miércoles, 8 de noviembre de 2017

Elogio del cambalache



Elogio del cambalache

«Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé, en el quinientos seis y en el dos mil también; que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafáos, contentos y amargaos, valores y dublé. Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente ya no hay quien lo niegue, vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos”. Enrique Santos Discépolo compuso el tango Cambalache en 1935: Cuan adaptable es su letra lunfarda a estos tiempos de ignominia y suprema maldad. ¨Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, pretencioso, estafador. ¡Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor! No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao…¨ 

Do quiera que uno mire ve el desolado panorama, la tierra arrasada por el malvado mientras el país se hunde en el cieno del cinismo y el pus revolucionario. ¨¡Que a nadie importa si naciste honrao!  Es lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata, el que cura o está fuera de la ley…¨ Llegan de un bachillerato mediocre y faltoso, y si Dios les hablara en el lenguaje de las matemáticas –Galileo dixit-, los nuevos bachilleres bolivarianos no podrían balbucear una palabra digna. Las matemáticas, la física y la química no son necesarias. Luego, médicos de pacotilla, ejerciendo la curación sin más conocimiento que el creer que se puede, sin parar mientes en la improvisación que les atenaza y les hace reos de una culpa que niegan. Lo que está ocurriendo en salud, es inenarrable, es larga pesadilla y tremenda tortura hecha realidad, ¿A dónde ir con mi dolor no redimido? ¿Es esa la ¨suprema felicidad¨?, ¿Adónde consultar, cómo adquirir medicamentos que no existen, cómo poder esperar mientras la enfermedad avanza, cómo puede el odio cegar, y a tantos? “Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que si es cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón”… 

Pero aun así, no ha lugar para desesperanza aprendida, el convencimiento de que no somos capaces de expulsar el mal nos hace tanto daño. No podemos ni debemos sentir miedo; el miedo de todos puede transformarse positivamente en gran fuerza, en la convicción de que sí podemos…
 
Addendum: ¿Es que no les dolió la desaparición de la Emisora Cultural de Caracas?, pues debe haberles dolido mucho pues lo hicimos con premeditación, alevosía y ventaja; hacemos y deshacemos lo que nos viene en ganas, para eso somos los dueños, señores y verdugos del país. Hemos aprendido a refinar nuestro arte, a darles donde más les duela… ¿O no?  Para ello también creamos el Viceministerio de la Felicidad Suprema, ¿para ustedes? ¡Nooo!, para nosotros que viajamos hartos en dólares y euros, vivimos en el Country o en La Lagunita, nos desplazamos en autos gigantescos con ¨moscas¨ y guardaespaldas, en tanto ustedes, lamiéndonos las botas para que les asignemos piches trescientos dólares y tarjetas de crédito que se atascan y luego nos quedamos con el resto… Con nuestro dinero hemos comprado a todo mundo, conciencias, países, al Reino de Holanda que a lo mejor nos meten a la Shell de nuevo y hasta la fuerza armada, y allí, para rebajarlos y humillarlos les hemos colocado cubanos para que los manden sin vaselina, ¡y mire que se han dejado! Ya sabíamos que la palabra dignidad y patriotismo no aguantaba dos pedidas…

 A decir verdad, no nos burlamos del término felicidad suprema, nos burlamos de ustedes, creadores de semejante mamotreto e insulto a la razón y al pueblo…

Artículo del Dr Muci-Mendoza (rafaelmuci@gmail.com), divulgado en Maracaibo a los 8 días del mes de noviembre de 2017

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