miércoles, 31 de julio de 2024

En el cuarto año…


Los estudiantes esperábamos alrededor de la mesa de disección. El profesor llegaría para hacer una demostración macroscópica. El ambiente era denso, la sala pequeña nos mostraba a todos silentes y rodeando una mesa metálica… La puerta gime y entra el gocho Vivas con varias bandejas de peltre cubiertas con gasa. Colorado y catire, el joven Chucho, es casi un muchacho. Él las coloca sobre la mesa, arregla el bisturí, destapa un gran cuchillo afilado, y coloca las pinzas, para luego destapar una de ellas alzando cuidadosamente la gasa que la cubre…  Las piezas están descubiertas.


 

Contra el peltre blanco, resaltan los órganos de colores vivos. Antes de que podamos definir formas, e impresionados por los colores de lo que imaginamos son trozos de carne humana, en ese preciso momento aparece el profesor Fritz Eberhard. Alto, delgado, con una bata blanca de mangas cortas y la cara cruzada por tres cicatrices que se unen en su mejilla izquierda. ¿Heridas de sable en un duelo juvenil? ¿Cicatrices de cortaduras que se hizo cuando era estudiante? Hay quienes murmuran que las heridas fueron autoinfligidas para ganarse el respeto de sus compañeros, otros dicen que, escapando fue al esconderse dentro de unos toneles de cerveza, y, existen quienes aseguran que son producto de un duelo con sable. Estas ideas y otras tantas versiones se han venido tejiendo alrededor del cara-cortada profesor Fritz quien gusta lucirlas, siempre mentón en alto, con un gesto jactancioso. Fritz Eberhard siempre completa sus frases con un ¡Ja!

 

Entre la variopinta crema y nata de nuestros profesores de la Facultad de Medicina, Fritz siempre fue un tipo impresionante. Hay quienes aseguran que era capitán en un submarino nazi durante la guerra, y aunque otros insisten, en que realmente era un médico quien dizque no estaba en los campos de concentración. Cuentan que comandaba una lancha torpedera de la Gestapo; muchos, y aceptemos que son la mayoría, coinciden en que Fritz era oficial de la SS y quizás por eso mismo, todos percibíamos en su presencia un incierto temor, más que una respetuosa curiosidad…Te imaginareis el significado de estar ante un funcionario militar oficial la marina alemana durante el Tercer Reich…

 

Sigo recordando que hay quienes aseguran, y dicen saberlo de fuentes fidedignas, que Fritz guarda un uniforme en el armario de su actual casa –en el vecindario del Sanatorio y de su Servicio de Patología- y en ocasiones lo viste y taconea con sus altas botas negras y brillantes saludando. ¡Heil Hitler! Pero ahora nos mira a los estudiantes alrededor de la mesa de disección, uno a uno, nos repasa inquisitivamente, y estira su cuello, y lentamente lo tuerce un poco, mientras nos recorre con su mirada entretanto se va colocado un par de guantes de látex y lo hace sonriendo de lado. Paralela y simultáneamente todos percibimos un olor terrible que escapa de sus axilas y que va condensándose en el pequeño salón. Ha variado la densidad aromática del reciento y lo que viene a nuestra mente son: ratas muertas…


Levanta de la bandeja la pieza anatómica que ahora vemos como una aorta de la que penden dos riñones, esa es la muestra anatomopatológica que el profe Fritz esgrime como un trofeo y la sostiene en alto mientras nos repasa nuevamente con su mirada de ojos muy azules y nos dice... -Bachilleeegrés ¿Que creen ustedes que es esto? Sin detenerse prosigue en su castellano gutural… -Esta arteriaá grande, esta aortaá, tiene una grave enfermedad. Sí. ¡Es la enfermedad de la comidá! ¡Jaaá! ¡Muchas empanadaaaás!, mucho chivo en coco, y migreeeén, aquí están los resultados: arterioesclerosis, ateromatosis, migreeén los riñones, son granulagreees, están atróficos, es la arterioesclerosis renal. Entonces nos repasa con su mirada casi como si fuésemos culpables de lo que nos muestra. Se detiene y nos pregunta: -¿Por qué? Entonceeés ¿Qui sucedió?

