sábado, 25 de agosto de 2018

Lágrimas de San Lorenzo, las del cometa Swift-Tuttle.



Lágrimas de San Lorenzo, las del cometa Swift-Tuttle.

Meteoro, es un concepto que se reserva para distinguir el fenómeno luminoso que se produce cuando un meteoroide (partículas de polvo y hielo o rocas de hasta decenas de metros que se encuentran en el espacio producto del paso de algún cometa o restos de la formación del Sistema Solar) atraviesa nuestra atmósfera, y, por efecto de la fricción, se quema en las capas altas de la atmósfera.  Meteoro es sinónimo de estrella fugaz, término impropio, ya que no se trata de estrellas. Cuando los meteoroides que no se desintegran por completo en la atmósfera alcanzan la superficie de la Tierra se les conoce como Meteoritos. Se estima que unos 100 millones de meteoros pueden ser observados a simple vista en todo el planeta a lo largo de 24 horas. En una noche oscura y despejada se pueden detectar sin ayuda de instrumentos hasta 10 meteoros por hora, a intervalos irregulares; sin embargo, en las épocas denominadas de lluvia de estrellas se llegan a observar uno cada minuto. Las fechas más notables tienen lugar aproximadamente el 12 de agosto (Perseidas) y el 13 de diciembre las Gemínidas. Cada cierto número de años se repiten lluvias excepcionales en tasa de meteoros visibles por hora, como las Leónidas de 1966 y 1999

Los enjambres de meteoros están asociados a los cometas. Después de la gran lluvia radiante en la constelación del León (Leónidas) de 1833, Olmsted y Twlning, de Newhaven, reconocieron en 1834, la existencia de un radiante que podía explicarse por un enjambre de corpúsculos que se movía en una órbita regular alrededor del Sol. En 1861, Kirkwood afirmó que estos corpúsculos eran restos de los cometas. Urbain Le Verrier publicó la órbita de las Leónidas del mes de noviembre, y cuando Theodor von Oppolzer examinó la órbita del cometa 55P/Tempel-Tuttle de 1866, se hizo evidente que ambas eran idénticas. También en 1861, Schiaparelli demostró que las Perseidas del mes de agosto seguían la órbita del cometa Swift-Tuttle de 1862. Galle y Weiss demostraron en 1861 que las Líridas del 19 de abril recorren la misma ruta que el cometa de Thatcher. ​ Finalmente, las Acuáridas del 30 de abril se encuentran en la misma órbita del cometa 1P/Halley y las Andromédidas del 27 de noviembre provienen del cometa de Biela (1852) que se rompió en dos pedazos en 1845 y desapareció después de su regreso en 1852. 

De entre los radiantes más importantes, solamente hay unos pocos cuya actividad se remonta a un pasado lejano. Las Leónidas, por ejemplo, han sido señaladas desde 902; ​las Perseidas desde 865 y las Líridas desde el siglo V a. C. Las Leónidas, las Perseidas y las Líridas han sido observadas centenares de años antes de que fuera descubierto el cometa con el que están asociadas. El núcleo del cometa se va disgregando lentamente, dejando un difuso enjambre de partículas o rastro de polvo en su órbita. Poco después que Whipple predijera que las partículas se desprenden del cometa a una velocidad menor, Milos Pavlec presentó la idea de un rastro de polvo al calcular cómo la mayor parte de los meteoroides, una vez liberados del cometa, derivan a diferentes velocidades. Este fenómeno se explica por medio de las Leyes de Kepler, que describen el movimiento de los objetos en órbita: al desprenderse, la mayoría de las partículas derivan lateralmente a un lado o al otro del cometa. Camille Flammarion indicaba a principios del siglo XX: "El problema está, pues, lejos de poderse dar por resuelto". 

El cometa Swift-Tuttle (llamado formalmente 109P/Swift-Tuttle) fue descubierto independientemente por Lewis Swift el 16 de julio de 1862 y por Horace Parnell Tuttle el 19 de julio de 1862. El cometa apareció de nuevo en 1992 y fue redescubierto por el astrónomo japonés Tsuruhiko Kiuchi. Su órbita, muy elíptica, está en resonancia 1:11 con la del planeta Júpiter de tal manera que, por cada once órbitas completas del planeta gigante, el cometa cumple solo una. Según un artículo en New Scientist la órbita del cometa podría llevarlo a impactar con la Tierra o la Luna, aunque de suceder el impacto posiblemente no tendría lugar durante los próximos dos milenios. Se predice su encuentro más cercano con la Tierra se aguarda para alrededor del 15 de septiembre de 4479. Este cometa ha sido descrito como "el más peligroso objeto conocido por la humanidad". El Swift-Tuttle es el objeto más grande conocido cuya trayectoria concurre con la de la Tierra. Según la NASA, el cometa mide 26 km de diámetro (el asteroide que supuestamente acabó con los dinosaurios solo medía 10 km). A pesar de todas estas predicciones a largo plazo, cada año, alrededor del 12 de agosto, la Tierra atraviesa un campo de residuos dejado por el cometa Swift Tuttle, como si fuera una estela de polvo dejada por un coche en un camino. 

La proximidad al 10 de agosto, del máximo de la lluvia de meteoros y por ser el día de la festividad del mártir español San Lorenzo, las Perseidas son conocidas también como Lágrimas de San Lorenzo.  La lluvia de estrellas de las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo este año fue intensa, ya que no había Luna y las estrellas fugaces eran muy visibles en el cielo. El fenómeno alcanzó su máxima intensidad las noches del 11 al 12 y del 12 al 13 de este mes de agosto, sábado y domingo, con una intensidad que alcanzó unas 50 y 100 “estrellas fugaces” por hora. Por ese motivo, cada año las Perseidas ocurren en la misma época. El cometa Swift Tuttle, que originó este campo de residuos, está compuesto de polvo, hielo (agua, monóxido de carbono y dióxido de carbono) que gira en torno al Sol en una amplia órbita, que tarda en recorrer 133 años. Este objeto, mucho más grande que una montaña y que llega a los 24 kilómetros de diámetro, pasó por las cercanías del Sol en 1992, y no volverá a hacerlo en 2126. Cada vez que se acerca al llamado perihelio, el calor y la radiación solar no solo hacen que de él nazca una cola de decenas de miles de kilómetros de largo, tan características de los cometas. Además, el calor sublima el hielo, produciendo géiseres y estallidos en la superficie del cometa. Por este motivo, en el entorno del Swift Tuttle se genera una nube de partículas de polvo, agua y hielo que permanece en la retaguardia del cometa, tiempo después de este pase por un lugar. Las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo son fundamentalmente granos de polvo, del tamaño de granos de arena, que entran en la atmósfera a velocidades extremadamente altas, de 10 a 50 kilómetros por segundo. Tal es así, que la fricción del gas de la atmósfera las calienta, las desintegra y las hace brillar. Esto ocurre a una altura de entre 80 y 100 kilómetros, cerca de la línea Karmán, que es el límite a partir del cual la atmósfera se hace más densa. Por tanto, aunque las estelas parezcan pequeñas, en realidad pueden alcanzar grandes longitudes. Se puede decir que los cometas dejan detrás de sí un anillo sutil de restos que se van acumulando cada vez que recorren las cercanías del Sol, a lo largo de su órbita. Por eso, el año 2126 y sucesivos deberían ser mejores para ver Perseidas, puesto que el Swift Tuttle “recargará” su nube de polvo y las lágrimas de San Lorenzo brillarán de nuevo para ser observadas por los habitantes de la tierra.

Maracaibo 25 de agosto, 2018

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