viernes, 21 de abril de 2023

Una nave espacial, perdida…


Cuando Oumuamua fue descubierto en octubre de 2017 ya estaba saliendo de nuestro Sistema Solar, y se pensó que era un cometa, idea que fue descartada de inmediato, ya que carecía de cola y de su “cabellera”. Consideraron que podía ser un asteroide pero el objeto aceleraba su velocidad, en lugar de disminuirla, y esto planteó la exótica hipótesis de que se tratase de una nave espacial enviada por otra civilización, teoría que sigue apoyando firmemente el astrofísico de Harvard Avi Loeb-.

Oumuamua se clasificó como un asteroide, y cuando luego aceleró, se descubrió que tenía propiedades más similares a las de los cometas. Oumuamua, en realidad está descrito como el primer objeto venido de más allá del Sistema Solar detectado por la tecnología humana (https://bit.ly/3zRe7Pq).


Avi Loeb, fue uno de los primeros en estudiar a fondo el objeto interestelar, y su conclusión fue que se movía demasiado rápido a lo largo de una órbita extraña y no dejaba rastro de gas o escombros a su paso, y por todas estas circunstancias pensó en que solo había una explicación concebible: “el objeto era una pieza de tecnología avanzada creada por una civilización alienígena lejana”.

Este “Avi” no es como dicen por ahí “un cacha e palo”, no… Abraham "Avi" Loeb (Israel,1962) es un físico-teórico estadounidense especializado en astrofísica y cosmología que ocupa desde el 1 de julio de 2012 la cátedra Frank B. Baird Jr. de Ciencia en la Universidad de Harvard. Director del departamento de Astronomía de Harvard desde el año 2011; desde 2016 es Presidente de la Comisión Consultiva del proyecto Breakthrough Starshot (para lanzar naves muy ligeras, con forma de vela, hacia las estrellas más cercanas utilizando láser para impulsarlas) “Avi” es, además de la Iniciativa de Agujeros Negros de Harvard, desde 2007 es también director del Instituto de Teoría y Computación (ITC) del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian.

El 27 de noviembre de 2018, Avi Loeb y su estudiante de la Universidad de Harvard, Amir Siraj, propusieron buscar objetos similares a Oumuamua que hubiesen acabado atrapados en el Sistema Solar como resultado de una pérdida de energía orbital por un acercamiento a Júpiter, e identificaron 4 posibles objetos interestelares atrapados (2011 SP25, 2017 RR2, 2017 SV13 y 2018 TL6) y propusieron futuras misiones para visitarlos.

Aunque Avi Loeb insistiría en que Oumuamua era una nave extraterrestre, en 2023 parece haberse resuelto el misterio de la extraña aceleración de Oumuamua, “el primer visitante interestelar”, desvelando que el inusual empuje de este cuerpo estelar se debe a impulsos proporcionados por el hidrógeno molecular… Este nuevo estudio propone que en realidad Oumuamua es un fragmento de un planetesimal -el germen de un planeta en formación- que fue completamente expulsado de su sistema estelar.

Las colisiones planetarias no son desconocidas en un sistema planetario en formación; y en realidad se cree que nuestra propia Tierra fue aplastada por otro objeto del tamaño de un planeta tan grande como Marte, que rompió un fragmento del que se originó nuestra Luna, aunque suene poco romántica esta teoría. En el caso de Oumuamua, el fragmento habría sido también expulsado por completo de su sistema.

De acuerdo con lo que los astrónomos observaron con Oumuamua, la desgasificación a medida que su hielo se sublima les da a los cometas una fuente adicional de aceleración, y esto sugiere que Oumuamua es de alguna manera similar tanto a un cometa como a un asteroide. En realidad esta teoría no es nueva, ya que en 2020, Seligman fue coautor de un artículo en el que proponía que la aceleración de Oumuamua podría atribuirse a la sublimación del hidrógeno molecular (H2), hidrógeno molecular que es muy difícil de detectar en el espacio, ya que no emite ni refleja luz; si Oumuamua estuviera desgasificando hidrógeno molecular, no podríamos verlo de la forma en que solemos ver los restos de la actividad cometaria.

Sin embargo, otros estudios desmintieron la posibilidad de que este cuerpo fuese un iceberg de hidrógeno molecular, por lo que, Bergner y Seligman volvieron a replantearse el modelo para determinar cómo el objeto podría contener y sublimar este gas, que respondería a su inusual aceleración, indicando que una explicación plausible es a través de la irradiación de un cuerpo rico en hielo de agua. A medida que la radiación ionizante golpea el objeto, los procesos radiolíticos dividirían las moléculas de agua para producir hidrógeno molecular. Un proceso de calentamiento y un proceso de recocido (por el que el objeto se calienta a ciertas temperaturas para luego irse enfriando paulatinamente) explicaría que el hidrógeno molecular se escapase y produjera esta aceleración extra.

Sin embargo, estas teorías serán imposible de probar con Oumuamua, ya que ahora está muy lejos del alcance de nuestros telescopios, aunque, aun así, los investigadores señalan que futuros hallazgos de otros viajeros interestelares podrán probar su hipótesis. Bergner y Seligman, insisten en que a pesar de que hace mucho que partió del Sistema Solar. “Las futuras detecciones de cuerpos pequeños con aceleración no gravitacional y coma débil podrían proporcionar información sobre los orígenes de Oumuamua”…

Cada vez se cree menos en que pudiese ser una nave espacial varada que quizás fue enviada por otra civilización hace mucho tiempo -la teoría que todavía sigue apoyando firmemente el famoso astrofísico de Harvard Avi Loeb-. 

Maracaibo, viernes 21 de abril del año 2023

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