 

Comenzamos todos a sentirnos interesados en el asunto que el profe-nazi- caracortada, nos está presentando, y le escuchamos con expectante atención…      -Este señooor era un chofeeegr, y tomaba mucho cafecito, caliente, al mediodía, en el tráfico, sí, mucho café, sí, para el calogr, café y adimaaás, él comía mucho chivito en coco, y empanadaas, además ¡Ah!, ¡Ajaaá!…  Él también fumaba mucho, muchos cigarrilloos. Era un chofeegr hipertensooó, y aquí lo ven… Entonces el profe se tuerce alborotando el aroma axilar que como un latigazo aromatizante nos golpea a todos mientras él se voltea y va destapando otra de las bandejas de peltre, las de Chucho, sí, mientras toma en sus manos, un corazón…

 

-Fijenseeeé aquí en la hipertrofia del ventrículo izquierdo… ¿La ven ?, ¡Ja! Bachillegreees ¿Ven el músculo más grueso? ¡Ja! Es así. Este señor tenía hipertensión y comía mucho chivito en coco y tomaba mucho café, pero su corazón trabajaba el doble, y su músculo creció por el esfuerzo para bombear la sangre, y un día, el chofegger: se murió... Asi nos administraban las dosis, de comienzo, pequeñas y casi perdidas en la memoria del tiempo...

 

Les comento que, este relato, fue escrito con las necesarias variaciones sobre el día, la hora, el local, y los “perjúmenes” usando la memoria donde los personajes reales están distorsionados, para crear sencillamente esta historia que es tan solo esto, un relato que suena a historia real y verdadera, pero tan solo viene a ser una de tantas vivencias del remoto pasado que sale “parapeteada” entre muchas otras cosas y cuenta con personajes de tipo - “carascortada”-, aquellos que reposan y en ocasiones afloran, o son aupadas por las mismas musas capaces de inspirar hermosos poemas, o emotivos cuentos, y que podrán ser siempre remozados, antes de que reposen en una fosa o terminen por transformarse en el “polvo enamorado” de Quevedo.

 

En Maracaibo, el día miércoles 31 de julio del año 2024

martes, 30 de julio de 2024

Cigarras promiscuas

Cicada es un género de cigarras del viejo mundo de la familia de los cicádidos. Hay al menos 60 especies descritas en este género. Los cicádidos (Cicadidae), conocidos  como cigarras, chicharras, chiquilichis, cocoras, cocorrín, cogollos, coyoyos, coyuyos, ñakyrã, ñes,  campanero, tococos o totorrones, son una familia de insectos del orden Hemíptera.

 

Las cigarras pueden vivir tanto en climas templados como tropicales y tienen un desarrollo vital completo que dura de dos a diecisiete años, según la especie. Las ninfas viven enterradas mientras que los adultos viven sobre vegetales, alimentándose de su savia. La frecuencia de la vibración o canto que emite una cigarra puede llegar a los 86 Hz.

 

Es notorio el canto entonado por los machos para atraer a las hembras, producido por un aparato estridulatorio situado en los costados del primer segmento abdominal, que consta de membranas quitinosas llamadas timbales y de sacos con aire que funcionan como cajas de resonancia, emitiendo cada especie un sonido propio característico. Los órganos auditivos están ubicados en el tórax. Aunque el sonido es emitido a cualquier hora del día, es más frecuente e intenso al anochecer y al amanecer y pueden emerger hasta 1.5 millones de cigarras por acre (0,4 hectáreas).

 

En este blog lapesteloca, he relatado como en una noche cualquiera me acompaña siempre el zumbido permanente de mi tinitus, y he dicho que es “como si estuviese bajo un inmenso baobab de los de El Principito, pero cuajado de chicharras”, las cigarras, o en guaraní las ñakyras, que chirrían, con sonoridad brillante… Después en 2020 volví a conversar sobre las cigarras (https://tinyurl.com/yhpm8sda) y hablé más detalladamente sobre el tinitus…

 

Pero esta historia que les relataré trata sobre hongos alucinógenos, anfetaminas y orgías que protagonizan insectos zombis… Cuando miles de millones de cigarras emerjan del suelo en la primavera en los Estados Unidos, muchas tendrán la desgracia de ser huéspedes involuntarios de un hongo, la Massopora, que las devora por dentro y las convierte en zombis enloquecidos por el sexo. Existen muchos parásitos de animales, incluidos virus, protistas y hongos, que modulan el comportamiento de sus huéspedes, frecuentemente para favorecer la transmisión de plagas.

 

Un grupo de científicos estadounidenses ha presentado nuevos detalles sobre este hongo que obliga a sus hospedantes, las cigarras, a unos escalofriantes simulacros de apareamiento. Fungal Ecology revela que Massospora cicadina utiliza un par de compuestos químicos que modifican el comportamiento de las cigarras hasta convertirlas en enloquecidos zombis sexuales. En una fotografía se puede apreciar como los conidios blancos de Massospora cicadina han destruido los segmentos abdominales terminales de un ejemplar de la cigarra Magicicada septendecim.


