veces no se sabe bien de quién es,  pareciendo en algunos momentos  una suerte de coro griego, que se expresa al son de una rima-ritmo casi, o de por sí, rapero (rap), es de lo mejor que he leído (y mira que leo bastante). Así también en algunas partes la elección del narrador en segunda persona, que no es muy común en literatura  (y que le gustaba a Carlos Fuentes, como lo usa en Aura o en La muerte de Artemio Cruz) está muy  bien explorada, así como las intervenciones del repertorio musical  a lo largo de todo el texto, que me agradaron mucho y que van un poco más allá o reactualizan ciertos experimentos ya hechos con ese recurso , como la novela Pero sigo siendo el rey, del colombiano Rafael Sánchez Julio, o la Guaracha del Macho Camacho, del portorriqueño Luis Rafael Sánchez, o Bomba Camará de Umberto Valverde, también colombiano.
Esta estructura en paneles de voces narrativas diferentes, contribuye para que la narración sea percibida por el lector  desde varios puntos de vista, o sea, no tenemos un único narrador omnipotente dirigiendo la óptica de interpretación, que siempre está en los subterráneos de cualquier escrito, no podemos escapar a ella pero sí fragmentarla de modo que eso crie sobre la interpretación un mejor efecto, pues deja trasparecer los posibles diversos modos de vivir una misma cosa, lo que sin duda enriquece el relato pues permite mostrar las dudas, contradicciones y conflictos de algunos de los personajes. Esto que digo en tu novela se junta, en el plano estructural, a otras dos buenas implementaciones: esa del repertorio musical y una fundamental que es la jerga popular (sea la  regionalista maracucha o la usada por sectores subalternos de la sociedad), todo lo cual me parece propicia uno de los efectos principales de la novela, esa atmosfera de distanciamiento que crea. Me explico: los acontecimientos que narra son terribles. Desde aquellos que se refieren a la opciones personales, que llevan a los individuos a traicionarse a sí mismos (como lo que se ilustra en la primera fase de la vida de Emigdio y después Lucidio), hasta los que muestran la sordidez maquiavélica de los subterráneos del poder. O sea, el mundo particular va y viene al son de la marea social, esta lo atropella, se le impone pero también, y es lo que la novela muestra, los destinos son producto de decisiones personales, y cada una tiene un costo, para el honesto y para el sinvergüenza (aunque a este último no le pese nada). Con eso el panorama que se tiene es el de la buena y vieja dialéctica, a partir de la cual se podría explicar el enmarañado del sistema que se echó a rodar (y que es el mismo que comanda nuestras vidas insignificantes) y que ahora parece que anduviese sólo, con vida propia, lo que parece hacerlo inexpugnable.
Dicho esto, vuelvo a lo que me interesa, el plano de la composición, de donde sale eso que llamo distanciamiento. La jerga y la interposición del repertorio musical causan en la novela una gracia leve, no diría propiamente humor, mas sí algo que gira en su órbita. A ver, la  intervención de esos dos elementos es una irreverencia en relación a la norma culta, porque se burla de ella y la insistencia con que esos dos recursos son usados en la novela además de darle protagonismo a registros “menores” dentro de la jerarquía social del lenguaje, introduce una marca propia de la acidez irónica (sobre todo a través de ese uso que haces de la jerga) que si por un lado expone la vileza extrema de la situación narrada, porque la torna casi hiperbólica, trae también el efecto contrario, la torna casi irreal, de tan abyecta,  de eso último me parece, entonces, que procede ese distanciamiento narrativo, de una voz (o voces) que parece tan más real porque como el ojo de una cámara parece que filmase lo que está. Por aquí  tenemos un escritor que me gusta mucho, Rubem Fonseca, no sé si lo has leído. Su escritura fue definida por Antonio Candido como realismo feroz, justamente para tratar de definir un realismo tan real que raya otras dimensiones. Es una opción narrativa que precisa acabar con los sentimentalismos y eso compete no a lo que se dice sino a cómo se dice, por eso es un asunto del plano compositivo. Las teorizaciones de Bajtin sobre el humor y sus allegados ya nos mostraron hace tiempo el poder crítico que este emana, pero haciéndolo de una manera especial, esa sin dramatismos. Pero es lo más curioso y paradojal porque ese apagamiento potencializa la naturaleza dramática de lo que trata. Parece magia, pero en verdad es la apropiada manipulación de las potencialidades del lenguaje  (palabra y estructura). Hablando del ruso se me ocurre  que tu novela podría estar dentro de lo que él llama novela polifónica, o polifonía, no tenemos en la peste ninguna solución, las contradicciones quedan como están y el conflicto debe resolverse en otro orden que no es el de la ficción. Por eso ese tipo de novela, como la tuya, no reconforta, al contrario nos pincha, nos deja con una profundísima sensación de desagrado.
