jueves, 19 de enero de 2017

Malaria, una vergüenza sanitaria, genes de zancudos y Patarroyo


Malaria, una vergüenza sanitaria, genes de zancudos y Patarroyo

La Malaria es una enfermedad que mata cada año en torno a medio millón de personas, de los cuales el 80% son niños menores de cinco años del África subsahariana, sin embargo, en Venezuela, país rico en petróleo y ubicado al norte de la América del Sur, a finales de 2016 los casos de Malaria alcanzaron casi los 350 mil, ya que la cifra acumulada hasta agosto del año 2016 aumentó 72 % con respecto al mismo periodo del año 2015, según datos ofrecidos por la ONG Observatorio Venezolano de la Salud (OVS).  “La situación de la malaria en Venezuela, es una situación de vergüenza nacional”, dijo en 2016 José Félix Oletta, exministro de Salud de Venezuela quien vive en Caracas, donde los casos de malaria también están apareciendo ahora. “Yo veía este tipo de casos cuando era un estudiante de medicina, hace medio siglo. Esto me duele. Esa enfermedad había desaparecido en nuestro país”. El doctor Arnoldo Gabaldón nombrado durante el año 1945 para presidir la recién creada Dirección Especial de Malariología del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social asumió la dirección de la lucha antimalarica y Venezuela se convirtió en el primer estado que organizó una campaña a escala nacional mediante la utilización del DDT, lo que conllevó a ser uno de los primeros países en alcanzar la erradicación total de esa enfermedad. Actualmente la gravedad de la situación continúa. El comunicado del OVS reza que en Venezuela semanalmente se reportan entre 3.000 y 5.000 casos de malaria y que 14 de los 24 estados del país caribeño están en epidemia por la cantidad de diagnósticos acumulados. Los especialistas de la salud que colaboraron con la publicación, aseguran que el estado Bolívar (sur) sigue siendo el foco que concentra la mayor cantidad de malaria en el país, con casi 80 % de los casos, y en lo que va de año 18.805 casos fueron exportados de Bolívar al resto de Venezuela.

Una de esas iniciativas que puede tener un impacto en los próximos años es la que han publicado investigadores de la Universidad de California quienes han conseguido crear un mosquito transgénico resistente a la malaria y que, por lo tanto, evita su transmisión. La manipulación de los mosquitos es una idea que lleva mucho tiempo intentándose para actuar contra la propagación de la malaria. Iniciativas previas han intentado, por ejemplo usar, machos estériles. Como estos mosquitos sólo se aparean una vez en su vida, si la hembra lo hace con un macho estéril sería incapaz de tener descendencia y con ello se reduciría la población de mosquitos. Sin embargo, esta estrategia tuvo un éxito limitado porque para lograr un gran impacto hay que liberar un gran número de estos insectos en una zona concreta, medida que no suele ser bien vista por las personas que viven allí. Además, si eliminas los mosquitos, ese nicho ecológico tenderá a ser ocupado por otro animal, lo que puede generar más problemas", estos detalles los explicaba Carlos Chaccour, investigador del ISGlobal, experto en malaria, cuando publicaciones en Nature, entre 2000 y 2015, señalaban que la prevalencia de la infección por Plasmodium falciparum en África, se redujo a la mitad y más de dos tercios de ese descenso estuvo relacionado con el control de vectores. Los investigadores de la Universidad de California, utilizaron la técnica del corta y pega genético  CRISPR de edición genómica- en los mosquitos de la malaria con resultados publicados en la revista PNAS. Los investigadores insertaron estos genes con la enzima Cas9 en embriones de estos mosquitos, dirigiéndose a una zona específica de la línea germinal del ADN para insertar en ella los genes modificados; además, para evaluar la eficacia de la técnica, se insertó un gen que daba lugar a que los descendientes de estos mosquitos presentaran los ojos de color rojo fluorescente si heredaban los genes antimalaria. Después de que estos mosquitos se desarrollaran y apareasen, se comprobó que el 99,5% de la descendencia portaba la protección genética frente a la malaria.

Después de cinco años con la investigación paralizada, el director del Instituto Inmunológico de Colombia, Manuel Elkin Patarroyo, retomó el estudio en julio del año pasado (Salud 16 Jul 2016 - 9:55 am). Nacido en la localidad colombiana de Ataco en 1946, Patarroyo se doctoró en Medicina y Cirugía por la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá, con estudios en Inmunología y Virología en Estados Unidos y Suecia. Patarroyo aseguró que en dos años se tendrá una vacuna de la malaria, efectiva. Hace treinta años Patarroyo se negó a vender su patente a las industrias farmacéuticas y al respecto manifestó que no tenía ningún interés en ganar dinero, y se preguntaba "¿Al lado de quiénes estoy?". Durante cinco años no les permitieron trabajar con monos porque un grupo de animalistas decidió que se maltrataba a los monos cuando nunca, aseguró, se mataron ni se dejaron morir. Los monos del Amazonas tienen un sistema inmunitario muy parecido al del ser humano y por esa razón era ese tipo de mono "fundamental" para la investigación, explicó Patarroyo.

La investigación se reactivó en Julio (2016) pero las personas que les proporcionaban los monos se habían dispersado, ya que estuvieron cinco años sin trabajo. El científico explico que si hubiera donado la patente el precio de la misma hubiese aumentado a unos 60 o 70 euros y a ese precio "no se va a curar nadie". "En dos años la vamos a tener pero le ruego a la gente que entienda que estuvimos cinco años paralizados y que eso es un montón de tiempo", declaró Patarroyo, que participaba en Tenerife (Atlántico) en el foro CampusÁfrica. “Cuando por fin exista la vacuna” explicaba que “se distribuirá, en primer lugar, en los países africanos que tienen un mayor caso de malaria y se entregará gratis gracias a un consorcio que permitirá que se produzca la vacuna y una vez producida se donará el producto, "no la patente”- señaló el investigador colombiano. Apuntó que “si esto no se ha hecho antes es porque en el mundo de la medicina se da prioridad a los intereses económicos”. Las industrias farmacéuticas "no son entidades de beneficencia ni de caridad, y eso lo han dicho ellos", afirmó. Sin embargo, Patarroyo asegura que él tiene "otros intereses", como que esa vacuna sea "un beneficio para la humanidad entera", y asegura que no necesita más reconocimiento que el que le dará aparecer en un libro de las personalidades que han cambiado el mundo en el siglo XXI. "Soy riquísimo, tengo el reconocimiento y el cariño de la gente", proclamo, y añade que ya lo ha ganado todo y que el único premio que le queda es el Nobel. Asimismo, Patarroyo dice que a través de eventos como CampusÁfrica se actúa para que se tome conciencia de que las enfermedades "no tienen fronteras, y eso es algo que "no todos los lugares del mundo lo hacen”.

Mississauga, 20 de enero del año 2017

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