lunes, 5 de agosto de 2024

Jimena Canales

 

Jimena Canales (Ciudad de México,1973) es una física, historiadora de las ciencias y escritora méxico-estadounidense quien al finalizar en 1995 sus estudios como física e ingeniera en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey , obtuvo una maestría en Historia de las Ciencias en la Universidad de Harvard y un doctorado en Historia de las Ciencias en la misma universidad en 2003.

 

En 2004, la Dra Canales trabajó como profesor asistente en el departamento de Historia de las Ciencias en la Universidad de Harvard y en el 2013 fue ascendida a profesor asociado. Su trabajo como investigadora se ha centrado en mejorar la comprensión de la ciencia y la tecnología en relación con las artes y las humanidades.


Su publicación A Tenth of a Second: A History, fue calificado como uno de los mejores libros sobre el tiempo, y su libro El físico y el filósofo, sobre las figuras de Albert Einstein y Henri Bergson también ha sido ampliamente divulgado. Jimena colabora con diversos medios de comunicación como The New YorkerThe Atlantic o WIRED.

 

Jimena ha recibido varias becas y premios, uno de ellos, fue Cosmos el premio de los jóvenes investigadores de la Unión Internacional de Historia y Filosofía de la Ciencia. Actualmente Jimena es la vicepresidenta del consejo del American Council of Learned Societies. En su último libro, la autora mexicana explora la estrecha relación del conocimiento científico con las creencias sobrenaturales y los fantasmas intelectuales.

 

Uno de sus textos versa sobre la historia oficial de la bomba atómica y cómo el gobierno de los Estados Unidos, a través de un equipo de expertos en relaciones públicas, moldeó la historia del origen de esta arma de destrucción masiva para ocultar que el Proyecto Manhattan como resultado de un trabajo interdisciplinario que incluyó a físicos, a químicos, cuando el físico teórico Julius Robert Oppenheimer se convirtió, entre protestas veladas, en “el padre de la bomba atómica”.

 

Jimena Canales en un artículo para la revista estadounidense The Atlantic, publicado en abril pasado y titulado “The Secret PR Push that Shaped the Atomic Bomb’s Origin Story” (La presión secreta de relaciones públicas que dio forma al origen de la bomba atómica), ella se hace preguntas, y sus respuestas cobran vigencia a la luz de los acontecimientos recientes en el Medio Oriente. Las connotaciones morales sobre la identificación de los “buenos” y de los “malos”, recuerdan al gobierno de Estados Unidos el ocultamiento de la historia de la bomba atómica, que no es tan diferente como lo las armas químicas y biológicas que el país condenaba a través de sus órganos oficiales.

 

Después del éxito de The Tenth of a Second podría esperarse la publicación de su siguiente libro teniendo a Einstein y Bergson como protagonistas y a su encuentro en París como un episodio extrañamente poco difundido. Sin embargo, no fue del todo así, y dijo Jimena: “Pensé que estaba ante una gran oportunidad y muy emocionada escribí el libro. Pero luego me di cuenta de por qué el episodio no se había mencionado tanto. Y es que Einstein no sale tan bien librado”.

 

Continua Jimena conversando…“Einstein no hablaba bien francés y dijo ciertas cosas que no son compatibles con lo que luego escribiría en su diario privado (Bergson insistió en pensar el tiempo en relación con la conciencia, los individuos y la vida; mientras que para Einstein el tiempo y la simultaneidad eran independientes de los individuos). Es un episodio que los historiadores oficiales de Einstein no habían querido revivir, pues lo quieren como un genio transparente, y mi libro, habla de que en aquel momento no tenía dinero y de que se guardó un pedacito de jabón para dárselo a su esposa cuando regresara a Alemania. Detalles que para mí le aportan mucho a la historia”.

 

Hubo quien, dentro del ambiente académico, aconsejó que The Physicist and the Philosopher no fuera publicado, pero al final el libro vio la luz, y hay algo que a la propia Jimena Canales le resulta muy revelador. Ella dice: “Aunque hay mil tendencias, los historiadores se dividen en dos: los que les gusta escribir la historia como si no hubiera una división entre lo que se escribe y lo que pasó en realidad, y los que piensan que hay un espacio muy grande entre lo que sucede en la vida cotidiana, en el mundo, y lo que se escribe que sucedió. Yo me ubico entre estos últimos: me gusta interrogar por qué (en la historiografía) no están nuestras memorias, nuestra relación afectiva con ciertos aspectos del mundo, por qué a veces (lo que investigamos) no es compatible con la historia oficial, con la historia de los medios, de los periódicos y también de los libros de historia”.

 

“La historia de la ciencia está atada a la historia del capitalismo. Entonces, sin duda, los países ricos ganan en cuestión de ciencia. Porque hacer ciencia cuesta dinero y la disciplina está totalmente atada a intereses industriales y comerciales. El rezago que hay en México está relacionado con la pobreza del país en términos económicos. Es un país muy rico en muchos otros sentidos”.

 

Sobre su interés por dar clases (Jimena, especialista en el periodo que va desde la Ilustración hasta mediados del siglo XX), dice: “Creo que la ciencia no tiene sentido si no la entiendes históricamente, o si no eres parte de esa historia. Puede resultar increíblemente absurdo tratar de aprender química o física: ¿por qué los átomos?, ¿por qué los electrones?, ¿por qué hablamos de fuerzas? Porque son preguntas que hemos heredado de la historia. Entonces creo que es importante enseñar la ciencia en su contexto: es la única manera en que acaba teniendo sentido”.

Jimena muestra dibujos de demonios, publicados en libros de texto y El demonio de Maxwell (de James Clerk Maxwell, físico del siglo XIX), es uno de los más conocidos, ya que ayudó a desarrollar las leyes de la termodinámica. Jimena dice: “cuando vas a las fuentes ves que los científicos en su trabajo hablan de demonios. muchísimo”... “Me he dado cuenta de que científicos más importantes, desde Descartes, Laplace, Darwin o Einstein, han tenido demonios que toman sus nombres. Existe la idea de que la ciencia llegó y quitó nuestras creencias irracionales en estos seres, pero no es tan sencillo”…


Desde los comienzos de la ciencia, la palabra "demonio" empezó a usarse para designar algo que rompía con nuestra comprensión de la naturaleza. Es interesante ver cómo los grandes científicos recurrieron a la figura del Demonio para avanzar en sus teorías y revolucionar el mundo. A estos enigmas se les distinguió con el apellido del científico que se topó con ellos y que emprendió un viaje hacia lo desconocido, intentando comprenderlos mejor. Jimena dice: “cuando vas a las fuentes ves que los científicos en su trabajo hablan de demonios. muchísimo”...

 

La crítica ha dicho sobre su libro: «Una visión brillante y estimulante de la filosofía del descubrimiento científico» (Science); «Jimena Canales registra magistralmente la sencilla historia de la ciencia. Se lee como un cuento gótico, repleto de genios malvados e inteligencias asombrosa»( The Washington Post); «Una investigación histórica en profundidad sobre las numerosas funciones que los demonios han desempeñado y siguen haciéndolo en la ciencia y la tecnología»( History and Philosophy of the Life Sciences); «Al mismo tiempo que se decía que la ciencia estaba desmitificando el mundo, Jimena Canales nos muestra con brillantez que los científicos lo estaban poblando de nuevo con lo demoníaco»(New Yorker).

 

Maracaibo, lunes 5 de agosto del año 2024

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