 

Muchos parásitos de animales, para favorecer la transmisión de las plagas pueden modular el comportamiento de los mismos, y cada parásito posee rasgos adaptativos que maximizan la dispersión de sus esporas en un proceso que se interpreta como un “fenotipo extendido” del propio parásito. Un ejemplo de fenotipo extendido entre los hongos entomopatógenos es el comportamiento de “transmisión activa al hospedante”.  El término entomopatógenos se refiere a los microorganismos capaces de causar una enfermedad al insecto plaga, conduciéndolo a su muerte después de un corto período de incubación. Existen varios tipos, entre ellos hongos, bacterias, nematodos y virus y este es el caso que decribimos, donde el hongo mantiene o acelera una actividad “normal” del parasitado durante su esporulación, lo que permite una dispersión rápida y generalizada antes de la muerte del huésped.

 

La naturaleza es un campo de batalla”, escribió una vez Darwin. Su sensibilidad y su educación religiosa se enfrentaban cuando le buscaba un sentido a la crueldad del mundo natural. La naturaleza puede ser cruel, extremadamente cruel. En la revista Fungal Ecology, hay un artículo sobre Massopora y las cigarras, donde leeremos como un grupo de científicos estadounidenses han presentado nuevos detalles sobre este hongo que obliga a sus hospedantes, unas cigarras, a unos escalofriantes simulacros de apareamiento en los que los cuerpos momificados de los insectos, terminan desprovistos de sus genitales por el ataque del hongo,

 

Los entomoftorales (Zoopagomycota) se cuentan entre los hongos más importantes que atacan hasta la muerte a los artrópodos (insectos y no insectos) e incluyen todas las especies conocidas con trastornos del comportamiento. Hemos mencionado a la Massospora, pero hay otro género estrechamente relacionado, Strongwellsea, en los que se observan modificaciones del comportamiento. Massospora contiene más de una docena de especies patógenas transmisibles que infectan al menos veintiuna especies de cigarras (Cicadidae) en todo el mundo. Una de esas especies, Massospora cicadina, es una de las pocas especies de hongos entomopatógenos que mantiene vivos a sus hospedantes mientras continúa esporulando, un proceso que optimiza la dispersión de las esporas y así dispersa con gran eficacia las esporas del parásito.

 

Los espectáculos de terror que implica la difusión de las esporas del hongo M. cicadina aparecen en libros especializados desde 1879, cuando se describió por primera vez en el informe anual del Museo de Historia de Natural de Nueva York. Poco a poco se han acumulado detalles de cómo se contaminan los insectos y de cómo, una vez infestados, transmiten las esporas de su infectante mediante unas cópulas desenfrenadas y estériles para ellos, pero esenciales para que el parásito complete su ciclo de vida. Se desconoce el mecanismo por el cual Massospora induce comportamientos femeninos en cigarras masculinas infectadas. Los machos con infecciones productoras de conidias exhiben comportamientos sexuales dirigidos a ambos sexos al aletear adicionalmente en respuesta a las llamadas de otros machos”, escribieron los autores en el informe de la investigación publicada en la revista PLOS Pathogens.

 

La vida de las cigarras no es envidiable. Cuando las ninfas sexualmente maduras se preparan para emerger después de pasar 17 años bajo tierra, las esporas latentes del hongo, los conidios, se fijan sobre su exoesqueleto. Se supone que el cuerpo de la cigarra emite unas sustancias químicas hasta ahora desconocidas que actúan sobre las esporas  recordándoles que es hora de despertar y germinar. Es el conocido como estadio I, que afecta aproximadamente a un 5 % de las cigarras estadounidenses. Las que soportan este estadio pueden considerarse unas cigarras afortunadas, porque su infección se limitará a servir como transporte de las esporas del hongo adheridas a su exoesqueleto.

 

Pero esa no es la única forma que tiene el patógeno de moverse de un sitio a otro. En unas cuantas cigarras la infección es muy severa cuando las esporas se fijan en el abdomen, tanto de los machos como de las hembras. Enseguida, los machos comienzan a comportarse anormalmente. Además de los comportamientos normales de apareamiento, los machos comienzan a agitar las alas tal y como hacen las hembras. Este comportamiento femenino atrae otros machos que intentarán aparearse con ellos, en una cópula inane de la que salen cargados con las esporas del hongo. Los despechados y sexualmente enardecidos machos van en busca de hembras verdaderas. Se aparean y les transmiten los conidios que ellas, a su vez, transmitirán a los machos no afectados que intenten fecundarlas.

 

Comienza entonces el estadio II: las esporas se multiplican una y otra vez en el interior de todas las cigarras infectadas hasta llenar poco a poco la cavidad del abdomen donde se encuentran los órganos sexuales. Llega un momento en el que el abdomen se colmata por completo y, se darán, explosiona liberando una nube de esporas del hongo que emergen como una masa blanquecina.

