lunes, 29 de noviembre de 2021

Las Ondinas

Las Ondinas

En la mitología germana, se relata que las hijas del rey Rhein, eran unas ondinas quienes custodiaban el oro del fondo del río (el río Rin, o Rhein, o Rijn ), pero se cuenta de Alberich, un enano nibelungo venido de un lejano y nublado país pretendía a las ondinas, y al sentirse despechado por las hijas de Rhein, decidió robarse el oro… Pero esa es una historia larga y compleja como para ser tratada ahora, así que la dejo pendiente para otra ocasión porque hoy quiero hablar de las ondinas…

Ondina, es un nombre latino que significa, pequeña ola. Se me antoja es un bonito nombre para alguna maracucha, y me imagino que existirá alguna Ondina por aquí, quizás cercana… En la mitología germánico-escandinava, las ondinas eran unas ninfas acuáticas de espectacular belleza que habitaban en los lagos, ríos, estanques o fuentes. Ondinas, sí… Entonces recordé a una maracucha llamada Nereida, y surgió en mí la duda de si acaso las Nereidas, ¿serían Ondinas?

Resulta que las nereidas son las ninfas del Mar Mediterráneo, que viven en las profundidades y no obstante, emergen a la superficie para ayudar a marineros, siendo el relato de los Argonautas los famosos navegantes (https://bit.ly/3487PIT) que sabemos fueron auxiliados por las Nereidas mientras ellos viajaban en la búsqueda del vellocino de oro. A diferencia de las sirenas quienes utilizan sus cantos engañosos para atraer a los hombres, las nereidas utilizan su belleza femenina, para ayudar a los marineros del Mar Mediterráneo, incluso algunas veces son representadas con un peine y un espejo en las manos.

Ya en la Odisea de Homero, Circe le diría a Ulises primero llegarás a las Sirenas, las que hechizan a todos los hombres que se acercan a ellas. Quien acerca su nave sin saberlo y escucha la voz de las Sirenas ya nunca se verá rodeado de su esposa y tiernos hijos, llenos de alegría porque ha vuelto a casa”. En la mitología griega se reconocen las Sirenas como seres con cuerpo de pájaro y cabeza de mujer, hijas del dios del río Aqueloo y de Calíope, la musa de la elocuencia. En el Liber monstrorum de diversis generibus (VII-VIII), por primera vez la Sirena pasa a tener cola de pez. Las Nereidas que eran hijas de Nereo y de Doris tenían también cuerpo de mujer y cola de pez. Entre las nereidas más conocidas se encuentra Tetis, madre de Aquiles.

Las sirenas en su origen fueron seres con cabeza de mujer y cuerpo de aves que entonaban cánticos que atraían a los navegantes hasta que ellos estrellaban sus naves contra los peñascos de las islas que habitaban, siendo luego devorados por estos seres. Aún en los tiempos de Apolonio de Rodas las sirenas eran caracterizadas bajo esta forma. En la Odisea, su protagonista principal Ulises, se hace amarrar al mástil de su nave y obliga al resto de la tripulación a tapar sus oídos con cera para poder él escuchar el canto de las sirenas sin poner en riesgo su vida.

En el románico nos encontramos mujeres con cola de pez, mujeres con doble cola de pez y cabeza de mujer con cuerpo de ave. Si tomamos el Fisiólogo, que sin duda fue la gran fuente de inspiración para crear el bestiario románico, la sirena tiene cuerpo volátil. San Isidoro en sus Etimologías llegará a establecer una clara diferenciación entre sirenas-ave y sirenas pez. Se levantarán voces a favor del Fisiólogo o a favor de San Isidoro, pero de lo que no hay duda es que la iconografía románica es heredera de las mitologías que la preceden y el cristianismo que se encargó de convertirlas en seres infames, protagonistas de los actos más lujuriosos.

