lunes, 19 de julio de 2021

Resplandece en la bruma…

 Resplandece en la bruma… 

Hace dos años el 15 de agosto del 2019 estábamos en Mississauga, Ontario, en el Canadá y por tanto muy lejos de Maracaibo, y en un otoño lleno de árboles que comenzaban a pintarse de colores, nada de grises ni de nieves cercanas aun, pero recordé la letra de la hermosa gaita de Renato Aguirre (1946), el hermano de “El Monumental Ricardo Aguirre”, titulada “Aquel Zuliano”; esa que dice… “En la bruma resplandece Maracaibo cuando duerme Y taciturna desprende el aroma de su arcano” 

“El arcano”, es un secreto, oculto y misterioso que es difícil de reconocer; y si uno pregunta por los arcanos del Tarot, podrá leer que: “La carta Estrella, simboliza el destino, el momento de la verdad, donde se obtendrá aquello que se merece si se es capaz de defenderlo, y simboliza la luz, el saber qué hacer; es la oportunidad que tienes en esta existencia de ser feliz”. Se piensa que “los arcanos” simbolizan algunos arquetipos fundamentales de la psiquis humana cuyo significado conlleva el aprendizaje de determinadas lecciones o experiencias de gran impacto en nuestra vida…

¿I “la bruma”? Me parece que al mencionarla, uno se imagina una neblina sutil, puede que de menor densidad que la niebla de las montañas, o la neblina que se puede formar sobre el mar, y viene a mi mente un cuadro de Winslow Homer, pero igualmente pienso en la oscuridad o la falta de claridad que puede hasta enturbiar la mente especialmente en lo que rodea un suceso, o los recuerdos que tengamos del mismo...

Presiento que, sin tener idea de estas cosas, y bastante antes de oír sobre “el arcano”, ya conocía su bruma. Recuerdo haber percibido esa misteriosa bruma, una madrugada cuando estudiábamos, al final del bachillerato, en 1955. Acostumbraba estudiar con Pablo (https://bit.ly/3B5HQn9) en el balcón de su casa-apartamento, situada en diagonal al Colegio de los Maristas en la Avenida Santa Rita de Maracaibo... Me estoy refiriendo a una época cuando queríamos o creíamos ser capaces de captar todas las imágenes que veíamos, o las que imaginábamos y que luego, nos atrevíamos a reproducir en carboncillo o al óleo y por estas cosas que vengo relatando fue como devino aquello de como plasmar la bruma al amanecer y se nos transformó en un reto… 

 


Comparto nuevamente con ustedes, ésta, mi pintura, surgida de aquella madrugada estudiosa y aunque no estaba muy seguro dónde terminaría y de momento no supe donde fue a parar el original; ahora ya lo sé, y pude verlo otra vez, está en las buenas manos de uno de mis hijos, Francisco actual habitante de Miami en La Florida. Afortunadamente me había quedado la imagen de la pintura, quizás la guardé inconscientemente para recordar que la tarea la había realizado, y que tras asumir aquel reto, fue cumplido... 

En aquellos tiempos, ya hace muchísimos años, cuando ambos, Pablo y yo éramos jóvenes y terminábamos el bachillerato, dibujábamos todo el tiempo y soñábamos con ser arquitectos. He relatado como el temor a el análisis matemático me enrumbó por la Medicina y Pablo se trasformaría en un famoso arquitecto, pero eso sería hacia adelante. Allá, en las noches y  madrugadas estudiando, planificábamos con papel y lápiz, como habrían de ser las ciudades del futuro, hasta nos atrevíamos a apostar quien lograse pintar mejor la oscuridad de la noche con la resplandeciente bruma del arcano, en la aurora maracucha...

Nuestro inmortal poeta, José Ramón Yépez (1822-1881) dijo una vez en “La medianoche”: “Salve ¡augusto misterio que encierras tan hondísimos arcanos!” Y él así proseguía… “En tu silente imperio de sonidos insólitos, y de pálidas luces, y de vanos pavorosos fantasmas, todo es triste y se transforma todo cuanto existe. Más la razón del hombre al impulso inmortal del sentimiento instintivo y sin nombre, penetrará recóndita, o explicarse querrá con noble aliento ese mundo invisible que reposa oculto entre la noche silenciosa.  Soledad de desierto y rumor de airecillo en los fragantes limonares del huerto; y en el azul vivísimo, rubias estrellas, fuegos vacilantes, y claridad de luna que se encumbra y hasta el sombrío limonar alumbra”.

 

Maracaibo, lunes 19 de julio del año 2021

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