sábado, 3 de abril de 2021

El vanadio

 

El vanadio

 

En el capítulo 23 en mi novela Ratones desnudos dice textualmente: “La primera noche en su casa, Alonso se emocionó hablándome de proyectos ecologistas y recalcó como la contaminación del lago estaba acabando con los recursos naturales de toda la región. Recuerdo que fue la primera vez que escuché hablar sobre el Vanadio. Me comentó… ¿Has oído hablar del Vanadio? Yo negué y luego él me explicó. Es un elemento que proviene de las porfirinas del petróleo crudo y se integra a la cadena alimenticia porque existe como compuesto estable. ¿Sabes dónde existe Vanadio en abundancia? En las almejas. Así se respondió él mismo. Esto se debe a que ellas filtran gran cantidad de fitoplancton, y es que el Vanadio es un metal gris que se puede usar en aleaciones de metales ferrosos y se añade en las aleaciones de las tuberías de acero. Este y otros elementos contaminan el lago. ¿Por qué en las almejas? Ante mis preguntas, él respondía… En los peces igualmente. En la industria petroquímica, ya iremos a ver el complejo petroquímico desde el lago, allí en El Tablazo, el Vanadio es usado como un catalizador, sobre todo para producir plástico y ácido sulfúrico. El Vanadio llega al agua en suspensión, pero se vuelve un coloide y se retiene en el limo y en los sedimentos. Allí en el sedimento se acumula”...

Andrés Manuel del Río (1764-1849), era un español que se codeó con personajes como el naturalista alemán Alexander von Humboldt y el químico francés Antoine Lavoisier. Con la llegada de la Revolución Francesa, Del Río huyó disfrazado de aguador y se salvó al evitar compartir con su aristocrático mentor la muerte en la guillotina. En 1792 cuando con el objeto de reformar la minería y metalurgia, por un decreto del rey Carlos III, se inauguró el Real Seminario de Minería de la Nueva España, el joven Andrés Manuel del Río fue comisionado para ocupar la cátedra de Química y Mineralogía de la nueva institución dirigida por Fausto Elhúyar (1755-1833), descubridor del tungsteno. AndrésManuel –(quien nunca llegaría ni a sospechar que un mexicano con su nombre llegaría a ser presidente de México, en para aquel entonces lejano siglo XXI)- del Río arribó al puerto de Veracruz el 20 de octubre de 1794, a bordo del navío San Francisco de Alcántara procedente de Cádiz. Una vez en la Nueva España, realizó una muy valiosa labor docente y de investigación. Llegó a ser director del Seminario de Minería e hizo importantes estudios sobre minerales y desarrolló novedosos métodos de minería.

Habiendo formalmente emigrado, y estando Andrés Manuel del Río en México (“la Nueva España”), al examinar en 1801 muestras minerales procedentes de Zimapán, en el actual Estado de Hidalgo descubrió un mineral de “plomo pardo” del que sospechaba que contenía un nuevo elemento. Del Río extrajo el elemento de una muestra de plomo «marrón» de mineral mexicano, y lo llamó «zimapanio», más tarde fue llamado «vanadinita». Del Río preparó varios compuestos con él y, al observar la diversidad de colores que presentaban, lo denominó “pancromio”. Poco después, al observar que los compuestos calentados cambiaban su color al rojo, denominó al nuevo elemento como eritronio (eritros, del rojo en griego).

Un año después, aprovechando la visita al país de Alexander von Humboldt, el investigador español le confió una muestra del mineral y las notas con su análisis, descubrimiento y el procedimiento empleado para ello, a fin de que las llevase a Europa, para que se confirmase y certificase su descubrimiento y para la publicación del mismo en las revistas más prestigiosas. Sin embargo, el equipaje en el barco donde viajaba gran parte del material entregado a Humboldt, incluidas las notas de Del Río, naufragó. Humboldt solo conservó la muestra, que entregó al químico francés Hippolyte Victor Collet-Descotils, en París, para su análisis. 

 

Collet-Descotils analizó las muestras e informó –equivocadamente- que el presunto nuevo elemento era en realidad cromo, descubierto apenas unos años antes, en 1797, lo que desacreditaba la investigación, por lo que von Humboldt, a su vez, rechazó la pretensión de Del Río sobre un nuevo elemento. Puesto en conocimiento de ello, aunque en un principio Del Río mostró su desacuerdo, al final se resignó a aceptar la declaración y los resultados de Collet-Descotils, reclamando que, al menos, fuese reconocido como el primero en descubrir cromo en América.

El elemento fue redescubierto en 1831 por el químico sueco Nils Gabriel Sefström, mientras trabajaba en un óxido obtenido de minerales de hierro. Más tarde, ese mismo año, Friedrich Wöhler confirmó los principios de la obra de Del Río. Sefström eligió un nombre que comenzase con V, ya que la letra no había sido asignada aún a ningún otro elemento, y lo llamó vanadio en honor a la diosa escandinava Vanadis, nombre que oficialmente mantiene hasta la fecha, debido a los numerosos compuestos químicos de colores que produce.

En 1831, el geólogo George William Featherstonhaugh sugirió que el vanadio debería llamarse «rionium» en honor a Del Río, pero esta sugerencia no fue seguida. El aislamiento del vanadio fue difícil. En 1831, Jöns Jacob Berzelius informó de la producción del metal, pero Henry Enfield Roscoe demostró que en realidad había producido nitruro de vanadio (VN). Roscoe produjo finalmente el metal en 1867 por la reducción de vanadio (III), VCl3, con el hidrógeno. En 1927 se produjo vanadio puro por la reducción de pentóxido de vanadio con calcio. El primer uso a gran escala industrial del vanadio en el acero se encontró en el chasis del Ford T, inspirado en los autos de carreras franceses. El acero de vanadio permitió reducir el peso y al mismo tiempo aumentar la fuerza de tracción.

Andrés Manuel del Río murió a los 84 años de edad, luego de una muy rica vida académica. Su obra y pensamiento político liberal fueron fundamentales para la construcción exitosa de la nueva nación mexicana. Fue miembro fundador del Palacio de Minería (Colegio de Minería) y sentó las bases para la creación de lo que hoy es el Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue miembro de la Real Academia de Ciencias Naturales de Madrid, de la Sociedad Werneriana de Edimburgo, de la Real Academia de Ciencias del Instituto de Francia, de la Sociedad Económica de Leipzig, de la Sociedad Linneana de Leipzig, de la Real Academia de Sajonia, de la Sociedad Filosófica de Filadelfia, presidente de la Sociedad Geológica de Filadelfia y del Liceo de Historia Natural de Nueva York, entre otras muchas.

La gran peculiaridad del vanadio es que puede presentar cuatro estados de oxidación distintos en solución, algo bastante inusual. Según explica Dieter Rehder, químico y profesor de la Universidad de Hamburgo (Alemania), el vanadio “en el proceso de carga y descarga puede almacenar y liberar cuatro electrones por cada átomo. Esto convierte a los compuestos del vanadio en materiales de almacenaje particularmente eficientes para las baterías”.

El 90% de la producción mundial de vanadio se emplea para aleaciones de acero y como catalizador, por ejemplo en la obtención de ácido sulfúrico. China, el principal productor, absorbe también la mayor parte del consumo para abastecer su propio boom de la construcción, lo que deja poco suministro disponible para otros usos. Por este motivo el fabricante de baterías Imergy recurre al reciclaje de cenizas volantes y escoria procedentes de la fabricación del acero.

Maracaibo sábado 3 de abril de 2021.

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