lunes, 15 de mayo de 2017

Las “Cinco esquinas” de Vargas Llosa




Las “Cinco esquinas” de Vargas Llosa

Desde la época cuando  se hizo pública la relación de Vargas Llosa con Isabel Preysler, se ha especulado sobre su posible boda. El pasado mes de marzo, el escritor Mario Vargas Llosa llegó a su ciudad natal, Arequipa, acompañado de su novia Isabel Preysler, para celebrar su 81 cumpleaños y en esa oportunidad,  Julio José Iglesias, el hijo más cercano del clan Preysler, al asegurar que están muy enamorados confirmó que se casarán este año 2017. Hace ya más de un año (03/03/2016) que Vargas Llosa presentó su última novela en la sede de Casa América, en Madrid, frente a la Plaza de la Cibeles y una semana después, en el Salón de las Columnas del Círculo de Bellas Artes, en la madrileña calle de Alcalá. Desde entonces se han expresado opiniones diversas sobre esta obra, que ha sido calificada por algunos críticos como “novela póstuma”, para otros “novela mediana”, o “una obra menor”, “una venganza de la ficción contra Fujimori” y hasta se ha dicho que es una novela que no merece la pena leer”. Por razones comprensibles para quienes saben cómo vivimos los venezolanos de esta cruel época, no había tenido la oportunidad de leer la novela que se titula “Cinco esquinas”, y aprovecho ahora que he podido hacerlo para comentar algunos aspectos de la misma.

Como escritor, (o escribidor  diría parodiando al autor de “La tía Julia…”), de novelas, he leído a releído las obras de Vargas Llosa desde “La ciudad y los perros” y “La casa verde” hasta “Conversación en La Catedral”, “La guerra del fin del mundo”, “Pantaleón y las visitadoras”, “El paraíso en la otra esquina”, “La fiesta del Chivo”, “Travesuras de una niña mala”, “Los cuadernos de don Rigoberto” y dejo sin mencionar unas cuantas para insistir en que bien merecido tuvo el Nobel de Literatura el año 2010. Además el escritor peruano es ganador del Premio Leopoldo Alas (1959),  Premio Biblioteca Breve (1963),  Premio Rómulo Gallegos (1967), Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1986), Premio Planeta (1993) y el Premio Cervantes (1994) entre otros, y el año 2011, recibió de Juan Carlos I de España el título de Marqués de Vargas Llosa. No obstante  su nueva novela ha tenido que enfrentar el escrutinio de críticos y lectores y al parecer no sale bien parada pues lo que pareció iniciarse con un publicitado primer capítulo sobre la relación lésbica de dos mujeres de la alta sociedad peruana, según algunos transformaría un “thriller político” en un  fresco de la sociedad peruana”. Escribir una “obra menor” al final de su carrera literaria no ha sido algo inusual y se ha señalado al Gabo con sus “Memorias de mis putas tristes” y a Saramago con “El viaje del elefante” para destacar que Vargas Llosa tendría variadas razones para escribir sus “Cinco esquinas”.
 
En “Cinco esquinas”, Vargas Llosa ofrece un retrato del Perú gobernado por Fujimori en los años 90, la época de Sendero Luminoso y del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, y del siniestro Vladimiro Montesinos quien aparece en la novela como el “Doctor”, jefe de Inteligencia del presidente, pero el tema principal se refiere al periodismo amarillista y Vargas Llosa habla de los “periodistas” de farándula ya que los ha padecido en carne propia desde que es novio de la Isabel Preysler la hispano-filipina de gran popularidad en la prensa rosa española, madre de los cantantes Enrique Iglesias y Julio Iglesias, Jr., y también de Chábeli Iglesias, fruto de su matrimonio con el cantante Julio Iglesias; de Tamara Falcó, fruto de su matrimonio con Carlos Falcó, marqués de Griñón; y de Ana Boyer, fruto de su matrimonio con Miguel Boyer, ex ministro de Hacienda de España, con quien permaneció casada hasta el fallecimiento de éste en 2014. Ante una pregunta al escritor sobre si estaba consciente de que lo escrito sobre el periodismo amarillista se leería pensando en su relación con Isabel Preysler, Vargas Llosa respondió: “La última versión la escribí cuando vivía los estragos del periodismo amarillo. Inconscientemente tal vez ha influido. Nunca pensé que me vería envuelto en un escándalo informativo de esa magnitud. Al mismo tiempo fue una experiencia muy instructiva para escribir esa parte”.

Montesinos, aparecerá como “el Doctor” y será el jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), que utilizará la prensa de farándula para arrancarle la respetabilidad pública a los detractores del gobierno de Fujimori, controlando las voces disidentes mediante el periodismo amarillista. “Cinco esquinas” es una novela sobre el periodismo utilizado como un arma para destruir honras, pero también quedará como un hecho cierto, y muy evidente, que vemos aparecer la novela en el año en que Keiko Fujimori, recién había pasado a la segunda vuelta en las elecciones presidenciales del Perú, lo que hace comprensible la idea de que el escritor con “Cinco esquinas” logrará un ajuste de cuentas con la tiranía de Fujimori y de paso con la alta burguesía limeña, de hinojos ante cualquier sátrapa que haga con el poder.

“Cinco esquinas” narra la historia de cuatro personajes: el ingeniero de minas Enrique Cárdenas, el periodista de farándula Rolando Garro, su colaboradora Juliana Leguizamón “la Retaquita”, y del recitador caído en desgracia Juan Peineta. Sus vidas se unen por la tragedia del periodismo farandulero y amarillista de la revista “Destapes” que dirige Garro quien tratará de chantajear al ingeniero y será asesinado. Esta situación no será tratada como en la clásica novela policial, ya que no se le ofrecen pistas al lector ni se va hacia un desenlace oculto, la novela por el contrario desde el primer capítulo adelanta un idilio erótico entre dos limeñas burguesas, Marisa y Chabela, una de ellas la mujer del ingeniero Cárdenas. En más de 300 páginas de la novela, el autor mezcla el erotismo, con el periodismo amarillista y la corrupción, modalidad escritural del Nobel que alguien ha denominado “el erotismo póstumo de Vargas Llosa”, pues resulta ser  una novedad.  Ni en “Las Travesuras de una niña mala”, o en “Los cuadernos de don Rigoberto”, o en las implicaciones sexuales de “El sueño del celta”, el laureado escritor se habría recreado en el erotismo como en estas “Cinco esquinas”, desde el primer publicitado capítulo (aparecería antes de ser publicada como preámbulo, especie de abre-boca de carácter comercial), hasta el último titulado “Happy end”. De manera que debemos señalar que a pesar del relajo o la huachafería peruana, del arribismo limeño, la corrupción política, el erotismo transgresor,  la degradación moral y el fracaso personal de algunos de los personajes, el final de “Cinco Esquinas” es feliz, y veremos como triunfará el bien y las buenas costumbres de la clase peruana que siempre vivió de espaldas a la realidad política y social de su país.

Maracaibo 16 de mayo del año 2017

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