Bueno jorge en un email me decías que no sabías si lo que escribías eran disparates, claro que sabes que no lo son, además de que esta novela tiene contextura y complejidad literaria. No sé a cómo anda la producción venezolana de los últimos 20 años, le perdí totalmente la pista, de modo que no puedo hacer ese balance que ayudaría a percibir también la importancia de tu novela en un contexto de producción específica. Pero he acompañado en la medida que este país hablante de portugués permite, la producción de algunos escritores de países vecinos, algunos muy buenos y te digo que tu novela no desmerece en absoluto. Es un buen filón tu decisión de escribir desde otro punto geográfico que no es caracas (ya sabes la prepotencia de aquel famoso dicho “caracas es caracas y el resto monte y culebra”). Fíjate que en algo me recordó a un escritor chileno Hernán Rivera Letelier que construye sus novelas en un pedazo de la geografía chilena que muchos ni sabíamos tan rico en historia, las salitreras, algo que nadie había escogido como materia literaria. Por otro lado, entiendo lo que es lidiar con la indiferencia. Creo que el ambiente de la crítica literaria en Vzla no debe ser el mismo en el que yo me formé, en un momento en que gente como angel  rama, nelsón osorio y otros profesores nos empujaban a fijarnos en lo nuevo que estaba apareciendo o en aquello que la crítica tradicional no había querido estudiar. Si fuera en ese contexto esta tu peste ya habría sido tema de investigación  de maestrías y doctorados. Tampoco sé si has establecido algún contacto con editoras de fuera (imagino lo que hoy debe ser monte ávila), o si tienes un agente literario. Sabes cómo suelen moverse esas cosas, hoy la literatura es más que nunca una mercancía y así se la trata independientemente de su calidad estética o por su calidad estética.
Entiendo perfectamente esto del narcisismo del autor (no te ofendas), es perfectamente natural que el que escribe quiere ser leído y para eso precisa de un público al que le lleguen sus creaciones (me pasa a mí que escribo unos pinches y aburridos textos críticos!). Esta es otra batalla a enfrentar, en tu suelo patrio dudo que puedas, la salida es buscar una buena editora de fuera que garantice la distribución, pues no adelanta editar para que el libro no llegue al público.
Bueno jorge podría decir más cosas de tu novela, pero ahí ya iba a dar un artículo “académico” para alguna revista universitaria, lo que me demandaría algo más que estas escuetas notas que te escribo. De más está reiterarte lo mucho que me gustó la obra, insistiré con mi compa para que la lea, él es , en verdad, del núcleo “familiar” el expert en narrativa, ya que yo recién estoy volviendo a ella como estudiosa (no como lectora pues siempre la leí), pues estuve durante años dedicada al estudio de la poesía. Pasa que el hombre es más tradicional y no sé si podrá acostumbrase a leer en el tablet, pero haré toda la propaganda posible.
Voy a descansar de ti unas dos semanas, para tener respiro y meterle el ojo a esa  que me mencionas sobre el Bosco, él y Bruegel siempre me impresionaron mucho.
jorge, fue un encuentro internético providencial este nuestro, me alegra mucho haberte reencontrado, tanto por el ser humano de quien siempre guardé mucho respeto y ahora como el excelente escritor que eres.
Un gran abrazo y espero que continuemos nutriendo este diálogo.
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