El mundo cambia,
pero la verdad permanece, esto posiblemente habrán dicho quienes esperaban
crear 'ratones
lanudos', como un paso más hacia la 'desextinción' (engendrar un
ejemplar de un especie extinta ya desaparecida ) del mamut,
donde los roedores modificados genéticamente por Colossal Biosciences para que su pelaje fuese similar al de los paquidermos
extintos: grueso, rizado y rojizo…
Un equipo dirigido por la científica Beth Shapiro, ha trabajado con
ratones en la tarea de identificar los genes responsables de características
distintivas de los mamuts, como su pelaje espeso, su capacidad de soportar
temperaturas extremas y sus reservas de grasa adicionales, comparado los genomas de docenas de extraídos
de restos fósiles con los de elefantes y otras especies cercanas, o no
tanto, como los ratones…
Han editado ratones
para portar hasta ocho modificaciones genéticas, incluyendo tres
mutaciones similares a las de los mamuts y otras que afectan al pelaje
en los roedores que no están presentes en el ADN de los proboscídeos extintos.
El resultado fue un ratón con un pelaje más largo y de un tono marrón dorado,
en lugar del característico gris oscuro de los ratones de laboratorio. De
esta manera Colossal
Biosciences presenta un roedor con genes “inspirados
en el mamut”, aunque los expertos dudan de su relevancia en la desextinción de esta criatura. La
compañía, ha recaudado cientos de millones de dólares con el ambicioso objetivo
de devolver a la vida un mamut lanudo (Mammuthus primigenius), y asegura
que este experimento representa un hito en su camino hacia la desextinción.
El genoma del
ratón lanudo ha sido modificado con una combinación de mutaciones inspiradas en
los mamuts y otras ya conocidas por influir en el crecimiento del pelo de los
ratones. Según un comunicado de prensa emitido por Colossal en marzo, es un “momento crucial” en su misión, aunque la
comunidad científica observa sus evidencias con cautela, preguntándose
si realmente este roedor supone un paso significativo en la recreación de
especies extintas y sostienen que este ratón es una prueba tangible de
que la ingeniería genética puede recuperar características clave de los mamuts
en otros organismos y confía en que finalmente modificarán genéticamente
elefantes asiáticos (Elephas maximus), los parientes
vivos más cercanos del mamut, para dotarlos de rasgos que les permitan habitar
ecosistemas similares a los de sus ancestros prehistóricos.
Stephan Riesenberg, experto en
edición genética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, minimiza
la importancia del experimento: “Estamos
muy lejos de crear un mamut o siquiera un ratón mamut”, afirma. En su
opinión, este desarrollo es más una curiosidad biológica que un verdadero
avance hacia la desextinción. Existen líneas de ratones con pelaje similar y
están a la venta desde hace más de dos décadas, aunque la empresa dice no tener
intención de comercializar estos ratones, vg:
La cepa wooly del laboratorio Jackson, que porta una mutación en el gen Fam83g,
uno de los mismos genes alterados en el experimento de Colossal.
Vincent Lynch, genetista evolutivo de la
Universidad de Buffalo, señala que es difícil separar los efectos de las
mutaciones específicas de los ratones de las inspiradas en los mamuts. De los
cambios introducidos, solo tres provienen del estudio de la genética del mamut:
uno relacionado con el metabolismo de las grasas (Fabp2) y dos que afectan la
estructura del cabello (Krt27 y Tgfa). En su opinión,
el experimento no demuestra de manera concluyente que las mutaciones propias de
los mamuts tengan un impacto biológico significativo.
La gran incógnita
sigue siendo cuántas modificaciones genéticas serían necesarias para dotar a un
elefante asiático de rasgos funcionales de un mamut, aunque Colossal diga que no desea buscar una
réplica exacta de los mamuts, sino un
organismo capaz de desempeñar el mismo papel ecológico que estos gigantes
prehistóricos alguna vez ocuparon.
Técnicamente,
realizar ocho modificaciones en un genoma no es algo extraordinario en la
actualidad. Riesenberg y su equipo trabajan en métodos para introducir cientos
de cambios genéticos en células madre humanas, con el fin de estudiar qué hace
único al ser humano en comparación con los neandertales. Pero
alterar el genoma a esa escala ni siquiera nos acercaría a crear un mamut.
Aunque este experimento podría servir como una prueba de concepto, sigue siendo
una modificación en un organismo pequeño y genéticamente distante del objetivo
final: un elefante con características del mamut. Hasta ahora, solo son
“ratones lindos y peludos”
Colossal ha
recaudado US$ 435 millones desde que fue fundada en 2021 por el empresario Ben
Lamm y el genetista de la Universidad de Harvard George Church. La compañía
planea recrear el mamut, el dodo y
el tigre de Tasmania, editando el genoma del pariente vivo más cercano de cada
especie para crear un animal híbrido que sería visualmente indistinguible de su
predecesor extinto.
En última instancia, la compañía
quiere restaurar la fauna a su hábitat natural. En el caso de los mamuts, Colossal ha dicho anteriormente que
está en camino de introducir los primeros terneros de mamut lanudo en 2028.
Maracaibo, martes 8 de abril del año 2025