domingo, 26 de junio de 2016

Estrella distante, novela de Roberto Bolaño



ESTRELLA DISTANTE, novela de Roberto Bolaño.

Pensé decir algo sobre La literatura nazi en América, un engañoso diccionario de autores irreales, leído hace ya varios años, con curiosas referencias bio-bibliográficas apócrifas, el cual fue presentado por su autor Roberto Bolaño (1953-2003) en 1996, como una novela. En las últimas treinta páginas, Bolaño abandonará el formato de reseña biobibliográfica virtual imaginaria e ingresará a su real mundo narrativo al referirse a un piloto de la Fuerza Aérea Chilena implicado en  torturas y crímenes durante la dictadura de Pinochet. Sobre este asunto, Bolaño publicaría Estrella distante su cuarta novela ese mismo año 1966 con la Editorial Anagrama, y el volver sobre Estrella distante, y releerla, me llevó a pensar de nuevo en los nazis y en la Segunda Guerra Mundial. De manera que aquí estoy otra vez recayendo en el tema de El Führer y la Alemania del III Reich a través de otra novela, en esta ocasión de Estrella distante, la cual en opinión de Jorge Volpi, es la mejor novela breve del laureado escritor chileno Roberto Bolaño, premio Rómulo Gallegos y premio Herralde de Literatura del año 1999.

Roberto Bolaño quien estaba radicado ya en la Costa Brava de Cataluña desde 1981, había publicado dos novelas antes de 1992 (Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce y La senda de los elefantes, ambas del año 1984) y un año después, publicó La pista de hielo (1993), estando ya enterado de su enfermedad desde 1992, cuando sus penurias económicas y su desesperación por los muchos rechazos editoriales, según cuenta el editor y fundador de Anagrama Jorge Herralde, le hacían muy difícil su vida. Sería en ese entonces cuando le entregaría el manuscrito de Estrella distante publicado sin miramientos en1996. Cuando en 1998 se presentó Bolaño en Anagrama con el manuscrito de Los detectives salvajes, el editor le daría curso de inmediato y ganaría el Premio Herralde, el Premio del Consejo Nacional del Libro de Chile, el Premio del Círculo de Críticos de Arte de Chile y en 1999, el Premio Rómulo Gallegos. Todos por unanimidad a sus 45 años, galardones estos que harían de Bolaño «uno de los escritores más relevantes de su tiempo», «un autor imprescindible», «un gigante de las letras», considerado como «el último escritor latinoamericano».

Digamos algo sobre la novela:  Roberto Bolaño vivió en Chile los días del golpe contra Allende, ya que pocos días antes del 11 de septiembre llegó desde México donde vivía, con la intención de apoyar la causa socialista de la Unidad Popular. Fue detenido en noviembre y posteriormente encarcelado en Concepción de donde pudo escapar gracias a uno de los policías que custodiaban a los presos, quien resultó ser un antiguo compañero de la escuela primaria. En estos complicados días se sitúa el inicio de la novela Estrella distante.

Bibiano O’Ryan, las hermanas Garmendia, la Gorda Posadas, son todo ellos jóvenes interesados en la poesía, como Arturo Belano (álter ego de Roberto Bolaño, quien bautizó como Arturo al narrador de la historia, seguramente homenajeado a Arthur Rimbaud). Todos los amigos asisten a talleres literarios, y coinciden allí con un misterioso personaje Alberto Ruiz-Tagle. Estrella distante es una historia de medias verdades y medias mentiras, Ruiz-Tangle parece ser Carlos Ramírez Hoffman, cuya historia se narra al final de La literatura nazi en América, un piloto de la Fuerza Aérea de Chile bautizado en Estrella distante como Carlos Wieder quien haría poesía en el cielo chileno como Raúl Zurita, poeta chileno quien escribió su poema La vida nueva en el cielo de Nueva York utilizando cinco aviones que trazaron letras con humo blanco. Carlos Weider poco después del Golpe de Estado de Augusto Pinochet, dibujó los primeros versículos del Génesis en latín, observados por el narrador desde la prisión donde estaba confinado en Concepción. Wieder continuó con sus actuaciones, y en 1974, financiado por varias empresas privadas, viajó al Polo Sur para escribir “La Antártida es Chile”, pero lo cierto es que el lector de Estrella distante ya sabe que las Garmendia fueron asesinadas brutalmente por Carlos Wieder desde el primer capítulo, de manera que la figura detestable del aviador poeta, que se descubriría ante decenas de invitados como un sanguinario asesino sin escrúpulos capaz de fotografiar a sus víctimas para exhibirlas permanece latente hasta el final de la historia. Las noticias sobre Wieder siempre confusas se ocultaba tras seudónimos, aparecía en Estados Unidos, o emergía en Sudáfrica, en Alemania o en Italia. El año 1992 se le nombró en una encuesta judicial sobre torturas y desapariciones. En 1993 fue vinculado con un grupo responsable de la muerte de varios estudiantes en Santiago y Concepción Se conectaba con torturas, desapariciones, y su figura se hizo cada vez más borrosa, la imagen de un asesino múltiple desaparecido hace mucho tiempo, así, como sucede a menudo, difuminada, Chile la olvidará…

Adendum in proof,  o quizás adenda reveladora…
Me pareció interesante citar a Ibsen Martínez, quien hace tan solo unos días, el 24 de junio de este año 2016, escribió un artículo con el título de “La lección de Sebastian Haffner” que decía cosas como esta:
“Sebastian Haffner fue un joven berlinés que en 1938 se exiló a Inglaterra pues se consideraba ya una víctima aria de los nazis”…
“Una vez en Inglaterra, Haffner se hizo periodista y trabajó muchos años para The Observer. Tras su muerte, en 1999, fue hallado entre sus papeles un manuscrito inédito que Haffner había terminado en 1939”…
“Con ser solo una crónica de cómo tomó Haffner la decisión de exilarse tempranamente de la Alemania nazi, es también un tratado acerca de cómo funcionan los seres humanos cuando les toca perder el duelo “asimétrico” con el Estado dictatorial”...
“Es aquí donde calza una de sus observaciones más sugestivas y que me remiten a la idea del duelo desigual entre el Estado y el individuo particular que hoy, en vísperas de un revocatorio obstaculizado de mil modos por Maduro, se libra en Venezuela”:
“Uno se siente siempre tentado a creer que la historia se desarrolla entre unas docenas de personas que rigen el destino de los pueblos y de cuyas decisiones y actos resultará lo que, más adelante, será denominado Historia, pero, aunque pueda sonar paradójico, no deja de ser un simple hecho que las decisiones y los acontecimientos históricos realmente importantes tienen lugar dentro de nosotros mismos, seres anónimos, en las entrañas de un individuo cualquiera, y que ante estas decisiones masivas y simultáneas, cuyos responsables a menudo no son conscientes de estar tomándolas, hasta los dictadores, los ministros y los generales más poderosos se encuentran completamente indefensos”. 
Cita de “La lección de Sebastian Haffner” por Ibsen Martínez. Para “biendateao”  junio 24, 2016 ( @ibsenmartinez ).

Maracaibo, 26 de junio del año 2016.

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