 

Massospora cicadina utiliza un par de compuestos químicos que son las que modifican el comportamiento de las cigarras hasta convertirlas en enloquecidos zombis sexuales. Tras analizar la bioquímica de mil compuestos químicos presentes en poblaciones infestadas, el equipo encontró un alcaloide típico de plantas y una sustancia química psicoactiva que se encuentra en los hongos alucinógenos. El alcaloide derivado de las plantas es la catinona, un compuesto similar a la efedrina, el precursor bioquímico de las anfetaminas. Es interesante porque este podría ser el primer ejemplo de una catinona producida dentro de un organismo que no sea una planta. En cuanto al alucinógeno, se trata de psilocibina, el compuesto psicodélico en los hongos mágicos mexicanos.

 

La psilocibina (también conocida como 4-PO-DMT o 4-fosforiloxi-N,N-dimetiltriptamina) es un alcaloide triptamínico que en el cuerpo se metaboliza en psilocina, un compuesto psicodélico responsable del efecto psicoactivo que puede estar presente en ciertos hongos comestibles. En el planeta hay más de 180 especies de hongos que contienen sustancias que actúan sobre el sistema nervioso, como la psilocibina. Se los suele llamar erróneamente “hongos alucinógenos” u “hongos mágicos”, aunque lo correcto es que se trata de hongos psicoactivos, ya que no generan alucinaciones, pero modifican en parte la percepción.

 

Además, han detectado que pese a no tener órganos sexuales los machos desarrollan conductas hipersexuales, intentando aparearse con todo lo que encuentran a su paso. "Son zombies en el sentido de que el hongo tiene el control de sus cuerpos. Los adultos infectados mantienen o aceleran la actividad normal del huésped durante la reproducción del hongo, lo que permite una dispersión rápida y generalizada antes de la muerte del huésped", según Matt Kasson, uno de los autores del estudio. Las cigarras se encuentran con el hongo en el subsuelo, donde pasan de 13 a 17 años hasta salir a la superficie como adultos. Una vez fuera, tras 7 o 10 días, el abdomen se les comienza a desprender, lo que es un primer síntoma de que están infectados. Después terminan muriendo. 

Maracaibo, martes 30 de julio del año 2024 

lunes, 29 de julio de 2024

Melina Mercouri

 

Maria Amalia "Melina" Mercouri (1922-1994) fue una actriz cantante, activista y política griega. Nació en Atenas en 1920, en una familia aristocrática y muy involucrada en la política. Su abuelo fue alcalde de Atenas y su padre y su tío fueron parlamentarios.

 

Siendo casi una adolescente conoció a su primer marido, Panos Jarokopos, con quien se casó con solo 17 años. Él, en todo momento apoyó su pasión por el teatro y facilitó sus estudios en la Escuela Dramática del Teatro Nacional. Trabajó duro, interpretando obras como “El luto le sienta bien a Elektra” o “Un tranvía llamado deseo”. Melina debutó en el teatro en 1952, y tres años después interpretó su primera película, Stella del cineasta greco-chipriota Michael Cacoyannis. En 1952 se traslada a París y da el salto a la gran pantalla. Es allí donde conoce al director de cine Jules Dassin, que después sería su marido.

 

A su primer filme le siguió una serie de películas dirigidas por su marido, Jules Dassin: El que debe morir (1957), La ley (1958) y Nunca en domingo (1960) que le valió el premio a la mejor actriz en el Festival de Cannes, y supuso su consagración. Melina Mercouri ya era una de las principales figuras del teatro griego cuando su papel protagonista en la película Nunca en domingo la lanzó al estrellato cinematográfico internacional. Con Jules Dassin rodó todavía Fedra (1961) y Topkapi (1964), sobre un robo en el museo del título.


Merkoúri se hizo muy popular internacionalmente cuando actuó en aquel filme de 1960 Nunca en domingo, dirigido por Dassin, por el cual obtuvo una nominación al Oscar a la mejor actriz. Merkoúri y Dassin volvieron a trabajar juntos en el musical Illya Darling, por el cual ella recibió una nominación a los Premios Tony. Protagonizó otras películas como Phaedra (con Anthony Perkins), Topkapi (con Peter Ustinov) y Gaily, Gaily. Merkoúri se retiró del cine en 1978. Su última película, Kravgi gynaikon (Un sueño de pasión), la cual, al igual que la mayoría de los filmes en los que actuó, fue dirigida por su esposo. En 1980, protagonizó la producción griega de la obra Dulce pájaro de juventud.