En nuestra mente tiene más cabida la sirena de Hans Christian Andersen que la figura tenebrosa que nos describió el lejano Homero. En la mitología griega, las Nereidas ninfas del Mar Mediterráneo, emergen a la superficie para ayudar a marineros y simbolizan todo aquello que hay de hermoso y amable en el mar. Se las representa como muchachas muy hermosas, vestidas con túnicas de seda blanca con bordeados dorados, a veces totalmente desnudas, coronadas por ramas de coral rojo y van descalzas, portando el tridente de Poseidón, de cuyo séquito forman parte. Cantan con voz melodiosa y bailan alrededor de su padre.

 

La cola no era un elemento que formara parte de la iconografía original de las Nereidas, como puede verse en las imágenes de Tetis y Galatea entre muchas otras, que eran representadas con piernas, a veces en compañía de peces o montadas en delfines. Es posible que la cola fuese un elemento incorporado iconográficamente tras la confusión visual de ciertas pinturas donde no se distinguían claramente las piernas de una nereida montada en el lomo de un delfín, pudiéndose confundir la cola del mismo con la parte inferior del cuerpo de la nereida.

Hemos dicho que las ondinas eran ninfas que habitaban en los lagos. Hay una historia de una ondina bella e inmortal, que al enamorarse de un joven noble, renunció a estos dones... El noble y la ondina se amaron durante años y al casarse, en la ceremonia nupcial, pronunciaron sus votos: “que cada aliento que dé mientras estoy despierto sea mi compromiso de amor y fidelidad hacia ti”. Después de un año, la ondina dio a luz a su primer y único hijo, pero rápidamente su juventud y su belleza comenzaron a desvanecerse.

Así también se perdía el interés del noble hacia ella y un día, temprano ella escuchó unos ronquidos cerca de unos establos y allí encontró a su esposo, yaciendo en los brazos de otra mujer. La ondina despertó a su infiel marido y le dijo: “Me juraste fidelidad por cada aliento que dieras mientras estuvieras despierto y acepté tu promesa. Así sea. Mientras te mantengas despierto, podrás respirar, pero si alguna vez llegas a dormirte, ¡te quedarás sin aliento y morirás!”

La maldición de la ondina de esta historia es la que le da nombre al síndrome de ondina, llamado técnicamente Síndrome de hipoventilación central congénita (SHCC). Se trata de un trastorno respiratorio incurable que consiste en un paro cardiorrespiratorio durante el sueño y fatal en caso de no ser tratado (índice de mortalidad del 38%). Se estima que la prevalencia de esta patología es del caso entre 200.000 niños nacidos. Quienes padecen SHCC tienen normalmente una respiración normal durante la vigilia, pero en el sueño se produce una hipoventilación y en los casos más graves, los individuos son incapaces de realizar una respiración normal incluso despiertos. 

 


El gen PHOXB2, está presente en el cromosoma 4 humano y codifica para una proteína necesaria para la diferenciación celular de algunas neuronas encargadas del control nervioso autónomo del aparato respiratorio y digestivo. (ver) Una mutación dominante en el gen PHOXB2 (El 90% de los casos estudiados de SHCC presentan esta mutación en heterocigosis)provoca el Síndrome de hipoventilación central congénita (SHCC), o síndrome de ondina. En el 16-20% de los casos esta enfermedad se asocia al síndrome de Hirschsprung, otra patología relacionada con el sistema nervioso autónomo. El Síndrome de Ondina (SHCC) se produce por una alteración en la diferenciación neuronal durante el desarrollo, que lleva a un trastorno en la integración de la información proveniente de los quimioceptores (Proteínas que detectan la concentración de ciertos productos químicos) para el dióxido de carbono.

Los criterios para el diagnóstico de esta enfermedad son en primer lugar la presencia de respiración superficial durante el sueño y la ausencia de otras enfermedades que puedan explicar este cuadro de hipoventilación. El tratamiento es una traqueotomía y la administración de ventilación mecánica durante el resto de su vida. Otros métodos son el sistema de respiración artificial coraza bifásica y la estimulación del nervio frénico para la activación del diafragma.

Maracaibo, lunes 30 de noviembre del año 2021

 

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