Nunca antes se había observado a una mosca azul que lograse infiltrarse con las termitas. Así comenta Roger Vila, investigador del IBE que ha liderado el estudio. “Se trata de un hallazgo casual. En nuestro grupo de investigación estudiamos principalmente mariposas y hormigas. Como había llovido mucho y las mariposas no volaban, nos dedicamos a buscar hormigas. Al levantar una piedra encontramos un termitero con tres larvas de mosca que no habíamos visto nunca. Probablemente, el agua había inundado las capas más profundas del nido y las larvas emergieron a la superficie”.“Debe ser una especie extremadamente rara, porque hemos realizado tres expediciones más en esa zona y, a pesar de levantar cientos de piedras, solo encontramos dos moscas más, juntas en otro termitero”.
En la parte posterior de su cuerpo, la larva muestra una máscara de termita: una cabeza -no funcional- con antenas y palpos del tamaño de una gran termita cosechadora. Además, cuenta con dos ojos falsos, que en realidad son los orificios respiratorios de la larva. “La mayoría de las termitas viven a metros de profundidad y no tienen percepción visual. Sin embargo, las termitas cosechadoras salen al atardecer a recolectar hierba, por lo que disponen de ojos funcionales que la larva logra imitar con sus espiráculos”, comenta Vila.
... Además, las larvas presentan inusuales tentáculos alrededor del cuerpo que imitan las antenas de las termitas con gran detalle, algo que el equipo ha podido mostrar mediante microscopía electrónica de barrido. Los numerosos tentáculos que rodean el cuerpo de las larvas facilitan la comunicación simultánea con varias termitas. Dentro del nido todo está a oscuras, por lo que las termitas se reconocen entre ellas a través de las antenas, con las que detectan la forma y el olor de sus hermanas. Todos los miembros del nido comparten este aroma, y las termitas soldado atacan y descuartizan a cualquier intruso de otra colonia. Las larvas de esta mosca, no obstante, también han logrado imitar el olor distintivo de sus hospedadores.
Los investigadores cuantificaron la composición química de estas larvas y el resultado es sorprendente: no se pueden distinguir de las termitas de la colonia en la que viven, huelen exactamente igual. Además, las larvas y termitas de cada colonia tienen ligeras diferencias en su perfil químico que las diferencian de los otros termiteros. Este olor es clave para relacionarse con las termitas y beneficiarse de su vida en comunidad, es un disfraz químico”.
En nuestro grupo de investigación estudiamos principalmente mariposas y hormigas. Como había llovido mucho y las mariposas no volaban, nos dedicamos a buscar hormigas. Al levantar una piedra encontramos un termitero con tres larvas de mosca que no habíamos visto nunca. Probablemente, el agua había inundado las capas más profundas del nido y las larvas emergieron a la superficie”, comenta Roger Vila, “El ancestro común entre las moscas azules y las jorobadas se remonta a más de 150 millones de años atrás, mucho más de lo que separa a los seres humanos de los ratones. Por lo tanto, podemos afirmar que hemos descubierto un nuevo caso de evolución de integración social”, explica Vila.
La relación entre las larvas de mosca azul y las termitas parece ser una forma de parasitismo social o de simbiosis. El caso más parecido se encuentra en las moscas jorobadas. Sin embargo, en las moscas jorobadas son los adultos, y no las larvas, los que imitan a las termitas, representando un caso de evolución independiente de termitofilia (relación con termitas).
“El ancestro común entre las moscas azules y las jorobadas se remonta a más de 150 millones de años atrás, mucho más de lo que separa a los seres humanos de los ratones. Por lo tanto, podemos afirmar que hemos descubierto un nuevo caso de evolución de integración social”, explica Vila.
El equipo ha demostrado mediante estudios filogenómicos que la mosca descubierta pertenece al género Rhyncomya. Dado que ninguna de las especies conocidas de este género comparte el inusual modo de vida o la increíble morfología de la mosca descubierta, el estudio apunta a que la nueva especie debe haber evolucionado muy rápidamente. “Este descubrimiento invita a reconsiderar los límites y el potencial de las relaciones simbióticas y el parasitismo social en la naturaleza. Pero, sobre todo, a tomar conciencia de todo lo que aún no sabemos sobre la vasta diversidad y especialización de los insectos, organismos esenciales de los ecosistemas”
Maracaibo, viernes 28 de
febrero del año 2025
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