 

Como cantante, una de las primeras canciones fue "Hartino to Fengaraki", escrita por Mános Chatzidákis y Nikos Gatsos. La canción formaba parte de la producción griega de la obra Un tranvía llamado Deseo, que ella protagonizó como Blanche DuBois. La primera grabación de la canción, considerada por muchos como legendaria, fue realizada en 1960 por Nana Mouskouri, aunque en 2004 la compañía discográfico Sirius, creada por Mános Chatzidákis, publicó una grabación que Merkoúri realizó para la televisión francesa en los años 1960. Otras grabaciones de Merkoúri como Athena ma Ville y Melinaki, fueron populares en Francia. Durante los años que permaneció en Francia debido a la dictadura en Grecia, Merkoúri grabó cuatro álbumes, uno en griego y tres en francés.

 

A raíz del golpe de Estado de 1967 en Grecia, Melina asumió un papel político activo y pasó años haciendo campaña por todo el mundo contra la “dictadura de los coroneles”. Intervendría en los filmes La promesa del alba (1970), El ensayo (1974) y Gritos de pasión (1978) y en el alegato antibelicista de Carl Foreman Los vencedores (1963) así como en el filme del español Juan Antonio Bardem Los pianos mecánicos (1964).

 

De su carrera musical, destaca su interpretación en “Illya Darling”, uno de los musicales más recordados de Broadway, y sería en Manhattan, donde se enteró del golpe de Estado de “Los coroneles” que terminó con los derechos constitucionales en Grecia… Era abril de 1967 y Melina, que había mostrado públicamente su rechazo al golpe de estado, tuvo que emprender un exilio que duró hasta 1974. Su postura le costó la nacionalidad griega, la confiscación de sus propiedades y tres intentos de asesinato. Es entonces cuando inicia una incansable actividad política en toda Europa denunciando el régimen fascista de Grecia, participando en manifestaciones, huelgas de hambre, etc…

 

Melina Mercouri le ponía entusiasmo y pasión en todo lo que hacía: primero como actriz de teatro y cine en la fase más temprana de su vida, después como opositora a la dictadura fascista que se impuso en Grecia en 1967 y, por último, como política entregada a la protección y promoción de la cultura en Europa. Comprometida activamente en la lucha contra la dictadura de los coroneles instaurada en 1967, grabó una serie de discos en apoyo a la resistencia; le fue retirada la nacionalidad griega y hubo de exiliarse hasta 1974.

 

Escribió entonces su autobiografía, Yo nací griega (1972). Ya caída la dictadura y de nuevo en Grecia, se presentó a las elecciones de 1977, en las que consiguió ser miembro del Parlamento Helénico y, en 1981, se convirtió en la primera mujer en ocupar el puesto de Ministra de Cultura de Grecia en el primer gobierno del socialista Andreas Papandreu; desempeñó el cargo desde 1981 hasta 1989 y desde 1993 hasta su fallecimiento, desarrollando una incansable actividad en favor de las artes.

 

Como ministra de Cultura griega, Mercouri organizó una reunión con los ministros de Cultura de los otros nueve Estados miembros de la Unión Europea durante la primera Presidencia griega del Consejo en 1983. Mercouri animó a los demás ministros a que la secundaran en sus esfuerzos para incrementar la conciencia cultural en todo el continente. Esta reunión fue el primero de una serie de encuentros periódicos de ministros de Cultura europeos que aún se celebran en la actualidad.

 

Los frisos del Partenón creados durante el esplendor de la Grecia antigua, hace unos 2.500 años, fueron sacados del país en una de sus épocas de mayor decadencia, cuando el país se encontraba bajo el dominio de su rival histórico: el imperio Otomano. A inicios del siglo XIX, aproximadamente la mitad de las piezas que aún sobrevivían en la acrópolis de Atenas fueron retiradas por el entonces embajador británico Lord Elgin para ser trasladadas a Londres, donde terminaron formando parte de la colección permanente del Museo Británico. Un año antes de su viaje a Reino Unido, Mercouri había anunciado sus intenciones ante una conferencia de la ONU durante la cual fue ovacionada de pie durante cuatro minutos y obtuvo el respaldo de unos 50 países.

 

La historia oficial aceptada en Reino Unido es que Lord Elgin había obtenido permiso para trasladar estas piezas con el fin de protegerlas, ya que algunas de ellas ya incluso habían sido dañadas en guerras pasadas. Casi dos siglos más tarde, una mujer, Melina Mercouri, presentó el primer reclamo formal de Grecia para obtener la restitución de estas piezas históricas. En 1983, Mercouri, quien en aquella época era ministra de Cultura de Grecia, viajó a Londres para presentar su reclamo.

