jueves, 23 de septiembre de 2021

De la lingüística zuliana

 

De la lingüística zuliana

En agosto 2020 escribí en el blog sobre el lexicógrafo, historiador lingüístico y ensayista, Francisco Javier Pérez, (https://bit.ly/2EpsfWD) como un ser que se regodea en su lenguaje a través de las palabras.  Hoy quiero referirme a su libro “Incursiones de la lingüística zuliana” publicado el año 2000 por la Universidad Católica Cecilio Acosta, en Maracaibo,  en la Colección “El Nombre Secreto” dirigida por Miguel Ángel Campos.

En este libro, Francisco Javier Pérez, tras ir sobre el Vocabulario Guajiro de Fermín Toro, revisó primariamente las obras de Rafael María Baralt (el Andrés Bello zuliano), de José Domingo Medrano y de Iraset Páez Urdaneta. En este breve artículo me referiré a sus observaciones en torno a la figura de Medrano cuya vida fuera ya detalladamente relatada por Aniceto Ramírez Astier.


 

En 1842, nacería en Maracaibo José Domingo Medrano, quien desde muy joven padeció de una parálisis que anclaría su vida a una silla de ruedas, y fallecería a la edad de 49 años en 1889. No obstante, su titánica labor como literato, lexicógrafo y lingüista tendría relevancia nacional al dar a conocer la existencia de un sistema dialectal que abarcaba el país entero y que él estudiaría cuidadosamente detallando sus características en la región zuliana.

Este excepcional zuliano fundaría en 1868 el bisemanario Eco de Occidente y luego en 1878 estuvo al frente del Diario del Zulia, para al año siguiente publicar su libro “La Guerra Civil de 1848”. Sería su antología El Zulia ilustrado (1880-1881) un rotundo éxito en Maracaibo. En el terreno lingüístico, Medrano produciría dos obras de singular importancia: Apuntaciones para la crítica sobre el lenguaje maracaibero (1883) publicado en Maracaibo por la imprenta Bolívar de Alvarado y Co., y el Tratado de ortografía castellana publicado en Caracas en 1884.

José Domingo Medrano tuvo una clara conciencia de que el país tiene un sistema dialectal que parece pasar desapercibido para todos, a pesar de que es evidente que hay una clara diversidad en el vocabulario de las distintas regiones de Venezuela. Algunos ejemplos demostrarían para él, que las brecas en Maracaibo son botines en Caracas, y que a las mantas tan usadas por las guajiras les dicen pañolón; que nuestro baúl es un cofre y al cachicamo lo llaman armadillo… Especial atención le pondría al análisis del vos en el lenguaje coloquial, al pa como apócope y sobre el sonido de la palabra, el acento, que le da ese sonsonete al maracaibero.

En la segunda edición, aumentada y corregida de “las Apuntaciones”, en la Nota inicial titulada “Al lector”, Medrano informaría sobre la favorable acogida de la obra y de lo publicado por el romanista austriaco Hugo Schuchardt reproduciendo su texto en alemán traducido por H Müller. Medrano se adelanta a la acuñación del término  “venezolanismo” ya antes acuñado por Julio Calcaño en su conocida obra El castellano en Venezuela (1897).

Medrano completa el panorama de las peculiaridades del habla de Maracaibo en la sección “lista de voces” reuniendo 545 muestras en la segunda edición, clsificándolas como: 1-Maracaiberismos. 2-Voces descompuestas o usadas en acepción impropia u 3-Voces americanas que están mal definidas o no se hallan en los diccionarios españoles.  Desde el punto de vista lexicográfico, las Apuntaciones de Medrano, son definidas por Francisco Javier Pérez como “un glosario alfabético monolingüe sincrónico, no exhaustivo con marcación diatópica” y el autor tiene plena conciencia de que su trabajo… “Este pequeño trabajo, no es sino una piedra con respecto al gran edificio que otros conseguirán levantar”.

Medrano advierte que… “Cualquier maracaibero que como yo haya dejado alguna vez las riberas del patrio lago, habrá notado sin duda la variedad en el acento y en amplitud de voces en uno y otro estado de los que forman la república de Venezuela, especialmente en las expresiones familiares, los nombres de objetos domésticos y los de animales, plantas y labores dl país”. Medrano llega a anticiparse a Ángel Rosenblat al proponer estrategias de “turismo lingüístico” para dar a conocer las diferencias lexicales del español de Venezuela con relación al peninsular.

Las Apuntaciones para la crítica sobre el lenguaje maracaibero de José Domingo Medrano fueron editadas por Ediciones Centauro(1990) de José Agustín Catalá, con una presentación del lingüista zuliano Iraset Páez Urdaneta (1952-1989), de manera que la obra dialectológica y lexicográfica de Medrano vuelve a consolidarse como fuente obligada de consulta para los interesados en estos importantes vericuetos de nuestro coloquial lenguaje nacional.

Maracaibo, jueves 23 de septiembre del año 2021

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