 

Al llegar a Londres, Mercouri realizó una visita al Museo Británico que fue cubierta por más de 300 periodistas procedentes de todas partes del mundo. Durante el recorrido, en el que estuvo acompañada por el entonces director de la institución David Wilson, la funcionaria griega aclaró que su objetivo no era "arruinar" al Museo Británico sino lograr el retorno de las piezas a su lugar de origen. Wilson, sin embargo, se mantuvo en su negativa.

 

Casi todo el mundo puede tararear la canción, “Melina” y recordar a Camilo Sesto pero no todos saben que está dedicada a María Amalia Merkóuri una mujer a la que todo un país despidió como la diosa de la belleza y de la libertad. Mercouri mantuvo sus esfuerzos por recuperar los mármoles hasta su muerte, ocurrida una década después de su viaje a Londres. Existe una profecía que ella hizo hace muchos años, cuando le preguntaron cuándo volverían los mármoles, ella respondió: “No sé cuándo volverán. Puede que yo no esté viva para entonces, pero cuando lo hagan yo renaceré”.

En Maracaibo, el lunes 29 de julio de 2024, tras el fraude electoral de ayer como parte de los esfuerzos de la dictadura cubanófila por destruir la figura de otra aguerrida mujer, en este caso, una venezolana contemporánea.

domingo, 28 de julio de 2024

Recuerdos inventados

 


Hay una amnesia que impide formar nuevos recuerdos y su lugar es ocupado por las confabulaciones. Esta especie de enfermedad, imaginaria o real, fue usada por el escritor Winfried Georg Maximilian Sebald (1944-2001), para relatar la historia de un familiar que acabó sus días en un hospital psiquiátrico.  

 

Abreviado como W. G. Sebald, este escritor alemán se caracterizó por escribir con mucho de autobiografismo y meditar sobre la historia, la tragedia humana, la memoria, la escritura y la vida interior, cosa que hacía utilizando imágenes de fotografías adjuntas al texto. En sus últimos años de vida y hasta la fecha ha sido reconocido como uno de los más importantes e influyentes escritores contemporáneos.

 

W. G. Sebald (1944-2001) nació en Wertach, Alemania. Después de acabar sus estudios universitarios vivió en Suiza, y luego se trasladó a Inglaterra. Desde 1970 fue profesor en Norwich. Entre sus galardones figuran el premio Joseph Breitbach, el Heinrich Heine y, en 2002, el Independent Foreign Fiction por Austerlitz. W G Sebald  falleció a principios de siglo en Norfolk (Reino Unido), a la edad de 57 años, después de sufrir un infarto en un accidente de tráfico.

 

W. G. Sebald gustaba de alterar la realidad sin que se notase. En uno de sus libros, titulado Los Emigrados el escritor parte de sus recuerdos para reconstruir cuatro biografías, de personas que tuvieron que emigrar y dejar sus raíces buscando otras oportunidades. En la Editorial Anagrama se han publicado los libros del autor: Del natural, Vértigo, Pútrida patria, Los emigrados, Los anillos de Saturno, Sobre la historia natural de la destrucción, Austerlitz y Campo Santo.

 

Como la situación actual en este país, sin una guerra causal de por medio, pero con evidencias de exterminio por hambruna y desnutrición producto de la minimalización de los salarios, y de la lograda -casi absoluta destrucción exprofeso- del aparato productivo, con pésimos servicios de sanidad y de educación, así hemos recorrido todo este siglo XXI, con centenares de presos militares y civiles por motivos políticos, crisis que ha llevado a Venezuela, a plantear persistentemente la violación de los derechos humanos por un aparato represivo interno sin contabilizar los, alrededor de ocho millones de emigrados, descrito como algo inédito en el mundo.


Los emigrados terminan por transformarse en una meditación sobre la memoria y su pérdida: un relato nada épico, sobre el desarraigo, la desesperación y la muerte que sirve de título para el libro de WG Sebald donde recrea las vidas de cuatro exiliados –o cinco, si se incluye su propio autorretrato indirecto– a través de lo que narran ellos mismos, de recuerdos ajenos, fotografías y objetos encontrados. Al reconstruir el pasado de su antiguo casero, de un maestro de la escuela primaria, de su tío abuelo y de un pintor que fuera amigo suyo, Sebald también se describe a sí mismo, y narra su propio sufrimiento por el destino de estos hombres ante el pasado alemán, creando una prosa poética opresivamente clara.

 

En su narración, WG Sebald nos habla de su tío abuelo quien parecía sufrir un síndrome de Korsakoff, trastorno neuropsiquiátrico crónico que guarda relación con una deficiencia severa de vitamina B1. Aunque en la mayoría de los casos este síndrome se asocia con el consumo de alcohol, su síntoma principal es la pérdida de memoria; una amnesia en sus dos tipos básicos, amnesia anterógrada - incapacidad para formar nuevos recuerdos- y amnesia retrógrada -incapacidad de recordar acontecimientos que ocurrieron antes del inicio del trastorno- aunque, los recuerdos de la infancia se conserven.

 

Es como para ponerse a pensar en que existen venezolanos que padecen ahora, -a tan solo unos días de unas muy cuestionadas elecciones-, de este síndrome… ¿Fallas nutricionales? El doctor Abramsky, era el encargado de aplicar la terapia de electroshok a sus pacientes en el libro de WG Sebald. Aquel que recibía las descargas sin chistar, y al final resultaban la mayoría de los pacientes con trastornos de la memoria ya que era que no le quedaba de otra que fingir para falsificar los hechos. En el juego literario de WG Sebald, sus emigrados, termina por transformarse en una meditación sobre la memoria y su pérdida…

 

Sin embargo, este libro puede resultar un ejercicio para la recuperación de la memoria colectiva, una evocación sobre la experiencia del exilio y de la pérdida de la patria en Europa, resulta la transcripción poética de una historia oral que se rebela contra quienes pretenden olvidar. En esta obra maestra, WG Sebald describe con gran sensibilidad la vida y las miserias de cuatro judíos expulsados de su patria europea, quienes sucumben desconsolados en la vejez… Guardando las diferencias históricas y conceptuales, mi memoria me ha trasladado a los compatriotas, no solo a los que se han muerto en hospitales y ergástulas locales, o han fenecido en El Darién, también a quienes hambrientos y desmemoriados se tropiezan deambulando por estas calles…

 

Susan Sontag (1933-2004) escribiría sobre “Los emigrados” de W G. Sebald que era “el libro más extraordinario y emocionante que había leído”. En 1985, WG Sebald publicó una recopilación de escritos sobre literatura austríaca con el título de La búsqueda de la infelicidad y su propuesta era que esa literatura se caracterizaba por “la infelicidad del que escribe”; pero aquella infelicidad no tenía nada que ver con el deseo de morir, sino que era una forma de resistencia.

 

Paradójicamente ya en otro siglo, he llegado a pensar que estoy repitiendo las impresiones del autor de Los Emigrados y como corolario debe ser importante No olvidar lo sucedido…

 

Supuestamente hoy el país va a cambiar…

 

En Maracaibo, el día domingo 28   de julio de este año 2024

sábado, 27 de julio de 2024

Irene Papas


Irene Papas registrada al nacer como Irene Lelekou (1929-2022) fue una actriz y cantante griega quien interpretó más de setenta papeles a lo largo de más de medio siglo de carrera. Considerada una de las grandes actrices trágicas helénicas del siglo XX, y contemporánea de Melína Merkoúri, Irene Papas saltó a la fama internacional en películas de gran éxito.

 

Nacida en 1929 en una aldea cerca de Corinto, su carrera comenzó en el teatro donde encarnó a las heroínas de la Grecia clásica como Medea, Electra, Penélope y Antígona. Se convirtió pronto en todo un símbolo de la cultura de su país, adaptando algunos de estos personajes al cine, por ejemplo: Antígona (1961), Electra (1962) o Las troyanas (1971), filme que protagonizó con Vanessa Redgrave y Katherine Hepburn).


Traspasó las fronteras de su tierra gracias al director J. Lee Thompson quien la eligió en 1961 para Los cañones de Navarone, donde interpreta el papel de la María Papademou y en la que compartió escenas con Gregory Peck, David Niven y Anthony Quinn. En 1964 llegaría Zorba, el griego, de nuevo con Anthony Quinn, que consolidó su nombre en el panorama internacional.

 

Su filmografía incluye otros títulos como Z, en 1969, dirigida por Kostas Gavras; Bodas de sangre, dirigida en 1976 por Souheil Ben-Barka, y Yerma, de Pilar Távora, en 1999. Ha participado también en Una película hablada, proyecto de 2003 dirigido por Manoel de Oliveira. También fue cantante y su voz se escuchó en el disco Mikis Theodorakis, Songs of Theodorakis, y en canciones de Vangelis, con quien grabó los álbumes Odes (1979) y Rapsodies (1985). Entre sus premios se cuentan: mejor actriz del Festival de Berlín, 1961, y un León de Oro en Venecia, en 2009.

 

Su talento la llevó a España en varias ocasiones: la primera el 3 de julio de 1987 en el XXIII Festival de Teatro Clásico de Mérida, con el montaje Poesía en el canto. En 1992 encarnó a Medea, dirigida por Núria Espert, en el marco de los Juegos de Barcelona 1992. En 2001 participó en una versión de Las troyanas con La Fura dels Baus en Sagunto y fue nombrada directora artística de la Fundación Ciudad de las Artes Escénicas de Sagunto. Fue también directora de la Fundación de las Artes Escénicas de Grecia. Su vida transcurrió entre Italia y Atenas a donde regresó a mediados de los setenta.

 

En 1947 se casó con el director de cine Alkis Papas; se divorciaron en 1951. En 1954 conoció al actor Marlon Brando y mantuvieron una larga relación amorosa, que entonces tuvieron en secreto. Cincuenta años después, cuando Brando murió, ella dijo: "Nunca he amado a un hombre como amé a Marlon. Fue la gran pasión de mi vida, absolutamente el hombre que más me importaba y también el que más estimaba, dos cosas que generalmente son difíciles de conciliar". Su segundo matrimonio fue con el productor de cine José Kohn en 1957; ese matrimonio se anuló posteriormente. Tuvo además una estrecha amistad con Andreas Papandreu, el primer ministro griego.

 

Algunas de su películas más famosas fueron : Teodora, emperatriz de Bizancio, 1953 de Riccardo FredaAntígona, 1961, de Yorgos Tsavellas. Los cañones de Navarone, 1961, de J. Lee ThompsonElectra, 1962 de Michael Cacoyannis. Zorba, el griego, 1964  de Yorgos Yavella. Z, 1969 de Costa-GavrasLas troyanas, 1971 de Michael Cacoyannis. Bodas de sangre, 1976 de Souheil Ben-BarkaIphigenia, 1977, de Michael Cacoyannis. Eréndira, 1982 de Ruy GuerraCrónica de una muerte anunciada1987, de Francesco Rosi, Yerma, 1999  de Pilar Távora. Una película hablada, 2003de Manoel de Oliveira. Ecuba, 2004 de Giuliana Berlinguer e Irene Papas.

 

En 2003 formó parte del consejo de administración de la Anna-Marie Foundation, un fondo de ayuda a la población de las zonas rurales de Grecia. En 2013 comenzó a padecer la enfermedad de Alzheimer. Murió el 14 de septiembre de 2022, a los 93 años, habiendo pasado sus últimos años en su ciudad natal de Chiliomodi.

 

En 2022 y confirmado por el Ministerio de Cultura heleno, Irene Papas, reconocida por sus papeles protagonistas en Los cañones de Navarone Zorba, el griego, ha fallecido a los 96 años. Conocida como la “gran dama del teatro griego”, su trayectoria de más de cinco décadas en la interpretación acumuló más de 80 títulos a nivel internacional que alcanzaron un enorme éxito. Compartió pantalla con algunas estrellas míticas de Hollywood como Marlon Brando, Gregory Peck, Richard Burton, Anthony Quinn e Yves Montard.

 

Quizás como un homenaje a Irene Pappas, en mi novela “Escribir en La Habana”, uno de los personajes principales, la doctora Alicia Barrera, gordita y con un regusto por imaginarse actriz de cine, rememora en sus elucubraciones escenas de una película donde actúa Irene y dice para sí: -“Pero están equíferas … Contra toda una manada que se interponga, todas las que se atrevan, que vengan como un cardumen, una turba de mujeres furiosas, chismosas, no me vencerán, que lleguen ellas graznando, como los pájaros de Hitchcock, como aves agoreras, como en el film de Kazantzakis, Zorba el griego, las viejas vestidas de negro destrozándolo todo… El griego, Zorba, sí, y yo, Irene Pappas… Yo quien sólo ando buscando mi cabra perdida, bajo el aguacero y los hombres en la puerta mirándome, deseándome y el chaparrón cayendo, y ellos extasiados deseándome, quisieran poseerme, pero yo soy Irene, la viuda y los miro altiva y los desprecio a todos... ¿Yo Irene Pappas?, ¿con esta papada?, ¿con este aspecto de rubia regordeta? No se puede. Irene es angulosa, de grandes ojos negros, con cara de pepa de mango, yo no... Soy una gorda papuja, quizás deba tomar el papel de Bubulina, la vieja gorda que suspiraba añorando el perfume del pasado…¡Oh Marcelo! ¿Dónde iba yo a conocer a cuatro viejos almirantes que bebieran champaña en mi bañera?... ¡Ay no Marcelo!

 

Con este final que siendo “de película” es de una novela, y la imaginación funciona por igual en la lectura y la relectura, finalizamos esta actualización de una gran actriz y cantante griega, Irene Pappas.

 

Maracaibo, sabado 27 de julio del año 2024